Una investigación realizada por la Escuela de Negocios Wharton, de la Universidad de Pensilvania, demostró que los hombres calvos son percibidos como más masculinos y viriles, dominantes y hasta más exitosos.
La idea de este estudio fue del psicólogo Albert E. Mannes, quien al raparse la cabeza por completo notó que las personas lo trataban con mayor respeto.
Para llegar a dicha conclusión el doctor dividió el trabajo en tres partes titulándole Shorn Scalps and Perceptions of Male Dominance, en él analizaba las diferencias en cómo son tratados los hombres calvos, los que se afeitan la cabeza y los que tienen indicios de calvicie.
En la primera parte del experimento, Mannes reunió a 60 voluntarios a quienes les hizo analizar varias fotos de hombres de la misma edad la única diferencia entre cada una era que algunos tenían mucho cabello, calvicie moderado o la cabeza completamente rapada. Los resultados mostraron que los hombres calvos fueron vistos como los de mayor autoridad, influencia y poder.
Durante la segunda parte del estudio, otro grupo de participantes observaron la imagen de cuatro hombres, editadas digitalmente. Cada una de las fotografías se mostraron dos veces, en la primera tenía cabello y en la segunda no. Los voluntarios percibieron que los calvos se veían más fuertes y altos.
Para la última parte del proyecto, a los voluntarios se les dio la descripción escrita de varios hombres, donde se nombraba sus atributos físico que incluía si tenían o no cabello. Otra vez los participantes denotaron mayor masculinidad, liderazgo y fortaleza a los hombres sin pelo.
La conclusión fue bastante obvia para los investigadores, los hombres sin cabello son percibidos como más dominantes, simpáticos y masculinos que los demás. A pesar que anteriormente se pensaba que una cabellera abundante era relacionada con la virilidad.
