Fútbol FemeninoNewbery de RojasrojasRosario Marchesín

Rosario Marchesín: «Nos emocionó mucho saber que por fin íbamos a representar al club de manera oficial»

DeportesRegionalesSociedad

Cuando Newbery de Rojas llegó a Junín para jugar un amistoso contra la Sub-17 de Sarmiento, hace nada más que unos meses, ni sus jugadoras ni sus entrenadores pensaban que tan pronto iban a tener, por fin, la oportunidad de competir de manera oficial en su propia ciudad. Hace tres fines de semana, cuando en muchos otros municipios se volvía a frenar la actividad a causa de la segunda ola de contagios de coronavirus, permanecer en Fase 4 permitió la vuelta del fútbol y con él la inauguración del Torneo de Fútbol Femenino de Primera División, que lleva el nombre de Verónica Tisera y Belén Morales, en homenaje a dos Pioneras.

Hace tres fines de semana, también, las mismas jugadoras de Newbery que hace unos meses tomaban como una final del mundo la posibilidad de viajar por la zona para disputar algún partido amistoso, salieron a jugar por la primera fecha del campeonato nada menos que en el estadio Esteban Balín, volviéndose protagonistas de un acontecimiento histórico para el club. La encargada de capitanear al equipo en esa tarde fundacional fue Rosario Marchesín, jugadora con pasado en Rivadavia de Lincoln que tuvo con el Rojinegro una historia de amor a primera vista. Y hoy sabe que no se equivocó en haber seguido el impulso.

#FútbolFemenino En el día de hoy nuestra primera división disputó la primera fecha del Torneo de la Liga de Rojas. Con…

Publicado por Club Atlético Jorge Newbery Rojas en Domingo, 18 de abril de 2021

-Cuando estuvieron en Junín, el deseo de tener un torneo en Rojas se veía muy lejano. ¿Qué sintieron cuando les dijeron que finalmente iba a arrancar?

-Nos emocionamos mucho, porque por fin íbamos a representar al club y al fútbol femenino de manera oficial. Saltábamos de alegría. Es una liga que no pensamos que iba a llegar tan pronto para nosotras. Nos habían dicho que se iba a hacer pero que no sabían cuándo. Que teníamos que esperar. Hasta que un día el DT Javier Cañete nos comunicó que se había armado. Estábamos todas muy contentas por poder jugar y demostrar lo que somos: un equipo hermoso.

-Ya cuando vinieron a Junín se había visto que tenían gran cantidad de jugadoras. Era una lástima que no tuvieran competencia.

-Somos alrededor de 70 chicas, en diferentes categorías. Obviamente todas quieren jugar, pero solo se le dio la oportunidad a la Primera División. Para nosotras es un placer, pero a la vez espero que pronto se arme una liga en la que puedan competir todas las categorías.

-¿Qué te genera ver en el club a nenas tan chiquitas que eligen jugar al fútbol?

-Cuando empecé en Newbery ya estaba armada la Escuelita de las nenas. Después se armó otra categoría que son las Pre-Juveniles. Hay muchas chicas y me pone súper contenta. Nosotras tenemos que demostrarles a ellas que pueden, que van a llegar a ser como nosotras. Cuando nos toque dejar de jugar, van a ser ellas las que van a tener que seguir con todo esto. A mí me da felicidad que las nenitas hagan este deporte hermoso. Tuve la oportunidad de colaborar como profesora unos días y enseñarle a esas nenitas es una felicidad.

-¿Tomás como una responsabilidad a la hora de jugar y de entrenar eso de dar el ejemplo a las más chiquitas?

-¡Claro! Cuando a mí me dicen mañana hay que jugar en lo primero que pienso es en dormir temprano. Trato de cuidarme en las comidas y no salir a una joda o algo porque vos sabés que al otro día tenés que jugar un partido importante en el que tenés que dejar todo en la cancha. Trato de hablar con mis compañeras, de alentar a todas como lo hago en la cancha.

-¿Las pone nerviosas pensar que como está todo, justo ahora que por fin arrancó la liga de fútbol femenino en Rojas, un cambio de fase en la cuarentena puede llegar a frenar todo?

-Ya pasó que la fecha anterior estuvo a punto de frenarse por el tema de las fases. Cuando nos dijeron eso nos pusimos muy tristes, porque lo habíamos esperado tanto y que nos pararan sabiendo que habíamos arrancado todo iba a ser horrible. Después la liga llegó a un acuerdo. Gracias a Dios estamos bastante bien, en Fase 4. Espero que sigamos así para poder seguir jugando esta hermosa liga.

-¿Qué sentiste cuando te tocó salir a la cancha en ese primer partido oficial de liga?

-En primer lugar fue algo histórico, porque fue el primer partido que un equipo de Primera División de fútbol femenino jugó en el estadio principal de nuestro club. Estaba muy emocionada. A la vez me consumían los nervios, porque entrar a una cancha es una sensación hermosa. Yo siempre le digo a las chicas que no tenemos que pensar contra quién jugamos, que tenemos que pensar en nosotras, en nuestro juego pero siempre asumiéndolo con mucha humildad. Pero la verdad es que me sentí muy nerviosa. Más cuando me llamaron los profesores y me dijeron que me iban a dar la cinta de capitana. Se me llenaron los ojos de lágrimas, porque también pude demostrar que me merecía ese puesto. Yo voy con mi nena a entrenar, que se me va para todos lados. Así que tengo que entrenar con cuatro ojos. Gracias a Dios las chicas entienden que a veces tengo que faltar a un entrenamiento o que tengo que ir con mi nena y estar también pendiente de ella. Pero mis compañeras estuvieron de acuerdo en que yo haya llevado la cinta y eso fue una experiencia hermosa, porque fue la primera vez siendo la capitana de Newbery.

-Porque además tienen muchas jugadoras de experiencia en el equipo…

-Sí, hay muchas jugadoras que la merecen también. Cuando me dijeron que me la iban a dar estuve muy agradecida, aunque yo iba a estar de acuerdo se la den a quien se la den. Más importante que la cinta es jugar al fútbol y asegurar los tres puntos.

-Pero si pensabas eso imagino que ya te veías venir que estabas entre las candidatas.

-Claro, porque nos habían mandado a llamar a mí y a Vanesa Opisacco para decirnos que las dos merecíamos la cinta. Vane dijo que fuera yo, que me lo merecía. Eso fue algo muy lindo.

-Contás lo de tu hija y me hace pensar cuánta gente que todavía pone trabas al desarrollo del fútbol femenino no se da cuenta, por ejemplo, de lo difícil que es ser mamá y jugadora… De los esfuerzos que hay atrás de 90 minutos de fútbol un fin de semana.

-Es así. Yo voy con mi nena a las prácticas y trato que esté cerca mío, donde yo la pueda ver. Cuando juego los domingos trato de dejársela al papá, porque sería mucha responsabilidad estar jugando una liga y pensando a ver a dónde está la nena. También tengo compañeras que no tienen ningún problema en cuidármela, porque ya se hizo amiga de todas. Estoy súper agradecida por eso. Yo así puedo jugar más tranquila.

-En ese acompañar a cada entrenamiento, ¿ya le empezó a gustar el fútbol a ella también?

-Ella empezó el mismo día que yo empecé, pero lamentablemente tiene un problemita en el corazón y el doctor me dijo que no podía hacer esa actividad física. Le tuve que cortar el fútbol, pero ella ama jugar. Quiere ser como yo. Me dice mamá, yo no me quiero lesionar el tobillo como vos. Porque yo juego lesionada. Que mi hija quiera seguir mis pasos es un orgullo para mí.

-¿Qué te pasó en ese tobillo?

-Yo ya venía lesionada porque cuando jugaba en Rafael Obligado lamentablemente sufrí una fisura en el tobillo y se me acumuló liquido. Con el tiempo iba a curar pero tenía que parar. Incluso el kinesiólogo me prohibió jugar. Yo seguí jugando porque amo el fútbol y no quería perderme justo que empezó la liga en Rojas. Trato de no pensar en el dolor. Apenas termine la primera fase de la liga me voy a poner a pensar en recuperarme. Pero por ahora, como le dije a las chicas, me tienen que sacar rota de adentro de la cancha.

-Me das el pie justo para preguntarte por tus características futbolísticas, porque si una cosa se notó en el amistoso con Sarmiento es que si hacía falta te tirabas a trabar con la cabeza…

-Si es por mí voy a intentar sacar cualquier pelota con cualquier parte del cuerpo. Siempre que siento dolor trato de levantarme y seguir jugando. Nunca me rindo. Yo empecé jugando de nueve, en Lincoln. Después me vine a vivir a Rafael Obligado y ahí empecé a jugar de 10. Pero acá Javier me vio muy bien atrás, así que desde que empecé en Newbery al día de hoy juego de central, que es un puesto muy lindo para mí. Trato de defender a muerte estos colores. He caído miles de veces, pero siempre me levanto.

-Haber jugado de diez y haber pasado a jugar de central imagino que te permitirá darle al equipo buena salida desde el fondo. ¿O las revoleás todas?

-Cuando empecé a jugar de 2 la tiraba para arriba. Ahora trato de acomodarme, de abrir el juego con mi compañera, de hacer rotar la pelota. También aprovecho mucho mi velocidad, que todos me dicen que parezco una liebre por cómo corro. Pero siempre trato de salir jugando, de hacer participar incluso a la arquera. Por ahí a muchas les gusta jugar más arriba, pensar en meter goles. Incluso en algún momento me quejé, porque no entendía nada de lo que era jugar de 2. Pero con el tiempo empecé a mejorar y hoy me tienen mucha fe. Que mis compañeras me digan que me necesitan adentro de una cancha me da mucho orgullo.

-¿Y si tuvieras que elegir vos a dos jugadoras que no pueden faltar en el equipo?

-La idea mía era quedar bien con todas, jaja. Yo me quedaría con Vanesa Opisacco, que ahora está jugando de 5 y la está rompiendo. Y con Antonella Centeno, la otra 5, que es una crack. También con la 3 Alejandra Castaño, que empezó hace poco y mejoró un montonazo. Hoy en día la está rompiendo.

-Cumplido el objetivo de la liga. ¿Segundo objetivo es que se arme selección en Rojas y poder jugar un Provincial?

-Sí. Nosotras tenemos pensado eso. Ojalá se nos de esa oportunidad de jugar un Provincial. Sería muy lindo viajar a todos lados para demostrar que somos de Rojas y que hay buen fútbol acá. Sería una experiencia hermosa. El fútbol es algo muy lindo. No hay nada mejor que jugar y pasarla bien. Ojalá me toque estar en una selección si se llega a armar. Sería un orgullo para mí que me den esa oportunidad.

Pensando en el camino recorrido, porque mencionás que empezaste en Rivadavia de Lincoln, ¿cómo llegás a Newbery?

-Yo empecé jugando en Lincoln. Iba a una guardería y ahí me vio jugar Darío Eletto. Él fue hasta la puerta y me dijo que tenía un equipo de fútbol femenino que representaba a Rivadavia de Lincoln. Cuando me preguntó si me gustaría empezar, fue un sí directamente. No tuve ni que pensarlo. Agarré la mochila y salí. Después me vine a vivir a Rafael Obligado. Cuando tuve a mi nena estuve parada un tiempo, hasta que empecé a jugar acá. Un día fuimos a jugar un torneo a Rojas y conocí Newbery, jugando contra ellas. Cuando volvía en viaje dije tengo que jugar en ese club porque me encanta. No era por menospreciar a mi equipo, pero me pareció que me iba a permitir seguir creciendo. Hablé con Javier Cañete apenas llegué a mi casa. Le dije que me gustaría empezar a jugar en Newbery y hasta ahora sigo. Estoy muy agradecida con mis profesores por la oportunidad que me dieron y por la confianza que me tienen jugando atrás.

-Tenés 22 años. O sea que si cuidás este tobillo hay muchísima carrera por delante. ¿Te pensás jugadora a futuro? ¿Soñás con hacer carrera?

-Yo pienso en el día a día. Obviamente sueño con jugar alguna vez en Boca. Sería hermoso tener la oportunidad de jugar en otro lado. Pero hoy en día pienso que tengo una hija y que no tengo a nadie a quién dejársela. Mi prioridad es mi hija. Obvio que si tengo la oportunidad de ir a probarme a otro lado, por más que tenga miles de obstáculos los voy a cruzar. Sería hermoso que alguien me viera y me diera esa oportunidad de jugar en otro fútbol.

Por Juani Portiglia

COMPARTIR:
Rosario Marchesín: «Nos emocionó mucho saber que por fin íbamos a representar al club de manera oficial»
Nuevos bomberos voluntarios en Baigorrita
¿Qué hizo el Kun Agüero que enojó a los hinchas de Independiente?
Seguir Leyendo:
Deportes‎ ‎ |‎ ‎‎ ‎Regionales‎ ‎ |‎ ‎‎ ‎Sociedad
LO MÁS DESTACADO
keyboard_arrow_up