Piden adoptar medidas para revertir el aumento de la obesidad infantil en el país

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En un documento conjunto, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y la oficina local de la Organización Panamaricana de la Salud (OPS/OMS) instan a la población y las autoridades a tomar conciencia de la necesidad de proteger el derecho de los chicos a una alimentación que no les provoquen enfermedades, como la obesidad o la diabetes, a edades cada vez más tempranas y en el futuro.

Esas medidas incluyen desde la regulación de la publicidad de los productos ricos en azúcar, grasas y sodio, que suelen recurrir a personajes infantiles para atraer a los más chicos, y la incorporación de advertencias nutricionales en el etiquetado para que los padres y los chicos sepan qué están consumiendo, hasta la promoción de quioscos y comedores escolares saludables y el aumento de los impuestos a las bebidas azucaradas.

Por su parto, la SAP y la OPS/OMS acordaron poner en práctica iniciativas «para prevenir el creciente sobrepeso y obesidad en los chicos y los adolescentes del país». En el texto, señalan que esto demanda atención «en momentos en los que la Argentina tiene una de las tasas más alta de sobrepeso infantil en América Latina, lo que puede comprometer la salud de generaciones futuras».

La promoción de la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses, la incorporación oportuna de alimentación complementaria adecuada en la primera infancia y la protección del entorno escolar a través de una oferta de productos más saludables y agua en quioscos y comedores, son parte de la batería de recomendaciones de ambas organizaciones.

Acceder a información clara sobre el contenido de los alimentos que se consumen también es fundamental. «En la Argentina, no hay obligación de las empresas de precisar la cantidad de azúcar agregada en el producto», explica Sebastián Laspiur, consultor nacional de la OPS/OMS para las enfermedades no transmisibles.

Y agrega: «Múltiples estudios sobre la percepción de la población demuestran que la mejor medida son las advertencias frontales. Nadie puede estar entrenado en leer información nutricional que no sea comprensible o completa. Un sistema de advertencia frontal en las etiquetas permite que los padres y los chicos sepan que están eligiendo un alimento con alto contenido de azúcar, grasas saturadas y sal. Esto respeta el derecho de los consumidores de elegir lo que prefieren para sus hijos.»

Un estudio conocido como Carga Global de la Enfermedad (GBD, por su nombre en inglés) de un consorcio internacional de más de 2000 investigadores de 195 países publicó este año en New England Journal of Medicine las cifras del exceso de peso en el mundo. La Argentina, con un 6,3% de obesidad en los chicos y los adolescentes, supera el promedio mundial del 5%, de acuerdo con las estadísticas de los países al 2015, según informó el Instituto para la Medición y la Evaluación de la Salud (IHME), con sede en la Universidad de Washington. Ese dato está algo por encima del 6,1% del período 2012-2013, los últimos disponibles en el país.

Un problema muy grave

«El problema es muy grave. Se están viendo en chicos enfermedades típicas de los adultos, como la diabetes tipo 2, que es la forma que está asociada con la obesidad. Esto es un problema que está en ascenso. Una prioridad sanitaria», dice Laspiur.

Por su parte, la presidenta de la SAP, Stella Maris Gil, explica: «Necesitamos que la población tome consciencia de la gravedad de este problema. No sólo está en juego la salud de los chicos ahora, sino también en la adolescencia y las futuras generaciones. Pensamos que tenemos que difundirlo para empezar a actuar ya mismo, no esperar a que pasen los años. A partir del embarazo comienzan a jugar factores que pueden predisponer a las enfermedades crónicas a futuro. Sabemos cómo tenemos que pararnos ante este flagelo. Y hay que hacerlo muy firmemente, no sólo desde el sector de la Salud, sino también con la población, los legisladores y las empresas que producen alimentos. La obesidad y sus complicaciones insumen costos enormes en salud pública y productividad. Con este documento estamos mirando al futuro».

En el texto, que se difunde en la Semana por los Derechos del Niño, la SAP y la OPS/OMS señalan, además, que la Argentina tiene la segunda tasa más alta de sobrepeso en menores de cinco años de América Latina y el Caribe, con un 9,9%, de acuerdo con el Panorama de Seguridad Alimentaria y Nutricional que redactaron la OPS/OMS y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés).

Una investigación de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) Argentina demostró que, luego de los juguetes, los alimentos de bajo valor nutricional y alto contenido de grasas, azúcar y sal son los productos que más se promocionan durante los programas infantiles de la TV local. En 2015, el equipo a cargo de Lorena Allemandi determinó que el 85% de los postres, los snacks, comida rápida y hasta algún yogur que se ven en las tandas superan los umbrales de grasas, sal y azúcar que recomienda la OMS.

«La restricción de la publicidad es una de las políticas recomendadas internacionalmente para prevenir la obesidad infantil y, con eso, las enfermedades crónicas no transmisibles asociadas. Contar con evidencia local de qué publicidades reciben los chicos y los adolescentes es clave para diseñar una política de salud pública concreta, que garantice un ambiente de crecimiento más saludable», dijo, entonces, Allemandi.

La OPS/OMS y la SAP advierten, además, que el sobrepeso en los adolescentes de entre 13 y 15 años aumentó un 17% en cinco años, al pasar del 25 al 29% en el periodo 2007-2012 en nuestro país.

«El consumo de alimentos ultraprocesados, con cantidades elevadas de sodio, azúcares, grasas, añadidos en la fabricación, como pueden ser snacks y bebidas azucaradas, contribuye de manera importante con la epidemia de obesidad y al aumento del sobrepeso que afecta a América Latina -se lee en el documento-. El sobrepeso y obesidad elevan el riesgo de tener enfermedad coronaria, ACV, diabetes, cáncer (de endometrio, mama, colon, hígado y riñones, entre otros), osteoartritis e hipertensión, entre otras afecciones. En el caso de los chicos, no sólo compromete su estado de salud actual, sino también en el futuro.»

Malnutrición y la obesidad infantil

El nuevo ministro de Salud de la Nación, Adolfo Rubinstein, que asumió el cargo ayer por la tarde, anticipó que su gestión estará orientada a revertir «la malnutrición y la obesidad infantil».

Entre sus prioridades al frente de la cartera sanitaria, incluyó «acercar la salud a la gente a través de la Cobertura Universal de Salud, para que todos tengan un servicio digno», además de «trabajar muy fuerte en la prevención, que es el cambio más radical que podremos hacer para mejorar la salud de los argentinos». Según se informó a los medios, Rubinstein afirmó: «Nuestro foco va a ser la malnutrición y la obesidad infantil».

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