Pobreza: gran demanda en los comedores comunitarios

Nacionales

«El golpe sobre la economía es muy duro. La pobreza, el desempleo y la destrucción de empresas van a empeorar», reconoció este fin de semana la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca. A casi 4 meses del aislamiento obligatorio, ya hay varios números que dan cuenta de esa dramática situación: 18.400 empresas de todo el país y rubros cerraron en dos meses; 285 mil trabajadores registrados perdieron su empleo entre abril y mayo, y un crecimiento exponencial de personas que pasaron a pedir ayuda alimentaria a todos los gobiernos: nacional, provincial y porteño.

El primero en reflejarlo fue el ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, que contó que se pasó de asistir a 8 millones de personas a unas 11 millones durante la cuarentena. Creció, así, un 37,5% la demanda por comida, a la vez que aumentó también la cantidad de raciones diarias: destina unos 13 millones de kilos de alimentos -5 millones de kilos más que en diciembre de 2019- a los comedores de todo el país.

Pero si el ocular se reposa sólo en la ciudad de Buenos Aires, la situación es aún más desesperante: la asistencia alimentaria en comedores porteños aumentó un 200% en apenas tres meses, es decir, se triplicó.

Bajo la administración del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta hay 471 comedores comunitarios y 16 centros de primera infancia desde donde se ayuda a los grupos más vulnerables que viven en Capital Federal. Antes del 20 de marzo -día que arrancó el aislamiento obligatorio- la Ciudad ayudaba con raciones de comida a 90 mil adultos y a unos 12 mil niños, es decir, 102 mil personas. A fines de junio, eran más de 300 mil los porteños que recibían no sólo un plato de comida por día sino que además se sumó la ayuda con bolsones alimentarios.

«El primer mes de la cuarentena creció un 20% la demanda en comedores y además se empezó a entregar bolsones de comida. En total, llegamos a unas 200 mil personas beneficiarias. El segundo mes siguieron subieron los pedidos de ayuda y pasamos a asistir a 260 mil personas, mientras que en junio eran más de 300 mil, entre adultos y niños», precisaron a minutouno.com voceros del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat porteño.

Los bolsones de alimentos no perecederos se entregan una vez por semana o cada 15 días en puntos fijos dentro de los varios barrios vulnerables y en coordinación con organizaciones sociales y con la Iglesia. En tanto, del total de 471 comedores comunitarios, 316 están ubicados dentro de las zonas más postergadas de la Ciudad y el resto en barrios de comunas linderas. Esta situación favoreció a que un gran número de porteños que no viven en las llamadas villas también pasaran a pedir diariamente un plato de comida ante la pérdida de su empleo o la caída brutal de sus ingresos.

Según el censo de 2019 que realizó el gobierno porteño, en los barrios populares viven unas 240 mil personas, por lo tanto, si por estos días se brinda asistencia a más de 300 mil desde la administración capitalina estimaron que pasaron pedir ayuda al menos 60 mil personas de la clase media baja, lo que dará cuenta de un aumento de la pobreza producto de la pandemia y la feroz crisis económica.

Pero no son los únicos que lamentablemente cayeron en la pobreza. Desde la cartera que encabeza la ministra María Migliore advirtieron que también observan que un número importante de personas de la media baja que no está acostumbrada a acercarse a los comedores comunitarios está acudiendo a la ayuda de un familiar o amigo ante la pérdida de su empleo o la caída de los ingresos.

Y si de ingresos hablamos, otro dato que refleja el drama de las empresas, de los comerciantes, monotributistas y los autónomos que viven en Capital Federal es la brutal caída de la recaudación, en especial por la baja de Ingresos Brutos.

En el trimestre que va entre abril y junio, la recaudación cayó en promedio un 30%, informaron a este portal desde el Ministerio de Economía porteño. Ingresos Brutos representa el 75% de lo que recauda en impuestos la Ciudad, por lo que la caída del 20% de ese gravamen da cuenta del nivel de deterioro de los sectores que motorizan la economía.

Además, el 52% de los porteños dejó de pagar la patente de su vehículo en ese trimestre respecto del mismo período del año anterior, y el 45% no abonó el ABL, impuesto que representa el 11% de la recaudación de la gestión de Larreta.

Seguir Leyendo:
Nacionales
LO MÁS DESTACADO
keyboard_arrow_up