Escribe Cristian Mémoli- estudiante de Derecho -, para Junín24
El homicidio de la señora Elida Gómez, acontecido 4 años después del asesinato de Edgardo Di Marco, conmocionó al Barrio San Cayetano, de la ciudad de Junín. Fue encontrada muerta, con un pañuelo en la boca, atada en su cama en horas de la mañana por albañiles que realizaban tareas en su casa y por un comerciante de la cuadra.
Desde un principio los investigadores estuvieron enfocados en que el móvil del homicidio había sido el robo, basándose en que en la puerta del hogar de la fallecida había un televisor, envuelto en una manta, que presumiblemente había sido dejado por el homicida al no poder concretar el robo. Fue la única arista investigativa que se abrió. La hipótesis sostenida fue reforzada al enterarse los investigadores de que la Sra. Gómez atravesaba un buen pasar económico. Más aún: a pocos metros del lugar del hecho fue encontrada una carta anónima que amenazaba a entregar $200.000.
Se realizaron varios allanamientos, la policía detuvo a cuatro personas, dos de ellas fueron puestas en libertad pocas horas más tarde, de manera que fueron privadas de su libertad sin tener siquiera la menor prueba de una participación en el homicidio y una tercera fue llevada por un hecho totalmente ajeno al que supuestamente se investigaba. Después de más de diez detenciones se dio con el supuesto homicida. Era conocido de la víctima y según la policía había confesado el homicidio, sin embargo se desligó totalmente del intento de robo del televisor y del desorden generalizado que había en la casa de la víctima.
El Juez que entendió en la causa, finalmente ordenó la libertad del único imputado por el crimen de Elida Gómez, por falta de mérito suficiente. Sorpresa causó la decisión en los investigadores, quienes no habían abierto otra arista posible en la investigación, de manera que lentamente el caso fue dejado de lado al no tener otras pruebas conducentes para conocer la verdad material del hecho. La investigación continuó y otros dos detenidos, fueron llevados a Juicio Oral en el año 1996, fueron finalmente absueltos por falta de pruebas. El homicidio quedó en el olvido para la Justicia y los investigadores. El caso prescribió en 2007.