Una adolescente de la cual no trascendió su edad, concurrió a un asado junto a su madre en la casa de unos familiares en la localidad santiagueña de General Taboada. La joven y su madre asistieron a una comida familiar, concretamente un asado y en un determinado momento el hombre de 36 años le pidió a la víctima que lo acompañara a buscar bidones de agua.
Sin sospechar de que algo malo pudiera pasar, la madre de la muchacha autorizó la salida, pero en el camino el abusador tomó otra senda a bordo de su motocicleta, se dirigió a una zona baldía y la obligó a desnudarse pese al llanto de la menor.
El hombre, marido de la prima de la víctima, la violó y le advirtió que no revelara nada de lo sucedido porque iba a pasarla peor. Tras el abuso, ambos regresaron a la vivienda y el agresor dijo con total serenidad que no habían encontrado agua. La joven víctima no habló en toda la noche.
Días más tarde la chica le contó a su madre que tenía un atraso en su menstruación, por lo que fue llevada a un médico que certificó que estaba embarazada. Ahí la adolescente confesó que el embarazo era producto de la violación que sufrió días atrás y de la que no había podido decir nada por miedo.
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