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Carolina Gil Solari, la encargada de tejer redes para que el fúbol femenino diera el paso adelante en Vélez

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Hace un año, en la pantalla gigante del José Amalfitani, un grupo de jugadoras que hasta ese momento habían pasado inadvertidas por buena parte del público velezano, aparecieron bailando a pura sonrisa al ritmo de La Chola. Con esa misma canción, que ya es todo un símbolo en Liniers, el equipo masculino de Primera División había celebrado poco tiempo atrás el regreso a las competiciones internacionales, por su clasificación a la Sudamericana 2020.

Hay una íntima relación entre los dos momentos, porque aquella clasificación significó, por disposición de Conmebol, la obligatoriedad para Vélez de consolidar su equipo femenino que en 2019 hizo su debut oficial en un torneo de AFA, jugando en la Primera C que hoy está en suspenso a causa de la pandemia de coronavirus y que las encuentra en la segunda posición.

Pero el fútbol femenino en Vélez ya se había puesto en marcha, en voz bajita pero con trabajo constante, y allí fue fundamental el papel de Carolina Gil Solari, la misma hincha, jugadora, fotógrafa y ahora también delegada que había logrado hacer virales a Las PiVas.

-¿Trabajadora o directiva?

-Estoy en el medio. En realidad directiva no soy porque no tengo un cargo político. Sí estoy intentando avanzar en lo que es la política del club. Como cargo oficial, soy delegada. Trabajadora, en el sentido de empleada, tampoco soy porque a mí nadie me paga.

-Y en la actualidad, ¿jugadora sí o no?

-No, ahora no. Empecé ayudando y jugué un tiempo pero después ya tuve otras responsabilidades y se me complicaba. Seguí entrenando en el club, hasta que empezó todo esto, pero hago fútbol recreativo, no compito.

-¿Vélez tiene un equipo recreativo y el que juega en AFA?

-Claro. Tenemos Primera División y Reserva, que serían los equipos que juegan en AFA. Después, de los 16 años para abajo son equipos recreativos y formativos. También tenemos un equipo de mayores recreativo.

-Antes de AFA competían en la Liga Amistad, con la que tengo entendido tuviste mucho que ver en la organización.

-Sí, pero actualmente no hay liga porque se nos complicó el tema de cancha y eso. La Liga Amistad surgió porque en la Villa Olímpica teníamos una cancha libre que nos daban todos los sábados. Nosotras averiguamos para anotar este equipo en torneos y nos salía mucho más caro. Se nos ocurrió con Jorge Di Netti, que es el presidente de fútbol recreativo y femenino, hacer nosotros el torneo. Nos pusimos en campaña de buscar participantes y así pudimos organizar una primera Liga Amistad, que fue de pocos equipos, creo que seis. Eso fue una prueba. Nosotros presentábamos tres equipos donde mezclábamos a nuestras jugadoras. La idea fue que tuvieran rodaje y pudiéramos empezar a seleccionar jugadoras que integren la Primera. Eran súper-mezclados, porque yo he jugado con chicas que hoy son de la Primera y no estoy a esa altura. Ese fue el primer torneo, a inicios de 2019.

-¿Y qué características tenía?

-El torneo era bastante informal. Cada equipo podía traer a la jugadora que quería. La idea era incentivar a que cada club crezca en lo personal, que crezcan jugadoras dentro de cada club. No había lista de buena fe, nada. Si algún equipo no llegaba a juntar el día de partido, se le daba jugadoras de otro equipo. Era más que nada para que las jugadoras tengan rodaje. Además, no les salía nada a los equipos participar, salvo pagar el árbitro. Al torneo siguiente ya se nos superpuso con AFA y se hizo más difícil.

-¿Cómo es hacerse cargo de un torneo de fútbol?

-Yo soy fotógrafa también y estuve en un montón de torneos de fútbol. Me la pasaba los fines de semana todo el día en algún campeonato sacando fotos. Tenía el contacto directo con los organizadores de torneos y por ese lado se me facilitó. Después, hice una reunión con los profesores de los distintos equipos y les comenté que la idea era que nos ayudáramos entre todos. Por momentos se complicaba, pero el primer torneo salió bastante bien. Ya en el segundo torneo, nosotros tuvimos que diferencias las jugadoras que se iban para AFA y las que quedaban en el recreativo.

-¿Generó problemas eso?

-Sí, fue problemático. Hubo muchas chicas que se fueron. Otras que quedaron y siguen estando. De hecho un equipo de las que quedaron llegó a la final del último torneo y eso les levantó el ánimo también, así que estuvo bueno. Pero fue un quiebre muy grande. En algún momento había que pasar por esa situación y tratamos de hacerlo lo mejor posible. Obvio que hubo un quiebre.

-Es un tema del femenino esto de empezar a entender la competitividad y la selección en base a habilidades, que nada tiene que ver con una relación de amistad…

-Exacto. Yo al tener tanta relación con las chicas me angustiaba mucho con el tema. Hablando con los profes, que también trabajan con juveniles en el masculino, me explicaban que un hombre viene acostumbrado desde chiquito a quedar afuera de un equipo y a tomar decisiones de si se queda o se va a probar a otro club. En cambio, en el femenino son jugadoras que pueden promediar entre 25 y 30 años que nunca tuvieron experiencias así. Yo tengo una chica, Milagros Pisani, que antes de arrancar el formativo lo único que hacía era jugar en el garaje con sus hermanos. Terminó jugando en AFA. Entonces es como que nunca pasó pos situaciones de selección o de rechazo. No es fácil para ellas acostumbrarse a eso. Ahora ya lo empiezan a ver de otra manera.

-En relación a esto, ¿qué tan importante es que afloren las formativas en el femenino y qué tan cerca lo ves de que pase en Vélez?

-Es súper importante. En Vélez es el proyecto que se está empezando ahora. Nosotras este año habíamos arrancado, pero bueno… Tenemos de los 3 años hasta los 11 fútbol mixto. Eso lo probamos a mitad del año pasado y funcionó bastante bien, porque se anotaron varias chicas chiquitas. Lo pusimos mixto porque no llegábamos a armar equipos de muchas categorías. A partir de los 12 teníamos una mezcla. Una categoría que era las de los 12, 13… Y otra que era ya hasta 18 años, había chicas de muchas edades juntas porque no llegábamos. Muchas son las que hoy forman parte del equipo de Reserva que juega en AFA. Este año ya se había dividido, con horarios y todo, para armar una sub-16 y una sub-13. Después iremos viendo, según los niveles. El fútbol femenino tiene un coordinador, un DT y preparador físico de Primera. Y ahora se incluyó otro profe para las divisiones menores y se busca que todos trabajen en la misma línea. Hubo dos semanas de entrenamiento y se paró todo.

-Imagino que la clasificación de Vélez a la Sudamericana fue un festejo doble para vos…

-Sí, pero igual nos jugó a favor arrancar cuando todavía no teníamos la obligación de armar equipo por la clasificación del masculino. Tuvimos un inicio muy relajado, sin hacer una prueba masiva que hubiéramos tenido que hacer si había que armar el equipo rápido. Las chicas fueron llegando, se fue corriendo la bola, hasta que entendimos que teníamos como para armar un equipo y nos mandamos. Al principio dudaban, porque era todo nuevo. Después llegó la clasificación a la Sudamericana y se metieron de lleno.

-¿Por qué el inicio fue en Primera C cuando otros equipos, por mostrar que tienen estructura, pudieron arrancar en una categoría superior?

-Yo había visto el caso de Rosario Central, que entró en la A. No sé la verdad. Yo me encargué del tema administrativo de AFA y la verdad que al principio no entendía nada de todo lo que se podía llegar a hacer. De hecho, para mí fue un bardo tremendo. Pensaba en qué me metí. Nos dijeron que se estaba armando la C y entrábamos ahí porque era justo cuando nos estábamos armando nosotras. Calculo que fue por eso. Tampoco es que intentamos entrar a otra división, porque nada nos corría.

-Pero en estructura Vélez tiene incluso más herramientas que equipos de Primera División. Ni que hablar las diferencias que deben notar con algunos equipos de la C, a los que les falta todo.

-Sí, obvio. En el club se entusiasmaron, por suerte. No nos podemos quejar. Al principio, como el femenino era nuevo estaba dentro del Departamento de Fútbol Recreativo. Hablando políticamente, tiene su propio presupuesto. Entonces empezó por ahí. Cuando vieron que las chicas eran un boom, que empezaron a crecer, hubo muchas charlas. Yo soy una persona que insiste un montón, empezamos a pedir camisetas, fui aprendiendo a quién tengo que ir a molestar, por así decirlo, para obtener ciertas cosas para el equipo. El presidente del Recreativo, que sí está en comisión directiva, empujaba por ese lado. Y yo tratando de pedir una mano por otro lado. Fue mucha gente la que fue confiando en nosotros. Ahora los directivos ya me conocen, me reciben, creo que porque vieron responsabilidad de parte de todos los que somos parte de Vélez femenino. Hoy el equipo entrena todos los días en la Villa Olímpica, donde tiene su propia cancha con luz. Tienen sesión con el psicólogo una vez por semana, nutricionista, kinesiólogos…

-Una clara prueba de cuánto importan los resultados, más allá que no tendría que ser así…

-Obviamente. Y las jugadoras tienen cosas que no tienen algunos equipos de la A. Porque en realidad el fútbol femenino no está dando réditos económicos. Nosotras ni siquiera estamos cobrando entradas. Pero a las chicas ya les sacaron la obligación de pagar el carnet de socias. Son pequeños gestos, una apuesta porque saben que esto va a crecer un montón. Los resultados indican que estamos para ascender y eso los tiene contentos.

-¿Y cómo se entusiasma al público?

Eso, te juro, es complicadísimo. No sé si es mentalidad o qué. Jugamos de local en la Villa Olímpica y hay mucha gente a la que por ahí le queda lejos. Muchos piden que jueguen acá en Vélez, pero la verdad es que se complica. Si bien tenemos las canchas nuevas del Polideportivo, se complica el ingreso de los visitantes. Está lleno de actividades, lleno de gente y cómo hacés para dividir, para que por ejemplo no se usen las parrillas o no se vayan para otro lado. Muchos dicen del Amalfitiani también, que este año ya estaba pautado que se juegue en mayo y no va a poder ser. Pero no creo que permitan que se jueguen todos los partidos en el estadio. La familia banca un montón, obviamente. Empezaron a venir muchos medios partidarios del club, a los que les insistí mucho. Y así se va ganando gente. En redes sí tenemos mucha llegada, de hecho tenemos un montón de mensajes todo el tiempo. Pero no se acercan a la cancha. No sabría explicar por qué.

-¿No pensaron hacer transmisiones?

-Sí, lo habíamos pensado. Lo que nos decían desde prensa es que el wi-fi de la Villa Olímpica no era el mejor para hacer transmisiones en vivo. Pero iban a ver qué se podía hacer. En prensa estoy yo manejando las redes, con un periodista del sitio oficial que me da una mano. Pero tengo que consultar todo lo que subo. Lo que es el márketing y la prensa de Vélez en general está muy bien manejada. Se puede ver en todas las actividades, que cada una tiene sus redes. Está bien organizado. Después, los medios partidarios se acercan y difunden cada vez más. Es cuestión de seguir llegando a la gente.

-Clave para esa llegada fue el video de La Chola, que se pasó por las pantallas del Amalfitani y viene de cumplir un año de existencia…

-Eso fue una locura, mal. Justo había salido el del masculino. Yo llegué un día al entrenamiento, tenía la cámara, y les dije chicas vamos a grabar el video. Ellas aceptaron, algunas tenían vergüenza. Les dije que no lo subía más que a mis redes. En esa época no teníamos redes del femenino, solo del recreativo. Intenté subirlo a la página y desde prensa me dijeron no, Caro. Era porque lo había hecho yo, que no era parte oficial de prensa del club y no se podía, algo así. Entonces lo subí a mi Twitter personal que tenía muchos seguidores de Vélez porque yo tiraba todo lo del femenino ahí. Al toque me lo empezaron a levantar. Después aparecimos en TyC Sports, en todos los canales. Las chicas se querían morir. Y las que ese día no habían ido a entrenar todavía me reclaman que no salieron en el video. Gracias a eso un montón de chicas se enteraron, nos escribieron a las redes y vinieron. Desde ese lado fue buenísimo.

-Vi que durante la cuarentena hubo más videos…

-Sí, al inicio hicimos otro de La Chola que salió en el noticiero del 13 y otros lados. Por la cuarentena, tuve que ir mandando mensaje a cada una de lo que tenían que hacer. Me tenían un poquito de desconfianza, me preguntaban qué iba a hacer con eso. Les dije, tranqui que no pasa nada. Y también lo levantaron. Está bueno. Ya son conocidas.

-Si tenés que elegir a tres jugadoras que no tendrían que irse nunca de Vélez, ¿podés o se enojarían las demás?

-Creo que sí. Flor Cotrone, nuestra capitana. Es hincha fanática de Vélez. Es con la que más parecido tengo el sentimiento hacia el club. Ella está igual de metida, igual de comprometida. Y como capitana hay que sacarse el sombrero, porque está en todo. Ella nunca tiene que faltar. De hecho yo ya le había dicho que si en algún momento no jugaba más en Vélez, que venga de DT de inferiores, de algo, porque es importante tenerla en el ambiente del fútbol femenino. Otra es Caro Davidoff, que tiene una personalidad que me gusta mucho. Todo el tiempo contagia buena energía y positividad. También está muy interiorizada con el equipo, es la subcapitana. Es otra que quisiera que por favor se quede y no se vaya nunca. La tercera, por juego, me quedo con Érica Trejo. Es terrible jugadora y aparte muy humilde, con una personalidad muy linda.

-¿Ascienden?

-Esperemos. Ahora con esta pandemia estamos esperando el decreto de AFA. Hay rumores de que se va a terminar el torneo. Pero nosotras tenemos a Argentino de Merlo a dos puntos. Entonces, terminarlo así sería muy injusto.

Por Juani Portiglia

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