Opinión: La marcha es de la gente no de los dirigentes

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Escribe Alejandro Franco (Concejal Mandato Cumplido)

Días pasados muchísimas personas tomaron la decisión de salir a la calle, sin ponernos a cuestionar si fue una decisión de responsabilidad u irresponsabilidad individual, si podemos decir que fue una acción ciudadana en toda su dimensión.  De empezar a entender que el compromiso no es solamente ir a votar cada 2 o 4 años, que la democracia para ser plena hay que hacerla todos los días.

Creo que como sociedad pasamos del miedo al hartazgo y de la preocupación a la decepción-
Lo que ocurrió el 17 es una clara expresión de la gente en general y de la clase media en particular. Clase media que nadie defiende, que nadie se ocupa y la más perjudicada por los efectos de la pandemia.

El lunes se decidió dar un grito ensordecedor.

Me parece interpretar, aunque no tengo certeza que el grito es una forma de enfrentar una cierta manera de hacer política, típica de otros tiempos y que ya no tiene lugar, es decir la pretensión de imponer una agenda que poco tiene que ver con el día a día de los argentinos.

Hace un tiempo dirigentes como Heller y Vallejos querían instalar un impuesto a la riqueza, que en realidad no movía el amperímetro en la ecuación costo-beneficio, pero que respondía a cierta apelación romántica que no condice con la actualidad.

Luego aparece Fernández Sagasti con la loca idea de intervenir una empresa privada que atraviesa una convocatoria, la intención llevaba como bandera la palabra expropiación. Un verdadero despropósito. Y para completar la urgencia desmedida de una reforma judicial que no forma parte de la agenda de la gente, pero que por el modo y el apuro hace crecer la desconfianza y corre el velo del doble eje del poder.

Cualquier vecino sabe que la Justicia como institución está al tope en las encuestas por su mala imagen, pero también cualquier vecino se pregunta porque en plena pandemia se trate una reforma para cambiar y construir una nueva mayoría. Siendo que la propia Vicepresidenta cuando era Senadora en 2006 defendió con sólidos argumentos la reducción de la Corte a cinco miembros
Lo mismo dijo Fernández Alberto en 2019 “No hay ningún motivo para modificar la composición de la Corte”

La pregunta del millón es ¿Para qué necesita armar una comisión que los aconseje?

Nada de esto, es ajeno al ciudadano de a pie, pero no forma parte de sus prioridades.

Poner en primer plano el temor al Coronavirus es una simplificación para evitar el debate político, lo mismo que adjudicar a la oposición el liderazgo de la marcha. Podemos pensarlo como una forma de bajarle el precio a la misma.  Dicha marcha ha sido una expresión heterogénea que excede a cualquier espacio político, demostrando que se trata de intereses sociales. Donde se pone en duda que haya un plan económico o un conjunto de medidas que puedan enfrentar la post pandemia.

Esto nos habla de una disociación entre la agenda política y el temario público. Proyectándose un escenario que va a presentar un 62% de menores en situación de pobreza y un promedio general de desempleo del 15% señaló la U.C.A. que implica llevarlo al 20% en los grandes conglomerados urbanos, según el INDEC “ casi el 26% de los hogares cruzaron la línea de pobreza,  porcentaje que incluye al 36% de las personas”.

Claramente lo que hay que consensuar, es una salida económica y social post pandemia y debatir con sinceridad los cambios estructurales que hay que hacer. El Dr. Lavagna aportó un documento “Pilares de un programa de crecimiento con inclusión haciendo especial hincapié en el mundo del trabajo” . Un plan de reactivación y desarrollo donde deben convivir dos sistemas el actual, basados en los derechos adquiridos y el nuevo que sea acorde a los cambios ocurridos en este siglo.

Es decir en un contexto donde sufrimos la peor crisis socio económica, es imprescindible darle lugar a los que están en la informalidad permitiendo que el l 45% de los trabajadores que están desempleados, subempleados,pseudo, empleados (monotributistas) para lo cual propone un sistema nuevo, con normas precisas que esté a la altura de los cambios tecnológicos educativos y productivos del siglo actual  Mas la creación de un fondo actual de desempleo similar al que tiene la industria de la construcción,  como una forma de incentivar nuevas fuentes de trabajo.

Está claro que hay que modificar el Sistema Laboral.  Donde vemos que más del 45% de esa fuerza de trabajo no registrado, existe esta másallá de que la Argentina crezca o no.

De hecho tuvimos años de crecimiento económico continuado y el trabajo no registrado nunca bajó del 30%, es decir, que solo con la política económica no se va a generar empleo.

La idea de un sistema mixto y un fondo de desempleo sería un comienzo que podría generar un efecto positivo en términos de empleo para iniciar un ciclo de recuperación económica porque mejoraría la relación empleo-producto

Se propone segmentar los contratos de trabajos abriendo un segundo estamento para las nuevas contrataciones que sigue el régimen vigente para la industria de la construcción.

Tenemos que darnos las oportunidades de un debate profundo.

La clase media no puede subsidiar a ningún otro sector. La protesta del 17A coloca en lo más alto la crisis económica y la fatiga social por encima de las consecuencias del aislamiento.

El agotamiento social y la depresión económica no es una mera expresión de la anti política. No se trata de que se “vayan todos”

Es fundamental reaccionar y darnos cuenta que no es una simple marcha más, sino que es la expresión de que estamos transitando el rumbo equivocado.

Le pedimos a los que gobiernan no persistir en la sordera

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