Cinthia Pereyra, delantera y capitana de Atlas, se refirió a la difícil situación que atraviesa el equipo en la Primera B de fútbol femenino y palpitó el duelo del próximo domingo ante Sarmiento, en Junín.
El equipo de General Rodríguez todavía no ha podido sumar en los seis partidos que lleva disputados, algo que Chily, como la apodó su abuelo, reconoció que pesa en el ánimo de las jugadoras.
«Nos bajoneamos un poco. Pero le seguimos dando para adelante porque buscamos ese primer triunfo y lo vamos a lograr. Nos está faltando un poco de suerte», expresó.
El torneo pasado, a Atlas ya le tocó pelear en la Zona Permanencia, por eso Cinthia Pereyra remarcó la importancia que tiene empezar a sumar puntos cuanto antes y no sufrir el desgaste emocional que implica jugar para no descender.
«Es uno de los problemas que tenemos para solucionar. No queremos otra vez ir a lo mismo, se sufre mucho nerviosismo. El año pasado lo sufrimos hasta el final. Todos los partidos los jugábamos a matar o morir. Y ahora toca tener el mismo pensamiento. De ahora en más, los partidos que quedan son finales», aseguró.
La capitana se mostró consciente de que el que viene será también un partido de alto riesgo para ellas, ya que la posición que Sarmiento ocupa hoy por hoy en la tabla no refleja el verdadero potencial del equipo. «Pudimos ver algunos partidos de Sarmiento, sabemos que es un equipo fuerte. Pero no sabemos mucho más, porque nunca nos enfrentamos. El viaje y el horario 12.30) no nos incomoda. El partido anterior viajamos a Liniers, a las 11 teníamos que jugar. Salimos tempranito pero eso no afecta», sostuvo.
Pereyra destacó que una característica que destaca en Atlas es la unión de un grupo que mantiene su base desde el pasado torneo, aunque reconoció que en la actualidad las está afectando la falta de entrenamientos. «Estamos entrenando dos veces a la semana. Tuvimos un cambio de cuerpo técnico y nos estamos amoldando, planificando. Tratando de organizar para meter más días, porque sabemos que es poco. No es tanto en lo físico que se nota, sino en la imposibilidad de realizar algunos trabajos tácticos. Algunas jugadas de memoria o preparadas. También trabajar sobre la corrección de errores».
Chily llegó a Atlas hace dos años, cuando se armó en el club el equipo de fútbol femenino, pero la relación con la pelota empezó mucho antes para ella, en el barrio. «Juego desde los 13 años, en los clubes de barrio. Hay una liga que se arma entre los barrios de la zona de Moreno, de fútbol 11. En sí era potrero, jugaban los nenes. Y también metieron el fútbol femenino».
