Argentina-Brasil: el uno por uno de la Selección

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Sergio Romero (6): le costó en la salida con los pies. No es su fortaleza. Quedó claro. Atajando lo exigieron sólo una vez: un tiro de Coutinho que lo encontró bien parado y rebotó hacia delante.

Nicolás Otamendi (7): como central derecho en una línea de tres defensores, impuso presencia en el anticipo y en el juego aéreo en defensa y en ataque. Ganó muy bien arriba en el cabezazo que pegó en el palo y luego hizo gol Mercado. Salvó un gol de Brasil en el primer tiempo con el cierre justo ante Coutinho. Como se suponía, padeció cada vez que Willian o Coutinho lo encararon mano a mano.

Jonatan Maidana (5): el de River fue uno de los que más le pegó a Gabriel Jesús en una defensa que trató al 9 brasileño con extrema rudeza. Lo padeció, en especial, cuando debió salir a buscarlo lejos del área. Es clave para un defensor hacerse respetar, pero el de River exageró. Y al salir a cruzar en grandes espacios se lo percibió algo incómodo.

GABRIEL MERCADO (8): el mejor. Por algo Sampaoli lo adora. De central izquierdo, quedando muchas veces de lateral por esa banda y luego como 4, siempre respondió. Con el perfil cambiado igual pasó con decisión un par de veces al ataque. Y dejó su sello en el área adversaria una vez más: atento para cazar el rebote en el palo y pegar el grito de la victoria. El coraje habitual. Es clave.

José Luis Gómez (4): el debut del lateral-volante de Lanús es difícil de analizar. La letra fría indica que le pesó. Casi no explotó nunca por afuera en ataque y cada vez que algún brasileño aceleró por su franja pasó. Como atenuante en el rubro ofensivo, conspiró contra su producción el estatismo llamativo de Messi.

Lucas Biglia (6): el más claro y regular del mediocampo. Intentó ser eje de la salida, como lo requiera la idea del entrenador. Nunca se escondió y relevó con la inteligencia habitual. Eso sí, necesitará multiplicar las cesiones punzantes para lograr la transición entre líneas con otra fluidez y continuidad.

Ever Banega (5): el otro eje de inicio del juego. Su arranque estuvo envuelto en una llamativa imprecisión. Después, levantó. Le faltó encontrar más pases amenazantes entre líneas.

Lionel Messi (4): viajó desde China para estar en el nacimiento de esta nueva etapa. Se lo observó comprometido en la previa, según cuentan desde la intimidad de la Selección. Pero caminó demasiado el campo, fue rodeado con facilidad y ¡no pateó al arco! Raro en Leo. Eso sí, no preocupa. En las difíciles, está. No se oculta.

Paulo Dybala (5): quedó perdido y ahogado por el achique de espacios entre los defensores y los volantes brasileños. Igual se las ingenió para hallar una linda apertura a Di María y un remate desde afuera apuntado a un ángulo pero apenas desviado. El equipo necesita más de La Joya.

Angel Di María (6): si el partido terminaba en el primer tiempo, era la figura de la Selección. Lo mejor del medio hacia arriba. Con toda la banda izquierda para él, abrió la cancha como lo necesita la propuesta de Sampaoli. Estiró el equipo hacia afuera y sorprendió con su velocidad de Fórmula Uno. También realizó con criterio y predisposición la tarea defensiva, quedando en algunas situaciones como marcador lateral izquierdo. Eso sí, en el segundo tiempo, participó poco. Decayó como todos.

Gonzalo Higuaín (3): lejos de ser el 9 que marque presencia. Lento, impreciso inclusive hasta en pases simples. Sufrió en el juego y en lo físico. Lo sacaron en el entretiempo. ¿Cuánto le habrá pesado la final reciente de la Liga de Campeones?

Joaquín Correa (6): fue el primer cambio de Sampaoli en la Selección. Lo hizo en el entretiempo. Entró por Higuaín y se ubicó de 9, como varias veces lo hizo en el Sevilla. Al modificarse el esquema con el ingreso de Guido Rodríguez por Dybala, el ex Estudiantes se volcó a la derecha y Messi fue de centrodelantero.

Nicolás Tagliafico (4): debutó en la Selección ingresando a los 6 del segundo tiempo por José Luis Gómez. Arrancó impreciso con la pelota en la salida. Willian le resultó una pesadilla. Hubo una diferencia de velocidad total entre uno y otro, a favor del brasileño claro.

Guido Rodríguez (5): sustituyó a Dybala en el mejor momento de Brasil, promediando el segundo tiempo. La pretensión era equilibrar el medio y reunir a tres volantes centrales. No encontró tanto la pelota, pero se esforzó.

Emanuel Mammana (-): la salida de Mercado por un golpe le dio la chance de ser lateral derecho en el cuarto de hora final, cuando ya Brasil había bajado la intensidad. No sufrió.

Manuel Lanzini (-): Sampaoli lo puso cuando Banega estaba agotado. Faltaban diez minutos. No trascendió en un equipo ya desdibujado.

Marcos Acuña (-): reemplazó a Di María en tiempo adicionado. La clásica variante para demorar.

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