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Ayelén Silva: «Nos moríamos de ganas de jugar el Nocturno, porque esta también es nuestra Liga»

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La que con 13 años se fue a entrenar a Santa Alicia a espaldas de su mamá es la misma a la que un poquito le temblaron las piernas cuando salió a jugar en el Diego Armando Maradona. Y es la misma que atesora la vuelta olímpica en el Eva Perón con la Sub-17, pero también la misma que sacrificó un año de estudio para lanzarse de lleno en la búsqueda de un ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino que no se dio pero que la pone orgullosa por haberlo intentado. Es la misma que se emociona con el saludo de aquellas excompañeras de los inicios y también la que está pendiente de cada partido de sus primas, Chula y Jake, estén en el club que estén. La que más que pensar en cuánto perdió Sarmiento con las que se fueron, les desea lo mejor en esos nuevos horizontes. Es la que todavía no termina de dimensionar lo que significa estar jugando en Primera B con 18 años, pero también la que anhelaba como pocas poder disputar este Nocturno que hoy mismo definirán contra UNNOBA. Porque no hay una Ayelén Silva para AFA y otra para Liga Deportiva del Oeste. Si es la misma, y si hubo tanto sacrificio en el camino, quién puede venir a privarla del derecho al juego.

-¿Cuánto te costó asumir que en Primera B muchas veces no te iba a tocar jugar y cuánta confianza te devolvió este Nocturno en el que venís siendo titular en todos los partidos?

-Estos partidos me están ayudando un montón para tomar más confianza a la hora de pedir la pelota y cosas así que a mí me costaban. Desde que arrancamos AFA no había tenido tanta continuidad comparando con la Liga Local en la que yo venía jugando todos los partidos de titular. En los primeros partidos de Primera B me costó un montón asumirlo, pero con el pasar del tiempo fui entendiendo lo que era la categoría y que teníamos que apoyar cada una desde el lugar que nos toque. Sea en el banco, adentro de la cancha o incluso sin estar citada. Ya es algo que tengo re asumido el hecho de que tengo que pelearla desde donde me toque y que apoyar a mis compañeras sea en el lugar que sea. Cada vez que yo entraba a la cancha trataba de dar lo mejor y siempre tuve el apoyo de mis compañeras. Siempre me dieron consejos, tranquilidad. Nunca me bajonearon, así que desde ese lado no me puedo quejar.

-Más allá de las afinidades que puedan existir o no afuera, adentro de la cancha Sarmiento se presenta como un equipo muy unido, juegue la que juegue…

-En lo personal lo sentí así. Más que nada Meli Garialdi me ayudó un montón. También Pini (Tamburrini) en esos entrenamientos que nos juntábamos a hacer en cuarentena, también con Pocha (Flor Gamarra), Isa (Alonso)… Esos entrenamientos a mí me ayudaron un montón. Me hizo re bien entrenar con ellas. Hoy físicamente me siento re bien. Sé que todavía me falta mucho, pero estoy súper conforme con la preparación que nos está haciendo Fede (Coronel).

-¿Cuántas ganas tenías de jugar este Nocturno?

-Lo que yo esperé jugar este Nocturno no te das una idea. Y creo que no fui yo sola, sino todas las jugadoras que lo estamos jugando. Porque aparte es el torneo donde arrancamos, la liga donde arrancamos. Por eso a veces me dan mucha bronca algunas cosas que se dicen, porque nosotras arrancamos acá y tenemos el mismo derecho que los demás equipos de jugarlo. Y nos tomamos todos los partidos con mucha seriedad. Cada vez que entramos a la cancha nuestra idea es tocar la pelota y no tenemos otra cosa en la cabeza. Así nos lo platean Sergio (Barbagelata) y Fede (Coronel) siempre.

-Te vi muy bien con la pelota, que era algo en lo que tanto no había reparado antes. ¿También te sentís así?

-Estoy agarrando cada vez más confianza con la pelota y es algo que me dicen todos. Antes era más tímida, me costaba mucho pedirla. Pero creo que durante toda esta preparación, desde la final contra Comunicaciones hasta hoy, fui agarrando mucha confianza. Es lo que me pide Sergio. Quizás antes cuando estaba con Jonny (Villarreal) gambeteaba un poco, era algo que lo tenía y me he mandado mis cagaditas por salir gambeteando de abajo. Ahora trato de tocar más la pelota. Cuando entramos en AFA nos chocamos con una realidad totalmente diferente, en la que cada error podía costarte un montón. La cabeza puede jugar mucho en contra a veces y es algo que nos pasó a muchas de las más chicas. Me acuerdo el primer partido que jugamos acá contra Argentino de Quilmes… Fuimos al banco Sofi Berenguel, Viki Jancich, yo… Y cuando terminó el partido nos vino a hablar Jonny y fue un océano de lágrimas. Estábamos re mal por no haber entrado, como si fuera el único partido que iba a haber. Pero eso por esto que te decía que estábamos acostumbradas a ser titulares. Después empecé a ver cuál era la realidad que me tocaba y cómo me tenía que seguir esforzando para estar adentro de la cancha con mis compañeras.

-¿Volver a entrar a una cancha también era importante para empezar a dejar de pensar en Salto y Comunicaciones?

-En parte ayuda, pero por otro lado es al día de hoy que no lo puedo creer. Me acuerdo de ese partido y se me caen las lágrimas. Pero nos sirve mucho para tomar confianza, para estar activas.

-Si tuvieras que explicar por última vez por qué se merecen estar jugando este Nocturno, ¿qué dirías?

-Porque arrancamos de abajo como todas las demás. Porque nosotras seguimos siendo también jugadoras de la Liga Deportiva del Oeste. Porque nos moríamos de ganas de jugar, porque es donde arrancamos.

-¿Las sorprendió cómo se dio el debut contra BAP?

-Nosotras fuimos con la intención de siempre de tocar la pelota y creo que no se nos dio nada. De todos modos, nuestra intención de juego no estuvo en duda en ningún momento. La pelota no quiso entrar e hicimos ese penal que les dio la oportunidad de empatarlo. Nunca nos confiamos, queríamos ganarlo, pero no se dieron las cosas.

-¿Jugar con Rivadavia fue especial para ustedes? Porque sigue siendo el equipo más ganador de la Liga Deportiva del Oeste.

-La última vez que nos habíamos cruzado nos ganaron una final. Imaginate que no me voy a acordar si en el tiro libre del gol de ellas me cobran la mano a mí. En esta semi entramos a ganarlo. Muchas de nosotras que veníamos desde aquel tiempo nunca le habíamos podido ganar a Rivadavia, para que te des una idea de lo importante que era ese partido para nosotras. Valen Berenguel cuando terminó el partido lloraba. Le pregunté qué te pasa. Le ganamos a Rivadavia, amiga, me dijo. Imaginate.

-¿Se sienten en una posición incómoda jugando este Nocturno y ahora esta final?

-Creo que si el jueves se nos da ganar la final nos van a matar por haber jugado el Nocturno y no lo van a valorar. Y si la perdemos también nos van a matar diciendo juegan en AFA y no pudieron ganar el campeonato local. Por eso mismo nosotras solo pensamos en salir a jugar cada partido con la máxima seriedad. Y la realidad es que tenemos muchas ganas de ganar este Nocturno.

-Más allá de lo que se habla afuera, y sacando algún episodio puntual, me dio la sensación de que la mayoría de las jugadoras del resto de los equipos sí fueron respetuosas de ustedes y de su participación. ¿Es así o me perdí de algo?

-Yo creo que ningún equipo nos faltó el respeto más que BAP, que no sé qué les pasó. Y que nosotras no le faltamos el respeto a ningún equipo. Vos fíjate que siempre que termina un partido todas nos saludamos, charlamos… Yo creo que la molestia que se genera no es contra nosotras sino que es contra el club. Pasa en todas las categorías, masculino y femenino, amateur y profesional. Son esas cosas que no entiendo. Nosotras arrancamos todas de abajo. Yo tampoco era hincha de Sarmiento. Pero desde que juego, habiendo vivido tantas cosas, mi corazoncito ya es un poco verde. Mi novio me jode y me dice ah, ahora sos hincha de Sarmiento. El cariño hacia el lugar en el que una está es inevitable.

-¿Pudiste seguir a UNNOBA? ¿Qué esperás de la final?

-Yo creo que va a salir un partido lindo, porque creo que los dos equipos proponemos un juego similar. Creo que ninguno de los dos equipos vamos a apelar al juego brusco y vamos a tratar de jugar al fútbol. Ya veo que sale totalmente diferente, jaja. Pero creo que va a ser así. Nuestra cabeza está plenamente enfocada en esta final. Una vez que pase, pondremos la cabeza completamente en AFA.

DE SANTA ALICIA A LA PRIMERA B

Hace poco escribí que tu cuna futbolística era Sarmiento, así que te aprovecho para corregir. ¿Cómo fueron esos inicios?

-Arranqué a jugar en Santa Alicia a los 13 años. Me enteré que entrenaban allá en Avenida Circunvalación. Mi mamá no quería saber nada con que yo juegue a la pelota. El que siempre me apoyó en eso fue mi papá. Un día fuimos a averiguar sin decirle nada y cuando llegue a casa le dije mami el sábado arranco fútbol. No me acuerdo a qué hora entrenaba, pero él me llevaba a los entrenamientos y se quedaba hasta que termine. Lo mismo hizo cuando empecé a jugar en Sarmiento. En ese momento mis primas ya jugaban. Chula (Silva) también jugó conmigo en Santa Alicia. Pasaron muchas jugadoras por ahí: Sil Fernández, Pame Rodríguez, Vane Barraza, Karen Cabral, Mili Suárez… Con ellas viajamos todas a Mar del Plata. A mí Santa Alicia me marcó un montón. Hasta el día de hoy me las cruzo en la cancha y nos abrazamos. El otro día cuando terminó el partido contra Rivadavia de Junín salí de la cancha y me crucé a Sil Fernández, a Sole y a Caro Gómez que me dijeron felicitaciones peque. A mí me agarró una emoción tremenda porque ellas me marcaron. Ellas saben que yo arranqué de abajo y que siempre le puso mucho esfuerzo para hoy poder estar jugando también en AFA. Creo que ni mi familia pensaba que iba a llegar a donde estoy hoy. Lo digo y me emociono porque se me vienen muchos recuerdos a la cabeza.

-¿Y a Sarmiento cómo llegás?

-Cuando se disolvió Santa Alicia con la mayoría de mis compañeras nos fuimos a Defensa. Estuve en un entrenamiento y mucho no me llamó la atención. Entonces me fui a Sarmiento con Cande Anaya, que ahora está en Villa. De todas maneras era algo que yo ya tenía en la cabeza, porque me gustaba el ambiente y aparte eran todas jugadoras chicas como yo. Siempre le agradezco mucho a Diego Morosini, que hasta el día de hoy lee algo sobre mí y me escribe. Eso me pone re feliz. Sarmiento era un grupo de personas hermosas y eso era lo principal. Cuando no conocés a las personas que hay dentro de un grupo no podés hablar. Me acuerdo que llegué y a la semana siguiente dieron una convocatoria para viajar al predio de AFA a jugar contra una Selección Sub-17… Fui citada y ya viajé siendo jugadora de Sarmiento.

-¿Qué significa Jonny Villarreal para las que vienen desde ese entonces y cuánto costó readaptarse a un nuevo cuerpo técnico?

-Nosotras teníamos con él una confianza hermosa. Era nuestro profesor, pero era nuestro amigo. Si vos le preguntás a cualquier papá te va a decir lo mismo. Cuando entramos en AFA por ahí a ese grupo que veníamos de Sarmiento nos costó más que a las demás acostumbrarnos al nuevo cuerpo técnico. De todas maneras Jonny estuvo en ese tiempo con nosotras. Era cuestión de adaptarse, cuestión de tiempo.

-En algún punto siento que muchas de las que vienen desde aquel entonces no terminan de dimensionar lo que les está pasando. Les toque ser titulares o ser suplentes, la experiencia que están haciendo es toda ganancia…

-Yo a veces hablo con Valen Berenguel y le digo vos con 14 años debutaste en la Primera B y eso no te lo tenés que olvidar jamás. Por algo también hoy está donde está con 16 años. Siempre hablo con ella porque además de mi compañera de fútbol es mi amiga fuera de la cancha. Es como mi hermana. Tengo a mi novio jugando en Sarmiento y con él empecé a tomar conciencia de a dónde estoy también yo. Porque él tiene 30 compañeros, que la mayoría vienen de afuera. Capaz que citaban a 18 y la mayoría que venían a entrenar todos los días, tenían a sus papás, a sus familias lejos y no eran citados… Ahí me puse a pensar y dije por qué me enojo yo cuando no me toca, que tengo a mi familia en Junín y todo.

-Es que muchas de las mejores jugadoras que hoy tenemos en Argentina no tuvieron la oportunidad de estar jugando formalmente para un club con 14, 15, 16 años… Esa formación y esa experiencia a la larga va a dar frutos.

-No sé si está bien o no, pero yo dejé de lado mi estudio el año pasado, porque me iba a anotar en el profesorado de educación física y no lo hice porque estaba plenamente enfocada en jugar en la A. Porque no quería perderme ni un entrenamiento. Mi mamá me cagó a pedo, pero yo le dije mami yo quiero jugar al fútbol. Dejame disfrutar al menos este año. No se dio, pero yo estoy tranquila de que lo hice todo por el fútbol. Incluso si ascendíamos yo ni siquiera iba a tener la certeza de que a mí me fueran a hacer un contrato. Fueron todas cosas que pensé. Pero en lo que más pensé fue en romperme el lomo en cada entrenamiento, por la satisfacción que me daba estar jugándome algo tan importante.

-Si tenés que quedarte con los mejores momentos y experiencias que te dio el fútbol, en liga local y en AFA, ¿cuáles son?

-La final con la Sub-17 en el estadio fue muy importante. La primera final que jugué con Sarmiento también, que ganamos con Sub-17 el primer torneo que jugué. Con esa Sub-17 creo que tenemos cinco títulos. Teníamos lindo equipo. Las primeras finales las jugábamos todas contra Rivadavia de Lincoln, que era como nuestro clásico. En la Primera B, el partido contra Argentinos Juniors en el Diego Maradona fue algo muy especial para mí. Por el lugar, por el rival que era un equipazo y por haber sido titular. Tenía unos nervios impresionantes. En el primer partido (Argentino de Quilmes) había ido al banco, en el segundo entré de 4 contra Atlanta y contra Estudiantes jugué yo de 4 y Valen Berenguel de 3. Contra Argentinos fue la misma defensa.

-Más allá de lo que cada una aportara adentro de la cancha, ¿podés elegir a qué jugadora de las que se fueron extrañás más?

-Con Lucía (Inglese) nos llevábamos súper bien. Es difícil elegir. Pero creo que me quedo con Lucía. El otro día terminó el partido, me abrazó y me dijo yo ya sabía que no te iba a pasar nadie. Ella es muy hincha de Sarmiento y por eso creo que también fue una de las que más sufrió la final.

-¿El objetivo mayor sigue siendo el fútbol?

-A mí me encantaría vivir de esto. Sé que es muy complicado y muchos me dicen que es algo loco lo que estoy pensando, más habiendo dejado de lado el estudio para apostar todo a ese ascenso que al final no se nos dio. Pero lo hice por amor al fútbol y porque quiero llegar lejos. Sé que me falta un montón, que tengo muchas cosas por mejorar y corregir. Pero también creo que nada es imposible. El día que me llegue una oportunidad no la voy a desaprovechar, más que nada por todo el apoyo de mi familia en estos años.

Por Juani Portiglia

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