Hoy se festeja el Dia del Arquero

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Es que en esa fecha, el 12 de Junio de 1926, en Rufino ( provincia de Santa Fe), vino al mundo el excelso guardameta que levantó ovaciones por sus intervenciones bajo los tres palos, y también fuera de ellos. Es más, se lo consideró un jugador de campo mas, justamente porque – abandonando el área – se animó a entreverarse en situaciones de arrojo, in extremis, in situ, todo para salvar su arco y entregar el show inesperado, que recibía la aclamación de la gente con el eterno ¡ Amadeo, Amadeo, Amadeo !, de todo un estadio.

El gran Amadeo había debutado en River en el año 1945, de hecho jugó del 45 hasta 1968.

Fué un innovador del puesto, tenía su propia técnica y estrategia, dueño de un carisma sin igual. Por eso, era frecuente verlo salir del arco, para colaborar con su defensa cuando alguna grieta filtraba algún delantero, o tirarse a los pies del rival para robarle el esférico, siendo además el primer portero que utilizó guantes para atajar.

Su vida fue River , en dónde fue ídolo, genio, figura, y hasta galán, porque había que ver como la platea especial reservada para las mujeres, le arrojaban profundos suspiros, por la tremenda «pinta» que además tenía. Por eso le decían «tarzán» por su estampa y por sus acrobacias para salir airoso defendiendo su valla.

Hasta «la araña negra» el ruso Lev Yashin lo admiró y elogió porque la fama de Carrizo trascendió las fronteras del fútbol.

Fueron muchas sus proezas, pero también algunas ingratitudes, como cuando tuvo que volver junto a sus compañeros del mundial 1958, jugado en Suecia, con aquel fracaso que los simpatizantes argentinos, repudiaron a los monedazos cuando llegaron al aeropuerto. Otra tristeza también ocurrió cuando 1966 en Chile, perdieron la final de la Copa Libertadores ante Peñarol por 4 a 2 , cuando lo ganaban los «millonarios». Ese hecho le significó a los riverplatenses ganarse el mote de «gallinas», estigma que los persigue hasta estos días.

Pero su glorioso paso por River terminaría en 1968, jugando su último encuentro ante Velez, año en el que marcó un par de récords para esa época: 513 partidos jugados en torneos oficiales y 8 partidos seguidos sin goles en su valla.

Luego su carrera lo llevó al millonarios de Colombia en dónde terminaría su leyenda, para extenderla entre los relatos de quienes lo vieron actuar durante su apogeo.

Amadeo Carrizo, afortunadamente aún vive para hacer tangible la historia viviente del ídolo, caballero, y genial reinventor del puesto de arquero.

Por ello todos los arqueros del mundo, podrán brindar bajo los tres palos, porque el puesto jamáz volvió a ser el rol del «tonto» o del «gordito».

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