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Mapuches atacaron a un hombre que se opone a la ocupación ilegal de terrenos

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Sucedió en Villa Mascardi, Río Negro. Se trata de Diego Frutos, quien en noviembre pasado había sido brutalmente agredido por una patota de usurpadores. Ahora, según denunció, le dispararon para intimidarlo y que abandone su hogar

El viernes por la noche, un vecino de la localidad de Villa Mascardi, en Río Negro, fue blanco de un acto intimidatorio por parte de un grupo de usurpadores que integran una autodenominada comunidad mapuche. El hombre denunció que le dispararon para amedrentarlo, en busca de que abandone su hogar. La víctima es Diego Frutos, propietario de la cabaña La Cristalina, quien en noviembre pasado había sido brutalmente golpeado por seis mapuches, entre otros episodios de violencia protagonizados por los mismos agresores.

El hecho ocurrió cuando faltaban unos 15 minutos para las 21. Frutos se encontraba haciendo unas tareas de mantenimiento en el alambrado perimetral de su terreno. Aprovechaba la última claridad del día antes de que oscurezca por completo cuando en ese momento dos disparos retumbaron en medio del bosque.

“Prácticamente había bajado el sol y estaba levantando el cerco que me habían tirado abajo estos muchachos. Eso es a lo que se dedican para seguir incorporando tierra, algo que ellos llaman ‘la recuperación territorial’; tiran los alambrados para después tener la excusa de que avanzaron sobre un terreno abandonado”, dijo Frutos en diálogo con Infobae.

El hombre contó que “estaba reforzando el alambrado, poniendo una malla” cuando de repente sintió dos explosiones muy fuertes. “Fueron dos estruendos que me dejaron los oídos zumbado. Como para que te imagines, la Policía los escuchó estando a dos kilómetros de distancia. No sé sobre armas pero debe haber sido una potente”.

Todavía aturdido, Frutos huyó de inmediato. “Salí corriendo y me refugié en la casa de al lado. Pedí en el grupo que tenemos con los vecinos que llamaran a la Policía. Pero ellos tenían orden de estar en la ruta y desde ahí no pudieron ver nada”, continuó su relato.

Los disparos provinieron desde el predio lindero al suyo, que es ocupado actualmente por la comunidad Lafken Winkul Mapu y con quien Frutos mantiene un duro enfrentamiento desde hace tiempo por la ocupación ilegal de tierras. El denunciante, afortunadamente, no resultó lesionado.

Frutos sostiene que lo hicieron para amedrentarlo, al igual que en otras ocasiones: “Quieren que abandone el lugar. Ellos fueron avanzando primero sobre propiedades fiscales y después privadas. A mi casa también la han incendiado. Es un desastre y pasa todos los días. Cada vez está peor”.

También aseguró que no es la primera vez utilizan armas de fuegos para este tipo de acciones intimidatorias. “Generalmente lo hacen en noches de festejos. En este caso fue muy elocuente y el estampido fue muy fuerte. Nos salvó el hecho de que es una zona muy boscosa, con árboles grandes, donde uno se puede esconder”, consideró, aunque la características montañosas del lugar también implican un problema: “Es muy fácil poder pasarse de un lado a otro de los alambrados sin ser divisado”.

El vecino -que además es presidente de la Junta Vecinal de Villa Mascardi- había denunciado el año pasado y a comienzos de este 2021, varios ataques a piedrazos contra su casa. Reiteró que “son situaciones continuas” y reclamó que “la Justicia no está haciendo nada”.

El 25 de noviembre pasado sucedió el episodio más violento: ese día fue atacado a trompadas y patadas por parte de un grupo de al menos seis mapuches a un costado de la ruta nacional 40, a 35 kilómetros de la ciudad de San Carlos de Bariloche.

Aquella agresión se produjo cuando intentó cruzar un piquete que realizaban miembros de la comunidad, en medio de una jornada de protestas a 3 años de la muerte de Rafael Nahuel, el joven que integraba el grupo que ocupó un predio de Parques Nacionales en 2017 y que recibió una herida mortal durante un operativo de las fuerzas federales.

Un camionero fue testigo y grabó todo con su celular. En el video se puede ver como entre 4 y 6 personas, todas encapuchadas, rodean a Frutos y lo atacan con toda la furia, mientras se escuchan los pedidos desesperados de ayuda de la víctima, que quedó tirado en la banquina, herido, hasta que llegó una ambulancia que lo trasladó de urgencia al hospital Ramón Carrillo. “Me internaron y por suerte pude salir bien”, expresa hoy el vecino desde el otro lado del teléfono.

Por ese caso se inició un expediente judicial y desde el Ministerio Público Fiscal identificaron a los miembros de la Lof Lafken Winkul Mapu. Hoy en día “tienen una restricción judicial y no se pueden acercar a 500 metros, pero no la cumplen”, afirmó Frutos.

El vecino los definió como “soldados guiados por personas de mayor poder político que le pagan a ellos para avanzar en el lugar. No son mapuches porque no están registrados como tal ni en el INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas) ni en el CODECI (Consejo de Desarrollo de Comunidades Indígenas). Son un grupo de primos entre sí que se rebelaron a la vida. No pertenecen a ninguna comunidad y decidieron formar la suya a raíz de sus ancestros. Pero tampoco pueden demostrar que sus ancestros hayan vivido en la zona. Y son encapuchados porque son prófugos de la Justicia”.

Por otra parte, cuestionó también al gobierno nacional: “Ellos asumen que nosotros fuimos beneficiados con estas tierras. Nos contestan con que la Constitución de 1994 permite la propiedad comunitaria y nos quieren meter la idea de que tenemos que convivir con esta gente que dice que es su lugar sagrado, de sus antepasados. Es todo un disparate”.

En la misma línea, rechazó “las famosas mesas de diálogo, totalmente vacías de contenido, en la que se hace de cuenta de que hay predisposición para solucionar el conflicto pero no se soluciona nada”.

Y adelantó: “Vamos a tener el diálogo una vez que los hayan desalojado. Pero la gobernadora (Arabela Carreras) dice ahora que no tiene el personal idóneo para hacer ese operativo”.

“En Mascardi cada vez somos menos vecinos pero así y todo seguimos unidos para hacer respetar nuestros derechos. Cada uno compró los terrenos como corresponde. En mi caso soy dueño desde 2012. Pagué la escritura y tengo todo en regla”, finalizó Frutos, que si bien no es optimista a corto plazo, mantiene las esperanzas de que la situación se normalice y la violencia cese.

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