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Sergio Barbagelata: «Nos merecemos ir por la revancha»

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Comienza una semana clave para el equipo de fútbol femenino de Sarmiento, no solo porque se espera que en estos días se resuelva por sí o por no la disputa del Torneo Nocturno de la Liga Deportiva del Oeste, sino porque además deberá definirse cómo continuará el proyecto AFA, un derecho que Las Maestras deberían haber ganado para siempre, pero que no podrá confirmarse hasta que no haya manifestación oficial desde la dirigencia.

A Sergio Barbagelata, las sensaciones de la final ante Comunicaciones todavía le recorren el cuerpo. Volvió a ver el partido una, dos, tres veces y le cuesta encontrar explicación a lo que sucedió en Salto. Tan hondo ha calado que todavía tiene que hacer un esfuerzo por sacarse ese partido de la cabeza y dar paso a una evaluación exhaustiva de todo lo que ha logrado con su equipo en la que fue la primera participación en un torneo de AFA. Lo que tiene claro, tanto él como sus jugadoras, es que Sarmiento merece tener revancha.

-¿Sos consciente que a lo largo del torneo se ganaron el respaldo de mucha gente que también va a estar esperando que puedan tener esa revancha?

-Sí, porque el club ganó prestigio con esto. Hace ya casi dos años, cuando jugamos el amistoso con All Boys, el delegado me dice ustedes ascienden. Y mirá, llegamos hasta la final. Pero bueno, no es fácil. Todos me decían están a un pasito del ascenso, pero ese pasito es muy importante.

-¿Lograste encontrarle alguna explicación a lo que pasó en la final con Comunicaciones?

-Vi muchas veces el partido y si tengo que decirte qué pasó todavía no tengo una explicación. Fue un partido inesperado, inexplicable. Puedo pensar en el nerviosismo, a lo mejor. Pero nosotros el viernes habíamos trabajado con el psicólogo deportivo en el club, las chicas estaban con mucha confianza. Después los partidos tenés que jugarlos. Aparte un equipo al que le habíamos ganado en su cancha. Porque yo contra Ferro te puedo decir que sí sentí una cosita rara, pero contra Comunicaciones llegamos muy bien. El fútbol es así. En algún punto contra Ferro nos pasó algo parecido, porque en los primeros 35 minutos erramos cuatro o cinco goles. Si nos traíamos un empate de allá, ascendíamos. Después nos meten ese gol a los cuarenta y pico y a partir de ahí agarramos el camino contrario. Pienso que con Comunicaciones, si a los 15 minutos hacíamos un gol de las oportunidades que tuvimos, el partido se abría a favor nuestro.

Foto de Mabel Panero

-¿Crees que el nerviosismo del equipo se hizo mayor con el nerviosismo de la gente?

-Puede ser. Había mucho familiar y por ahí eso juego en la cabeza de las chicas. Para mí la referí en algunas jugadas puntuales también influyó. A los 10 o 15 minutos nos condiciona con la amarilla a Meli (Garialdi)… Y después la tenía que haber echado y no la echó. . Ella nos había dirigido acá contra Estudiantes y había dirigido bien.

-Hubo mucho vestuario después de ese partido. ¿Tuvieron una charla? ¿Cómo fue ese momento?

-Hablar del partido no se habló. Yo les dije que tenían que valorar hasta dónde habíamos llegado, el sacrificio y el esfuerzo que habían hecho. Pero mucho más no porque había chicas que estaban muy mal. Fue más acompañar en ese momento que charlar, porque no daba.

-¿Te permitiste separar la final del resto del torneo para evaluar el crecimiento que tuvieron de inicio a fin?

-Es increíble pero todavía tengo la final en la cabeza. Yo sí noté cuánta gente me agradecía a través del Facebook, los mensajes que me llegaron. Pero todavía tengo la final en la cabeza.

-Mucha de esa gente que se fue sumando en el camino, incluso con ustedes ya jugando el Reducido, por ahí no notó el cambio del equipo de 2019 a este inicio de 2021. Porque fue muy mejorado y eso fue todo trabajo de ustedes…

-Sí, fuimos de menor a mayor. Pero mucho. A mí cuando de Sarmiento me dicen que querían entrar en AFA y que yo fuera el entrenador, Fernando (Chiófalo) me pidió que le dijera yo para qué categoría estábamos. Empecé a mirar partidos de Primera B y Primera C, porque la A ya la tenía vista. Pensando en el equipo que yo quería armar y lo que había visto, le dije que estábamos para entrar en la B. Ahí nos pusimos como primer objetivo salvar la categoría, después estar entre los diez primeros para jugar Zona Campeonato. Después surgió la Copa Argentina, que entraba hasta el sexto. Lo propusimos y lo logramos. Ya una vez que estábamos ahí, el objetivo era ascender. Y bueno, quedamos ahí.

-¿La disputa de esa Copa Argentina todavía está en suspenso? Porque sería una gran motivación para seguir adelante.

-Para mí se va a jugar en algún momento, manteniendo esta clasificación. Aparentemente está vigente, pero en AFA puede cambiar todo de un día para el otro, sobre todo con un torneo que no empezó.

-Con más razón, insisto, tenés que permitirte separar la final del resto del torneo…

-Y sí, la verdad que fue un trabajo bárbaro. Lo que pasa es que se hizo mucho hincapié en cuestiones como sacarse de la cabeza el amateurismo, entender que si bien no hay un sueldo o un contrato la exigencia del torneo requería de una planificación profesional. Y la mentalidad de las jugadoras fue cambiando. Si bien muchas son chiquitas, tienen 16 o 17 años, esa mentalidad la cambiaron. Las concentraciones, los viajes… Yo en la última charla del viernes (previo a la final), que es un día en el que siempre hablábamos, les recordé la primera concentración que tuvimos. Me acuerdo que yo pensé que las chicas iban a empezar a hablar de fútbol, todo. Pero se hacían las trencitas, jugaban con el celular… Yo me quería morir. Les recordé eso y se cagaban de risa.

-Ese objetivo fue súper cumplido, porque lo que quisiste transmitir se logró…

-Sí, pero falta todavía. Yo siempre les decía que no esperaran  a ascender para ser profesionales, porque te tenés que preparar antes. Por ejemplo, si a vos te dicen que la práctica empieza a las 18, vos 17.45 tenés que estar ya cambiada, preparada para que el profe arranque con las charlas. También en las notas, yo siempre les remarcaba ojo con lo que declaran. Prepárense para ser profesionales también en las declaraciones, porque las terminaron llamando de todos lados. En líneas generales, más allá de la final, el trabajo fue muy pero muy bueno. También lo que hizo Fede (Coronel), fue un trabajo bárbaro.

-Eso justamente te iba a preguntar, porque no habíamos tenido oportunidad de hablarlo… ¿Cómo se dio la llegada de Fede Coronel?

-Cuando Mati (Flores) me dice que no podía seguir más, porque empezaba un trabajo, yo tuve que salir a buscar un profe. Le comenté a las jugadoras, a las referentes del plantel, y Sofi (D’Ambrosio) me dijo mirá acá en Los Toldos hay un profe muy bueno, trabaja muy bien… A la vez, era el personal de ella. También había estado trabajando con Abel Oliver en Viamonte Fútbol Club. Lo llamé y me dijo que era muy bueno. Llamo a otro más y a otro más, todos me dicen lo mismo. Con esas tres o cuatro referencias lo llamo y enseguida aceptó. Habló con Fernando y así llegó al club. Por el trabajo que hizo es que, si toca seguir, a mí me gustaría seguir trabajando con él. Además muchos padres de las chicas lo quieren, ellas se sienten muy cómodas con él. Sería importante, pero hay que ver qué es lo que pasa.

Foto de Mabel Panero

-Hubo un trabajo silencioso, que habla muy bien de vos, y fue cómo te volviste un mediador entre los deseos de la dirigencia y las exigencias de las jugadoras que no siempre coincidían.

-Sí, eso pasaba. No es que yo las condicionara, sino que intentaba marcarles un camino, una línea. No es fácil.

-¿Eso te generaba el stress que habías dicho haber sentido en el tramo final del torneo?

-No, yo creo que el stress tiene que ver con la instancia que nos estábamos jugando. Era un ascenso a la A. Esa era la presión que por momentos se hacía estresante. Cuando yo dirigía la Selección, que estuve 7 años, practicábamos los jueves y jugábamos los domingos. Acá vos tenés que estar todos los días, tenés que organizar viajes, entrenamientos, concentraciones, tenés que mandar a las chicas con los kinesiólogos, con los médicos… Es mucho más la exigencia y tenés que estar atrás de todo. Tenés que hacer un seguimiento de cada jugadora. Es una cosa totalmente distinta.

-¿Sobre el final de la temporada empezaste a sentir un reconocimiento a la altura de tanto esfuerzo?

-Absolutamente. Mucha gente estaba expectante con lo que pasaba con el femenino de Sarmiento. Yo a través de las redes sociales, que por ahí las manejo muy poco, le hice poner una frase a los chicos y ahí empezaron a llegar un montón de mensajes de reconocimiento, alentándonos para que sigamos. Nunca me había tocado vivir algo así. Fue una experiencia muy buena.

-Suponiendo que la dirigencia da el sí para la continuidad en AFA, ¿hay de todas maneras alguna situación o condicionante que te haría plantearte tu continuidad o te tirás de cabeza?

-Me gustaría seguir, pero reacomodar algunas cosas. Este año también fue como esa transición del amateurismo a algo mucho más profesional. Y estuve pocos meses en el club. Entonces me gustaría que se puedan reorganizar las formativas, las competencias, para que no queden baches entre el amateurismo, el profesionalismo y todo eso. Sería bueno poder armar un buen proyecto, reclutar jugadoras de todo el Noroeste.  Hacerlo bien profesional y que también el club pueda tener su beneficio. Pero sí, me gustaría seguir.

-Por lo que decís entiendo que para ustedes es muy importante volver a competir en Liga Local.

-Sí, porque imagínate hacer el salto de jugar en Sub-17 a jugar en AFA, más en una categoría como la B, que es terrible. Nosotros con algunas chicas lo padecimos. Por eso la idea es que si hay Nocturno podamos jugar con esas jugadoras más chicas que por ahí tuvieron poca competencia. De todos modos, yo traté de utilizar a todas las chicas lo máximo posible.

-Eso se vio. Más allá de cómo pueda haberlo tomado cada jugadora, cumpliste con ese compromiso inicial.

-Yo lo que sentí los últimos meses es que por ahí las chicas tomaban como referencia los últimos cuatro o cinco partidos y no todo el torneo que jugamos y las oportunidades que tuvieron. Yo tengo que poner 11 titulares y siete al banco, las demás quedan afuera. No se puede hacer de otra manera. Incluso hice una estadística de los 27 partidos para determinar cuánto habían jugado. Siempre digo que si tengo una virtud es que se elegir a las jugadoras. Lo hice en la Selección, con la que ganamos dos veces el Provincial y creo que hubiéramos ganado el último que jugamos también si no arrancábamos con esto de Sarmiento. Y acá también elegí las jugadoras que creí que me podían llevar a ganar. Y creo que si seguimos lo vamos a lograr. Me pasó con la Selección que el primer año que estuve salimos subcampeón y al siguiente campeón. Ojalá acá se repita. Yo trato de rotar, ir llevándolas y conformar a todas. Pero es muy difícil. Incluso en el tramo final que nos habíamos quedado con un plantel muy corto. Imaginate si teníamos 30 jugadoras. ¿Cómo hacés para darle minutos a todas? Por eso sería bueno tener una Reserva también, para tener en competencia a todas. En la B ya hay equipos que la tienen, pero lo que pasa es que compiten entre ellos en la zona. Para Sarmiento serían otros costos.

-El tema costos fue muy diferente para Sarmiento, porque si bien otros equipos pueden tener jugadoras que viven a 50, 60 kilómetros del club, esas jugadoras en el Gran Buenos Aires pueden viajar a entrenar en un bondi de línea, en tren… A ustedes no les pasó eso…

-Claro. Tenés que buscar de ubicarlas acá o de ayudarlas con los viajes… Un partido que jugamos a las 9 de la mañana, creo que con Ferro, yo le planteaba eso al técnico. Y me decía ustedes tardan de acá a Buenos Aires cuatro horas. Yo tengo chicas que tardan tres o cuatro horas. Pero no es lo mismo ese viaje que pueden hacer en el conurbano que organizarte con todas acá, levantarse dos horas antes para después ir todas en el colectivo. El sacrificio que nos tocó hacer fue mucho más grande.

-¿En qué situación quedaron Brunella Gutiérrez y Camila Torres?

-Están las dos haciendo la rehabilitación acá. En marzo no van a poder seguir en la pensión porque llegan los chicos, pero aparentemente les van a alquilar una casa para que puedan terminar de hacer la rehabilitación acá. Vienen muy bien.

-Siempre pensando en el sí de la dirigencia, ¿tenés un ideal de equipo para seguir adelante?

-Lógicamente me gustaría poder conservar a la mayor cantidad de jugadoras posibles y jerarquizarlo con algunos refuerzos. Obviamente hay jugadoras que se hicieron ver, que las van a venir a buscar y entonces hay que ver qué va a pasar en cada caso. Después hay que buscar en puestos claves. Una arquera, porque solo tuvimos dos. Una delantera, porque este año prácticamente estuvimos con Sofi (D’Ambrosio) y Meli (Garialdi), porque con Alma (Verdún) mucho tiempo no contamos porque se había ido a estudiar. Y tenés que ver quiénes se pueden ir a estudiar este año.

Foto de Mabel Panero

-Si tenés que resumir el torneo de Sofía D’Ambrosio, ¿qué decís?

-Para mí fue maravilloso, porque Sofi fue creciendo. De lo que era en la Selección a lo que terminó siendo en Sarmiento, ha tenido un crecimiento enorme. Como jugadora fue muy en ascenso, tuvo un año bárbaro. Ni que hablar como persona, excelente para el grupo. Metió 39 goles, es mucho. Obviamente tener al lado jugadoras como Meli (Garialdi), como La Negra (Lucía Mansilla), como Mari (Costa), la potenciaron muchísimo. El equipo en sí funcionaba. Habría que ver cómo se adaptaría a la Primera División, porque todavía hay mucha diferencia. Imaginate que nosotros jugamos un amistoso con San Lorenzo y perdimos 6-0 jugando un muy buen partido. Hay tres o cuatro equipos de punta que invierten mucho. ¡Y después Boca gana 7-0 la final!

-Y ese 7-0, por el trámite del partido, fue muchísimo más justificado que la derrota de ustedes contra Comunicaciones…

-Sí. Yo no lo podía creer. 7-0 una final. Pero son partidos. Vos fíjate que a nosotros en el segundo tiempo nos metieron uno y nosotros seguimos generando opciones. Hicimos el cambio de La Mona (Sofía Nieves) por Vicky (Jancich), tratamos de motivar y decirnos que podíamos meter cuatro. Encima no es que entramos y descontamos, ¡nos metieron el quinto! Yo en el 2-0 incluso había pensado en hacer un cambio ahí mismo, pero después tenemos otra clarísima de Sofí. Ese 2-1 nos ponía en partido.

-Si volvieran a buscar a Sofía y termina yéndose, ¿cómo se reemplazan esos 39 goles? ¿Hay en la zona alguna jugadora que, aunque sea con trabajo, genere una expectativa similar?

-Es muy difícil. Si este proyecto sigue, yo ya había probado a una jugadora de La Pampa, a la que trajo por tres días su representante. Tremenda. En la primera práctica había estado más o menos, porque había llegado media descompuesta por el viaje, el calor. Ya a la segunda hizo tres goles, pero tremendos. Ahí la tenemos en carpeta. De todos modos, no sé si podría reemplazar a Sofi. Son momentos, rachas, entendimiento con el equipo. A lo mejor los 39 goles se dividen en tres jugadoras, nunca sabés. Pero ojalá se quede Sofi si seguimos.

-Terminaron como el equipo más goleador del torneo…

-Sí, pero también nos convirtieron mucho.

-Pero habías logrado acomodar eso en el Reducido.

-Sí, eso es lo que yo les decía. Habíamos mejorado mucho en la parte defensiva. Imaginate que nos metiron treinta y pico de goles en el torneo. Es mucho. Yo quería bajar ese porcentaje y en el Reducido lo bajamos, salvo la final. Un gol nos habían metido. Todo es trabajo. Hay que seguir trabajándolo.

-Si Sarmiento decidiera no jugar el Nocturno, ¿qué pasa con las jugadoras? ¿Se podrían prestar a otros equipos para que sigan en competencia?

-Eso es algo que pasa muy por la dirigencia. De todos modos, hay chicas que ya se fueron a otros clubes, que no habían tenido lugar en el equipo de AFA. En su momento Gustavo Balmaceda me llamó y le dije que les diera el pase. Pero después se evalúa dependiendo de la chica que vengan a buscar.

Foto de Mabel Panero

-Poli Bazán, que al final terminó sin ser convocada a los partidos del Reducido, ¿es una jugadora que interesa para la continuidad?

-Sí, es una jugadora importante. Yo la había visto jugar en una final entre San Nicolás y Bragado y me gustó mucho. Cuando se lesionó Cami (Torres) tuvimos que salir a buscar a último momento un refuerzo. Lo que pasa es que ella jugaba muy atrás allá, con un sistema estilo líbero y stopper. Y no teníamos tanto tiempo para trabajar. Para colmo el equipo empezó a estar muy sólido en la defensa, no nos convertían. En un momento hablé con ella y lo entendió. Es una piba bárbara y la tenemos en los planes. Incluso quisiera contar con ella si jugamos el Nocturno.

-Porque la fuiste a buscar y porque solo jugó un partido oficial, que para colmo fue el que no contó, ¿lamentaste mucho la lesión de Camila Torres?

-Sí, porque la fuimos a buscar, porque es una jugadora con mucho carácter y porque había jugado muy bien el partido contra Banfield, que estuvieron Pini (Tamburrini), Lu (Inglese) y Brune (Gutiérrez). Una solidez en la defensa terrible, aguantaron todo lo que venía. Incluso Cami la ordenaba mucho a Lu. La flaca tiene mucha presencia y hubiese sido importante. Fijate que tuvimos que cambiar dos defensoras sobre la marcha.

-¿Está ese compromiso de la amplia mayoría del plantel para seguir?

-Sí, la verdad que sí. Están todas a la expectativa de lo que va a pasar, me preguntan todo el tiempo. Si yo te mostrara los mensajes… Tenemos un gran equipo. Se hicieron las cosas bien, no tenemos cosas que reclamarnos. Los refuerzos de mitad de campeonato fueron importantes, los puestos justos. Fue duro el final, pero tenemos que ir por la revancha. Lo merecemos.

Por Juani Portiglia

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