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Tras un 2019 redondo en formativas, Rivadavia de Lincoln planea una Primera División a lo grande

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El sacrificio de Rivadavia de Lincoln para viajar fecha a fecha a Junín, tanto con la Sub-15 como con la Sub-17, rindió sus frutos en un 2019 que se cerró, contando Apertura y Clausura, con tres títulos y un subcampeonato en el fútbol femenino de la Liga Deportiva del Oeste.

Las pibas crecen, como todo mundo, y para el año próximo habrá varias que se pasarán de categoría. Esa es una razón, pero no la única, por las que en El Rojo ya están planeando volver a armar equipo de Primera División.

El primer paso, apenas arranque 2020, será el Torneo Nocturno y el entrenador Darío Eletto le contó a Junín 24 que ya trabajan para ello: «Estamos charlando con los dirigentes y con los padres. Esta semana tenemos una reunión, porque hablé con David (Forconi) y me dijo que va a arrancar en enero. Eso nos da tiempo de armarnos, nos vino bárbaro».

«Que el Nocturno arranque en enero nos vino bárbaro para armarnos»

Hay que querer al club, hay que hacerlo por pasión, para salir de viaje todas las fechas. Dos horas antes, horita y pico de juego tratándose de formativas, teniendo en cuenta entretiempo y las ya habituales demoras en el inicio de los partidos, otra hora y media más para pegar la vuelta a casa. Eso sumado a los gastos que les implican los traslados, en los que siempre terminan colaborando las familias de las propias jugadoras.

«Muchas chicas son de los pueblos, mucho lo ponen entre los papás. Rivadavia nos da un lugar terrible con el fútbol femenino. De eso no nos podemos quejar. Pero nosotros también necesitamos que nos banquen los viajes. Ellos proponían que organicemos eventos para recaudar dinero a partir de eso. La Liga también nos había dicho que organicemos un encuentro de escuelitas, Ambos Mundos nos ponía la cancha, porque la gente va más allá. Pero todo te lleva mucho tiempo. Es más poner que sacar. Es por pasión, por amor. Pero estamos con la idea firme de volver a armar Primera División«, aseguró el entrenador.

Darío Eletto, jugador histórico de Rivadavia, también es todo un referente en lo que a fútbol femenino se refiere, en especial por su trabajo como formador. En Germania, en el CEF, en el propio Rivadavia de Lincoln, marcó a muchas de las jugadoras a las que dirigió de pequeñas con enseñanzas que al día de hoy no olvidan. Dirigió, entre ellas, a cuatro jugadoras que hoy integran el plantel de Sarmiento en la Primera B de AFA: Mari Costa, Flor Gamarra, Sofía Fantone y Alma Verdún.

Si de pensar en AFA se trata, para el DT todavía queda una locura más por intentar cumplir. Y ya lo tiene todo en la mira: «Estamos viendo de conseguir algunos sponsors, gente, para ver si podemos no sé si encarar una Primera B, porque tenés que comprar la plaza y el gran problema es la parte económica, pero sí una Primera C. No sabemos cómo es el tema para entrar. Si podemos anotarnos a ver qué pasa o si hay que comprar también una plaza. Tenemos muchas chicas de los pueblos, nos tomamos el trabajo de hacer pruebas».

De a poquito, porque no quiere ilusionarse todavía y porque pareciera que todavía falta una eternidad para que finalicen los torneos vigentes que organiza la Asociación del Fútbol Argentino, Darío Eletto fue trazando las alternativas que le podrían permitir cumplir ese sueño. Suyo y de sus jugadoras.

«Llegué a hablar con Mariano Reynoso para hacer una unificación con Rivadavia de Junín pensando en jugar un torneo de AFA»

«Yo estoy averiguando todo para entrar en AFA, pero lo primero que tengo que averiguar es si tengo la guita. La idea también es agarrar chicas de la misma liga, algunas de 9 de Julio, Bragado, Pergamino. Pero el tema es que eso te lleva guita. También hablamos con Mariano Reynoso para hacer una unificación con Rivadavia de Junín. Pero son todas cosas que quedaron ahí. Imaginate las chicas de experiencia de ellos con las jóvenes nuestras. Sería un equipo tremendo. Pero son todas cosas que hay que ver».

No quisimos dejar pasar la oportunidad de consultar a Darío Eletto sobre la posibilidad de recuperar a alguna de esas jugadoras a las que ya entrenó para el caso en que finalmente lograra entrar en un torneo de la Asociación del Fútbol Argentino. Su conclusión volvió a poner en evidencia esos valores que tanto han sabido reconocer la gran mayoría de las pibas a las que dirigió.

«Mari Costa podría jugar tranquilamente en la Selección Argentina»

«Yo a Mari Costa, Flor Gamarra y Sofi Fantone un día les dije, si nosotros armamos un equipo que a ustedes les sirva, me gustaría que estén. Y ellas dijeron que contara con eso. Pero hay un tema, ellas juegan una Primera B y Sarmiento va a llegar a jugar por el ascenso a la A. Entonces yo no puedo ser egoísta y ponerlas en ese compromiso. Yo no soy así. A mí lo que me gustaría es ver a una de ellas en una Primera División de AFA. Mari puede jugar en una Selección Argentina tranquilamente. Ojalá algún día las veamos por televisión. A mí me duele en el alma, porque a mí Rivadavia me salvó la vida y yo amo a mi club. Pero nunca pondría a las chicas en una situación límite de tener que hacer esa elección«.

En el camino de las locuras, los esfuerzos, pero también en el de los campeonatos y los festejos; Darío Eletto no está solo. Codo a codo trabaja junto a él Sergio Adrián Moyano; que más que un ayudante es un par, un amigo con el que comparte la misma manera de entender el fútbol. «El fue compañero mío en Bayauca, yo fui técnico de él. Tiene mi total confianza. Si yo no estoy y está él es lo mismo. En la final de sub-17 que perdimos con Sarmiento yo decidí que fueran las chicas las que eligieran quién pateaba. Y en esta última final, que ganamos por penales, él me observo que teníamos que ser nosotros los que eligiéramos en base a lo que habíamos practicado. Y tenía razón».

Así seguirán trabajando, haciendo escuela y con una meta final que se merecen poder cumplir. No depende de ellos, ni de los esfuerzos de sus jugadoras, que la dejan chiquitita, sino de los apoyos económicos que también son parte del crecimiento de un equipo.

TORNEO NACIONAL, MEDIDA DE JERARQUÍA

Los éxitos deportivos de Rivadavia de Lincoln en categorías formativas han trascendido el marco de la Liga Deportiva del Oeste y han sido también la más clara prueba de un potencial que merece poder ser explotado al máximo.

Este año, en el flamante predio que estrenó Boca en Ezeiza, jugaron y ganaron la final de un campeonato provincial de fútbol 7 en categoría Sub-15 que les dio el boleto al Torneo Nacional, en el que representaron a la Provincia de Buenos Aires.

«Jugaron las 23 provincias, además de la Ciudad de Buenos Aires. Después de tres años llevamos al equipo de la Provincia de Buenos Aires a jugar entre los primeros ocho. Perdimos un partido con San Juan que si ganábamos, y pudimos haber ganado, terminábamos entre los primeros tres del país. Con toda humildad lo digo, los equipos que enfrentamos no eran superiores, sino iguales que nosotros. Son esos partidos que podés perder como podés ganar. Mendoza salió campeón y nosotros le empatamos. San Juan que nos ganó ahí nomás fue subcampeón».

COTY, GAMBETA Y PEGADA DE CORAZÓN ROJO

Si tiene que jugar con la Sub-15, la división que le corresponde por edad, se pone la camiseta y juega. Si al día siguiente toca con Sub-17, lo mismo. Y si este 2020 toca en primera, también lo hará con gusto.

Dueña de una gambeta explosiva y de una pegada envidiable, Sarmiento quiso tentarla ofreciéndole un lugar en el equipo que participa de la Primera B. Pero no, ella, que este año ni siquiera tuvo oportunidad de jugar una Primera local, tiene demasiada identificación con Rivadavia de Lincoln.

«Vino la mamá a contarme que la habían llamado de Sarmiento. Pero ella se quiso quedar acá. Ese sentido de pertenencia lo vas generando con todo esto. La llevás, la traés, la ayudás a comprar la ropa de entrenamiento. Son cosas que las chicas y la familia notan».

MARI COSTA, DIFERENTE

Cuando Darío Eletto habla de Marianela Costa, hasta le cambia el tono de voz. Él fue testigo directo de su crecimiento, de su desarrollo y por eso entiende que no tiene techo.

«Yo era técnico de Germania y ella nos enfrentó a nosotros, con 13 o 14 años. Un día hace trampa el técnico de Lincoln. Yo empiezo a dar fútbol acá en el CEF y va la mamá con ella a decirme si yo no la podía entrenar. Para mi un honor, le dije. Ya era terrible, aparte lo que entiende el fútbol. Vos no sabés lo que sabe. Estuvimos cuatro años, hasta que cumplió 18, 19. Después hicimos equipo de primera en Pinto. Ahora está en Sarmiento y ojalá algún día la veamos por televisión«.

Por Juani Portiglia – JIPortiglia

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