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Marisa Martínez, primera entrenadora en llegar al fútbol AFA desde la Liga Juninense

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Cuando de chiquita corría atrás de una pelota en Fortín Acha, donde por primera vez le explicaron cómo tenía que perfilarse para patear, estaba demasiado ocupada en divertirse como para pensar que algún día su nombre iba a quedar en la historia. Y es que ni siquiera lo piensa ahora que, convocada por Sergio Barbagelata para sumarse al cuerpo técnico del equipo de Primera División de fútbol femenino de Sarmiento, se convirtió en la primera entrenadora en llegar a AFA desde la Liga Juninense.

Todo pasó demasiado rápido para Marisa Martínez, que hace dos años se lanzaba como DT de la Sub-17 de Rivadavia de Junín, para un año más tarde coronarse campeona y, pandemia de por medio, dar el salto ahora a la segunda categoría más importante de Argentina. Sus prioridades, sin embargo, siguen siendo las mismas que al inicio: formarse y aprender de la experiencia.

-¿Tenés presente que sos la primera entrenadora que desde el fútbol juninense llega a AFA? ¿Qué te genera pensarlo?

-Sinceramente no lo había pensado. Desde el momento que Sergio (Barbagelata) me convoca, aunque obviamente le pedí un tiempo para analizarlo, lo tomé desde el lado del aprendizaje, de la experiencia, porque se vive de otra manera. Es diferente a lo que es la Liga. Trato de vivir el día a día. Pero viéndolo desde ese lado, tal vez sea un primer paso de algo que vaya a ser histórico. De todos modos, no creo que hoy nadie lo vea así. Ni siquiera yo. No es algo en lo que estoy pensando.

-¿Con qué te encontraste en Sarmiento? ¿Fue muy diferente del modo en que venías trabajando?

-Al venir de una categoría juvenil, que de hecho la comenzamos de cero en Rivadavia, lo que encuentro más diferente y lo que por ahí más tiempo de adaptación me llevó es el hecho de que se entrena todos los días, dos horas. Por lo que a nosotros como cuerpo técnico nos lleva un poco más, porque tenés que estar media hora antes y te vas 15 minutos después. Si bien yo venía entrenando todos los días con la Sub-17 de Rivadavia, manejaba los horarios que me quedaran mejor. Acá obviamente me tuve que adaptar a un horario. El entrenamiento en sí es mucho más intenso, porque obviamente es para competir a otro nivel. También la planificación es diferente. De hecho hicimos dos viajes para jugar amistosos, que por ahí en el fútbol local no es algo común.

-Uno de esos amistosos fue nada menos que contra River y en su cancha. Imagino que fue un viaje que tuvo mucho más significado para ustedes que el hecho de ir a jugar un partido de fútbol.

-Exacto. Moviliza más por el solo hecho de decir que vas a jugar contra un equipo tan grande. Te genera otra adrenalina. Es uno de los equipos más importantes. La cancha, el recibimiento, aunque en Claypole también nos recibieron muy bien. En River pasábamos el documento y se te abría el molinete para pasar. Toda una logística que es nueva para mí. Estando ahí se me vinieron a la cabeza muchos recuerdos de cuando yo era chica, viviendo en Fortín Acha, porque yo nací en Vedia pero es donde trabajaba mi papá. Ahí yo jugaba en el campito con mi hermano y había un señor que nos enseñaba cómo pararnos para pegarle a la pelota. Se ve que me ha quedado eso y quise yo también enseñar y tratar de guiar a quien esté aprendiendo. La gente que me conoce de toda la vida vive esto que me está pasando con más alegría y emoción todavía, porque recuerdan todo eso.

Foto de Brenda León – Club Atlético Sarmiento

-¿Qué te planteó Sergio Barbagelata que esperaba de vos cuando te llamó para convocarte a ser parte de su cuerpo técnico?

-Lo primero que me pasó fue que me sorprendió, porque no me lo esperaba. No sabía qué contestarle, porque no sabía si me hablaba en serio o en chiste. Él quería que me incorpore porque sentían que necesitaban una mujer en el cuerpo técnico, por lo que podía aportar. También por el tema de vestuario, de tener más contacto con las jugadoras. Él me dijo que había pedido referencias, que le interesaba el hecho de que estuviera haciendo el curso de DT. Si bien el habla mucho con Federico (Coronel), el preparador físico, de lo que es fútbol y estrategia, quería tener una mirada más. Básicamente esa fue la propuesta. Yo le pedí un tiempo para pensarlo, porque no era una decisión fácil para tomar. Lo primero que pensé fue que tenía que dejar la Sub-17 de Rivadavia. Quise tomarme el tiempo de meditarlo yo, de hablarlo con mi familia. De hecho con una de las primeras personas que lo hablé fue con Romi (Alonso) y después con Poli (Reichenshammer) y todas las personas que correspondía en Rivadavia. Es una muy linda oportunidad desde el lado del aprendizaje y eso me terminó de convencer de dar el sí.

-Armar desde cero la Sub-17 de Rivadavia, empezar con los cursos y capacitaciones para formarte, el título, el parate por la pandemia, la llegada a Sarmiento… ¿Sentís que pasaron muchas cosas muy rápido?

-Sí, es así. Y por ahí ese vértigo por momentos no te deja pensar demasiado. El tiempo es corto. No han pasado dos años desde que armamos la Sub-17 de Rivadavia, pero con esto del parate y la pandemia en sí trabajamos un año con ese equipo. Fue el sueño que teníamos con Romi (Alonso) armar una Sub-17, porque sabíamos que se iban a ir poniendo grandes las jugadoras de Primera División y no teníamos categorías abajo. Sinceramente el tratar de enseñar es algo que llevo conmigo. Cuando ves cómo va aprendiendo una nena es algo apasionante. Por ahí porque es lo que no me pasó a mí y a todas las que venimos desde hace un tiempo, que no teníamos nada de esto y que incluso en muchos casos no teníamos el apoyo de la familia para que juguemos al fútbol. A mí me da mucha satisfacción ver que va la familia a llevar a las nenas, a verlas en los partidos. Pero es algo que siempre llevo conmigo. De hecho sigo jugando y hablando y dando indicaciones. Y después notás que tenés que ir nutriéndote para seguir mejorando, para tratar de hablarle a tus jugadoras de la mejor manera, sin lastimar. Ahí surgió la posibilidad de hacer un curso de infanto-juvenil en UNNOBA, que me lo mandó mi cuñada. Ahí arranqué y eso ya te va abriendo puertas porque te van llegando notificaciones de otros cursos, empezás a conocer mucha gente. Empezás a notar que lo que vas transmitiendo va funcionando. Nuestro primer partido perdimos ocho o nueve a cero contra Rivadavia de Lincoln. Desde ahí fueron progresando hasta que se llegó a lograr un campeonato. También un día me llegó la propuesta de David (Forconi) para ir una semana al curso que se dio en AFA, que fue una grata sorpresa. Todo eso te hace conocer mucha gente. Ahí conocí a la DT de Lanús (Karina Medrano), al DT de Argentinos Jrs (Franco Bertera, ahora en El Porvenir), a la DT de Rosario Central (Roxana Vallejos). Todo te va sumando, porque es gente con mucha experiencia. Y si hay alguien a quien siempre voy a estar agradecida es a Romi, porque como coordinadora del fútbol femenino fue la que me dio la posibilidad de hacer esto que es lo que hoy me permite estar acá en Sarmiento.

-Algo muy destacable, y que es frecuente en el femenino, es que fue más la alegría de tus jugadoras por la oportunidad que se te presentaba que el lamento por ellas tener que perderte…

-A mí siempre me alegro cuando alguna de nuestras jugadoras en Rivadavia tuvo la oportunidad de irse a Sarmiento. Sinceramente, porque entiendo que es un escaloncito más, que te va a permitir vivir cosas que en liga no te toca vivir y tener otra vidriera. Como pasó con Sofi D’Ambrosio y algunas otras chicas que se han ido a otros clubes. En lo que respecta a mí, cuando lo comuniqué tuve ese apoyo, incluso yo dije que mi intención era seguir jugando en Senior, porque Rivadavia es mi casa. Las nenas de Sub-17 lo entendieron. Yo siempre que puedo paso, porque son mis nenas. Pero con toda la gente que he hablado de Rivadavia se alegraron y me desearon lo mejor. Fue todo muy positivo y eso te anima mucho más también.

-Si lo ponemos a la inversa, ¿el hecho que antes que vos hubieran llegado a Sarmiento muchas jugadoras desde Rivadavia te hizo más fácil la adaptación al nuevo grupo?

-Sí, la verdad que sí. Obviamente Meli (Garialdi) es una referente ahí y yo con ella tengo una relación muy buena. También conocía ya a Estefa (Aliano), a Lourdes (Castro). Pero también a las que no conocía me recibieron re bien. Los profesores también. Tanto Sergio, como Federico, Santiago y Rodrigo, la verdad que me han recibido muy bien. También gente de la comisión que ya pude ir conociendo. Me costó un poco adaptarme al inicio porque es lógico, pero desde el lado del recibimiento me hicieron sentir genial siempre.

-¿Cuánto preocupa que pasen los días y los meses sin que haya comunicación oficial de lo que va a pasar con los torneos de ascenso?

-Se sabe que los martes hay reuniones en AFA, pero hasta ahora no hemos tenido ninguna novedad. De hecho hemos estado viendo en las redes que todos los clubes están pidiendo por el comienzo. Todo es incertidumbre y eso te complica. Las jugadoras están motivadas. No se viene notando ese desgano por no saber cuándo empieza el torneo. De hecho tuvimos una charla con la nutricionista y la kinesióloga y se las ve entusiasmadas, haciendo preguntas. Pero es algo del día a día. Obviamente que lo ideal sería que nos dijeran cuándo va a comenzar.

Por Juani Portiglia

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