Boca y los futbolistas colombianos: un romance que perdura en el tiempo

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Como cualquier otra relación de amor, la de Boca y Colombia puede tener épocas de frialdad. Pequeños lapsos en los que la distancia atenta contra el cariño que uno tiene por el otro. Sin embargo, el romance siempre está. Sobrevuela el ambiente xeneize.

Ayer fueron Córdoba, Bermúdez y Serna. Hoy son Fabra , Barrios y Cardona . En el medio, Perea y Vargas. Los apellidos cambian, pero la entrega y la fraternidad de los hombres del país cafetero por los colores xeneizes perduran.

«La casa Boca le cae muy bien al colombiano y el colombiano le cae muy bien a la casa Boca», resumió Oscar Córdoba hace unos meses, cuando se presentó la Superliga. Así es este vínculo de éxito y amor.

Anteanoche, en el césped del Monumental, el nuevo trío de colombianos celebró el gran triunfo de Boca sobre River. La alegría no fue completa porque, en el caso del Nº 10, la injusta expulsión que recibió del árbitro Néstor Pitana por un codazo a Enzo Pérez que jamás existió, le impidió al volante convertirse en el chico de la tapa de todos los diarios del lunes. Hasta entonces había jugado un muy buen primer tiempo, fue él quien recibió ese planchazo alevoso en el pecho que derivó en la tarjeta roja a Nacho Fernández y el responsable de golazo de tiro libre al ángulo. Después, evidenció toda su claridad para entender cuándo arriesgar la pelota y cuándo esconderla bajo la suela, con el claro objetivo de hacerle perder la paciencia al rival.

Cardona sabía que eran muchos los ojos que se iban a posar sobre su desempeño frente a River. Su muy buen arranque en los partidos de pretemporada se contrastaba demasiado con lo expuesto en los primeros encuentros de la Superliga, en los cuales hasta había sufrido las consecuencias del friccionado fútbol argentino y hasta había cosechado su primera expulsión, frente a Chacarita. La prolongada ausencia de Gago por lesión lo obligó a erigirse como una de las piezas necesarias para la construcción de las jugadas de ataque del cómodo líder de la Superliga. Sin embargo, hasta anteayer ese rol no lo había sabido cumplir. El superclásico era fundamental para su futuro en el equipo titular y lo sabía.

«Le había dicho a Barrios que la iba a meter, pero no pensé que iba a ser como fue. Ayer (por el sábado) había visto un gol que Riquelme le hizo a River en la Libertadores del 2000 y fue igual: lo único que cambia es que éste fue un poquito más a la derecha. Pero me inspiró», resumió el futbolista tras la victoria.

No es la primera vez que un colombiano se destaca en el Monumental vistiendo los colores de Boca. En el Apertura ´98, precisamente el arquero colombiano le detuvo un penal clave a. Marcelo Gallardo, luego de una fuerte infracción de Mauricio Serna sobre Pablo Aimar. El partido terminó 0 a 0 y Boca culminó ese año como campeón invicto. Es un misterio imaginar qué hubiera ocurrido si el remate del Muñeco terminaba en la red; quizás el récord xeneize de 40 partidos sin derrotas no hubiera existido.

En el Apertura 2003, el Boca de Bianchi dio una verdadera exhibición en Núñez. Ganó 2 a 0, con un recordado gol del brasileño Pedro Iarley. Pero aquella tarde Luis Amaranto Perea realizó una tarea consagratoria como lateral derecho. algo que se repitió en la histórica victoria en las semifinales de la Copa Libertadores 2004.

El que sí había podido marcarle a River es Jorge Bermúdez, que en el Clausura 1999 abrió el marcador en la Bombonera a los 21 minutos de la primera etapa, en un partido que terminó llevándose Boca por 2 a 1 (empate de Netto, de penal, y zurdazo de Palermo desde 30 metros para sellar el resultado). Con un detalle muy curioso: al igual que Cardona el domingo, en aquel superclásico Bermúdez también se fue expulsado exactos 20 minutos después de convertir.

Frank Fabra tuvo en sus pies la posibilidad de sentenciar el pleito mucho antes del pitazo final. Su corrida de 70 metros pudo terminar en el 3 a 1, pero su exigido remate cruzado se fue apenas desviado. El Nº 18 cumplió una buena tarea en Núñez, aunque no se destacó como en otras ocasiones. «Frank tiene una manera de disfrutar el fútbol que hace que nos riamos, sin desconcentrarnos», resumió Lisandro Magallán, en diálogo con radio Continental.

Finalmente, Wilmar Barrios le añadió a la rica historia de los superclásicos un capítulo más. Al igual que hace 8 días frente a Belgrano, el volante central, pieza fundamental en el funcionamiento del equipo que conducen los mellizos Barros Schelotto, decidió jugar con una fractura en su mano izquierda. Pese a la incomodidad y el riesgo que eso conlleva, dio pruebas suficientes de su prolijidad y tenacidad en la marca. Limpio y batallador, su presencia es clave.

¿Qué tiene el futbolista colombiano para ser tan bien considerado por Boca? En una visita de Estado al país cafetero, el presidente Mauricio Macri recordó la entrega de Córdoba, Bermúdez y Serna. «Ahí aprendí a valorar la seriedad y la responsabilidad de los colombianos», dijo entonces el ex mandatario de la entidad de la Ribera.

El inevitable paso del tiempo hará que la rueda siga girando. Hoy son Córdoba, Serna y Bermúdez los que recomiendan a Cardona, Barrios y Fabra, y el día de mañana serán ellos los que promuevan a las generaciones futuras que se destaquen en su tierra. Porque si algo volvió a ratificarse en el césped del Monumental, en otra victoria xeneize sobre River, es que Boca y Colombia son un solo corazón.

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