La «invisible» realidad del matrimonio infantil y forzado

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El matrimonio infantil y forzado, en la mayoría de los casos dos caras de la misma moneda, aparece usualmente vinculado a India, Níger, Bangladesh, Nepal o Zimbabwe, los países con mayor tasa de adolescentes obligadas a contraer nupcias. No se lo asocia con Estados Unidos, donde estados como New Hampshire permiten a una joven de 13 años contraer matrimonio, y mucho menos con Nueva York, la llamada “capital del mundo”, que tiene leyes laxas que dejan que uno de los contrayentes tenga 14 años.

“Los legisladores y las personas en la calle no sabían que esto está pasando, es un problema invisibilizado”, comentó a Télam Fraidy Reiss, fundadora y directora de Unchained at last, una ONG que justamente trabaja para generar conciencia sobre el tema tan silenciado en la principal economía del mundo.

Según los datos de la asociación, entre los años 2000 y 2010, 167.000 menores de 18 años se casaron en 38 estados de Estados Unidos (los otros 12 no dieron estadísticas), en su gran mayoría casos donde las menores son las mujeres.

Rebekah Stewart, representante de Comunicaciones de la organización Tahirih Justice Center, indicó a esta agencia que la prevalencia del matrimonio infantil es del 8,9% en menores de 16 años en la principal potencia mundial.

Proyectando a nivel nacional esos datos que se desprenden de una escuesta de 2011, los investigadores estimaron que más de 9,4 millones de mujeres estadounidenses se habían casado a los 16 o menos y casi 1,7 millones lo habían hecho a los 15 años o menos.

La propia Reiss fue obligada a casarse a los 19 años como imposición de su familia judía ultra ortodoxa y tuvo que vivir 12 años con un esposo violento porque su comunidad no le permitía divorciarse.

“Por mi experiencia aprendí muchas cosas: para que ocurra un matrimonio forzado nadie tiene que ponerte un arma en la cabeza, hay muchas formas de obligarte, especialmente a un menor o un adulto joven que es financiera y emocionalmente dependiente de sus padres”, contó la líder de la organización que ya ayudó a más de 250 personas a escapar de relaciones de ese tipo.

“Otra cuestión importante que aprendí es que en un matrimonio forzado una de las partes no se puede ir. En mi caso hubo abusos desde la primera semana, pero en la comunidad no me permitían divorciarme, solamente él lo podría decidir”, agregó.

La activista social no dudó en que el matrimonio infantil y forzado “es un abuso a los derechos humanos” con un impacto “devastador”.

“Los estudios, no sólo en las niñas sino en mujeres porque los efectos son para toda la vida, muestran que un matrimonio infantil produce un 23% más de posibilidades de un ataque al corazón, cáncer, diabetes e infartos; socava la educación con menos posibilidades de terminar el secundario y la universidad; y genera un 31% más de posibilidades de vivir en pobreza”, comentó.

“Hay daños duraderos y devastadores cuando los niños menores de 18 años están casados – incluyendo tasas de divorcio de hasta 80%, más problemas médicos y de salud mental, y una mayor probabilidad de vivir en la pobreza”, apoyó Stewart.

“La aguda vulnerabilidad de las niñas y mujeres jóvenes en los Estados Unidos a los abusos físicos, emocionales o verbales también plantea grandes banderas rojas con respecto al matrimonio de niños”, añadió citando un documento de la organización sin fines de lucho que ayuda mujeres y niñas inmigrantes para que no sean víctimas de violencia.

La situación legal es diversa según los estados: la legislatura de New Hampshire rechazó la semana pasada elevar a 18 años la edad mínima para casarse, por lo cual todavía es legal hacerlo a los 13 años con consentimiento de los padres y autorización judicial; en Virginia sí se aprobó en junio del año pasado una norma similar, que igual permite contraer nupcias a los 16 años si se está emancipado.

La Asamblea de Nueva York, donde se estima que unos 4.000 adolescentes menores de 18 se casaron entre 2001 y 2010, el 84% con un hombre adulto, también discute subir la edad mínima, actualmente en 14 años (misma edad que Alaska y Carolina del Norte), también con permiso judicial y de los padres.

El gran antecedente positivo se produjo el lunes pasado cuando la legislatura de Nueva Jersey prohibió a cualquier menor de 18 años poder casarse, sin excepción, en lo que es el primer estado que aprueba una ley de este tipo.

“A nivel nacional, instamos a que la edad mínima para contraer matrimonio sea de 18 años (la edad de mayoría, o la edad adulta legal) para asegurar que las mujeres jóvenes tengan el poder de ejercer su propia protección”, manifestó Stewart.

Precisó que Tahirih Justice Center actualmente colabora en presentar proyectos de ley en más de diez estados, incluyendo Connecticut, Maryland, Massachusetts, Nueva York y Texas: “Esperamos que las iniciatives den a los legisladores en todo el país un llamado de atención sobre cómo sus leyes estatales sobre la edad mínima de matrimonio puede facilitar el matrimonio forzado de un niño”.

“Basarse en el consentimiento de los padres para sancionar el matrimonio, como hacen muchos Estados, es groseramente negligente y puede condenar a ese niño a toda una vida de daño irreparable”, concluyó.

A nivel mundial

Hay más de 700 millones de mujeres vivas en el mundo que se casaron antes de los 18 años, con unas 250 millones que lo hicieron antes de los 15 años, según datos de Unicef.

El problema afecta a los niños también, pero las niñas son afectados de manera desproporcionada. El matrimonio de niñas es más frecuente en África subsahariana y en Asia meridional. En el Níger, el 77% de las mujeres entre 20 y 24 años se casaron antes de cumplir los 18. En Bangladesh, la tasa era del 65%.

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