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De Lituania a Junín: Carlos y Brigita Rodríguez suman millas de amor al tango

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¿Qué tienen en común un juninense y una lituana? El tango. Fue al ritmo del dos por cuatro que Carlos Rodríguez y Brigita Urbityte iniciaron no solo una historia de amor, sino también una dupla que llegó a la última final del Mundial de Tango de Salón que se disputó en el Luna Park.

La pareja disputó el clasificatorio en Londres, junto a alrededor de otras cien, quedándose con los títulos tanto en la categoría de salón como en escenario y consiguió así los tickets para viajar a Argentina, donde se casaron hace cuatro años y no habían vuelto desde entonces. El regreso también tuvo como novedad a la pequeña Uma, su hija.

Alto ahí. Volvamos en el tiempo para armar la historia. Carlos Rodríguez empezó a tomar clases en Junín en 1993, con Vanesa Senar como maestra. Y no paró más. «Me fascinó siempre. Desde chico ya tenía la idea de bailar y también de viajar. En 2012, después de tanto bailar en Buenos Aires y Córdoba, tuve la posibilidad de viajar con una pareja de tango a San Petesburgo. Siempre trabajé dando clases. Cuando se cortó esa propuesta me quedaban dos opciones: volver a Argentina y seguir con mi trabajo normal o continuar con el sueño de viajar. Ahí crucé por Estonia, Letonia y Lituania. Conocí gente fabulosa en esos países», le contó a Junín 24.

En cuáles de esos sueños de la adolescencia habría imaginado el juninense que vendría una lituana a robarle el corazón. Seguro que en ninguno. Pero pasó: «Uno de los muchachos de la comunidad de tango me dice tenés que venir a conocer a la mejor bailarina de Lituania. Entre idas y vueltas, voy a la milonga que tenía Brigita y la conozco. En 2013 ella vino a Argentina por primera vez, conmigo. Era su sueño viajar a Buenos Aires. En el 2015 volvimos y nos casamos. Después nació nuestra hija, Uma, que ya casi tiene cuatro años».

Uma no había conocido Argentina, y a todo el combo familiar que allí esperaba, hasta que sus padres se pusieron el nuevo sueño por delante: regresar como campeones en Europa para disputar el Mundial de Tango 2019 en Buenos Aires.

«Preparamos nuestra coreografía, tanto para tango escenario como para tango de pista. Nuestra especialidad es pista. Tuvimos la suerte de ser campeones en las dos categorías. Hace seis años que se hace en Londres y fue la primera vez que la misma pareja gana las dos categorías. Estaban sorprendidos. ¿De dónde son? Nos preguntaban. De Lituania. ¿Pero dónde está Lituania? Volvían a preguntar. Cumplimos el sueño, nos dieron nuestros pasajes y volvimos a Argentina. Bailamos en la clasificación, las semifinales, y tuvimos la suerte de pasar a la final en tango de pista. Es la primera vez que Londres tuvo un finalista en esta categoría, así que un poco quedamos en la historia«, detalló, orgulloso, Carlos Rodríguez.

En Buenos Aires los esperaban cerca de 500 parejas en la primera ronda de selección, de las cuales solo 40 pasaron a la gran final de tango de salón, en el Luna Park. «Bailamos con parejas que solo habíamos visto en YouTube, grandes bailarines. Cuando estás ahí decís guau. Haber bailado en el Luna Park es un sueño que muy pocos artistas tienen la posibilidad de cumplir. Ver a tus padres mirandoté es increíble«.

UNA VIDRIERA AL MUNDO

Los dos títulos en Londres, en escenario y en salón, la final inolvidable en el Luna Park, le da a la pareja una visibilidad que no cualquiera puede alcanzar y tanto Carlos como Brigita ya tienen planeado cómo aprovecharla. «Esto nos ayuda a decir que hay maestros que avalan que la pareja es buena. La idea es volver a Europa y seguir trabajando con workshops, seminarios e ir cosechando de a poco. Se abren muchísimas puertas».

BRIGITA, MAESTRA

Hace 20 años que comenzó a bailar tango en Lituania y lo acompaña con un título de coreógrafa profesional que evidencia otra pasión: la de enseñar. «Me encanta dar clases. Enseñar y entender el tango argentino es difícil en Europa. Aprender los pasos es fácil. Entender la cultura y entender la danza en lo más profundo es lo difícil», explicó Brigita, un poco en inglés, otro poco en español y si en el medio mechó el lituano no nos dimos cuenta. Ahí es que Carlos Rodríguez llegó también para complementarla, ya que ella se enfoca en la parte pedagógica y él en el aporte más tanguero.

«Es increíble como en cada país se mezcla el tango con la cultura propia»

Brigita entendió esas diferencias en su máxima expresión la primera vez que visitó una milonga en Buenos Aires. Y quedó fascinada: «La gran diferencia es que a la milonga de Buenos Aires uno no solo va a bailar. Va a hacer amigos, a disfrutar de la música, comer, a conversar. Como en Europa lo que se hace es copiar lo que se ve de las milongas, solo es bailar. No tiene tanto la cuestión social. Muchas veces no querés bailar. Querés disfrutar de todo lo demás«.

CLÁSICO ES CLÁSICO

Carlos Rodríguez reconoció que en los últimos diez años se vio cómo en Argentina los más jóvenes se fueron acercando al tango, tanto a la hora de organizar eventos, como de visitar las milongas y formar nuevas orquestas.

Sin embargo, tanto él como Brigita coinciden en que hay algo de las viejas orquestas que los más jóvenes todavía no logran transmitir: «Para mí lo clásico es especial», apuntó Carlos. «Clásico es clásico», lo completó Brigita. «Seguimos eligiendo grabaciones de los años cuarenta, porque la calidad artística de esas orquestas fue y seguirá siendo gigantesca. Cuando uno escucha la armonía del cantor, los violines, los bandoneones, sigue siendo irreproducible incluso con la calidad de artistas y de tecnología que tenemos hoy. Incluso los jóvenes tratan de reunirse con los viejos bandoneonistas, que ya quedan pocos, para preguntar por distintos efectos y detalles que están más allá de una partitura».

«La orquesta que más nos gusta bailar es la de Osvaldo Pugliese. Es nuestro estilo. Nos gusta bailar suave y tranquilo»

LO QUE VIENE, LO QUE VIENE

Después de un mes y medio de disfrutar de la familia Argentina, a medida que la pequeña Uma va sumando nuevas palabras en español abrazada al gato de los abuelos, el 29 de septiembre los tres se volverán para Lituania.

Allá tienen previstos conciertos para el 1 y el 11 de octubre, que Carlos definió como «pequeños proyectos para pequeñas salas». La forma que han elegido para promocionar e invitar a que más europeos se contagien de la pasión por el tango.

También habrá lugar para el reencuentro con los alumnos que se quedaron esperándolos, repartidos entre Vilna, la capital, Kaunas, Klaipeda y otras ciudades de Lituania.

«Nos gustaría llegar también a una final del Mundial de Tango en escenario. Bailar en el Luna Park nosotros solos, con nuestra coreografía»

CONSEJO DE SOÑADOR

«Para los padres que tienen chicos que quieren bailar o ser artistas, que puedan apoyarlos y decirles vayan, hagan. Que todos puedan acompañar los sueños de esos chicos. Para los chicos que tienen un sueño como artista, sigan su corazón, su forma de pensar y de ser. Tienen que confiar en lo que sienten que es lo mejor para ellos. No hay nada más fuerte que el amor a lo que uno quiere hacer y expresar. Si uno anda por el mundo con amor por lo que hace, las puertas del mundo se abren«.

Por Juani Portiglia – @JIPortiglia

Video en vivo y fotos: Eugenia Reynoso

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