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Mery Guzmán: «Pensé en dejar de jugar en Liga, hasta que llegó la propuesta de Rivadavia de Lincoln»

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Tras la derrota en las semifinales del último Nocturno ante Sarmiento, una publicación en redes sociales tomó a muchxs por sorpresa. Mery Guzmán, una de esas multicampeonas históricas que han hecho de Rivadavia de Junín el equipo más ganador en Liga Deportiva del Oeste, se despedía del club y no había vuelta atrás. Viéndose impedida de juntarse a entrenar por la distancia y los horarios de trabajo, habiendo relegado durante años momentos en familia para poder competir, pensó incluso que podía ser tiempo de alejarse del fútbol. Hasta que llegó un llamado de Darío Eletto para ofrecerle ser parte del proyecto de Rivadavia de Lincoln.

La posibilidad de volver a entrenar a diario, mucho más cerca de casa, la hizo reencontrarse con la motivación necesaria para demostrarse que todavía le sobra fútbol para estar a la altura de las nuevas generaciones que vienen volando a comerse las canchas. A la vez, tendrá a su favor esa pausa que no se entrena y que la distingue cada vez que sale a jugar. Las Valquirias, por su parte, ganarán de toda esa experiencia puesta al servicio de un equipo repleto de talentos.

-¿Fue la imposibilidad de hacer coincidir los tiempos entre el fútbol y el trabajo uno de los motivos principales a la hora de decidir dejar Rivadavia de Junín?

-La verdad que rotar tanto los horarios me cansaba y por momentos no podía cumplir con los objetivos o las cosas que por ahí se necesitaban. El estar acá en Lincoln me da la chance de participar de más entrenamientos. Allá era nada más ir a jugar cuando podía, porque incluso había veces que el trabajo también me frenaba.

-¿Hubo más razones? ¿Necesitabas un cambio de aire?

-Se cumplieron muchos objetivos. Fueron muchos años los que estuve. Mi decisión pasó por sentir que ya había cumplido mi ciclo en el equipo. No lo hablé con nadie, solo fue una decisión mía.

-Entonces todxs se enteraron con ese posteo post semifinal con Sarmiento, digamos…

-Exactamente. Se entrenaron todos por igual cuando yo hice ese posteo agradeciendo al club por lo que me brindó y a las jugadoras y cuerpo técnico. Yo me fui contenta y orgullosa de dónde se encuentra Rivadavia de Junín hoy en día por todos los logros que obtuvo.

-¿Crees que va a ser fácil mantener esa vara después de tantas salidas?

-Nunca es fácil mantener, pero hoy en día están apareciendo muchísimas jugadoras que quizás antes no habían tenido las oportunidades, al igual que otras que son de ciudades de la zona que tienen muy buen fútbol.

-¿Ese posteo se hubiera retrasado si clasificaban a jugar la final o ya era una decisión tomada para ese momento?

-Si hubiésemos ganado, mi decisión seguía siendo irme con mi familia. Era mi idea porque muchos años elegí el fútbol por encima de mi familia. Me perdí de muchas cosas y tomé la decisión de estar con mi familia. Tal vez no hubiese ido a Junín a jugar la final. O tal vez hacía un último esfuerzo antes de volver a Ameghino a estar con ellos. La verdad que no lo sé, pero la decisión ya estaba tomada. Yo me había tomado las vacaciones y las quería pasar con mi familia. Originalmente ni siquiera iba a jugar el Nocturno y se lo había comentado a Mariano (Reynoso), pero él me dijo que era importante para el equipo y yo no pude decir que no. Pero para adentro me dije que iba a ser el último. Por suerte en mi trabajo me apoyaron tanto mis compañeros como mi supervisora y estaban dispuestos a cambiarme los francos para que pudiera ir a jugar.

-Entre esa decisión y empezar a entrenar con Rivadavia de Lincoln, ¿hubo algún momento en el que pensaste en largar la competencia oficial?

-Sí, estuvo en mis pensamientos no seguir jugando en la liga. Sí seguir jugando algún turno como diversión. Pero justo se dio esta oportunidad. Me llamó Darío (Eletto) y me dijo que sería importante que me sumara. Lo pensé un poco y me dije que no estaría nada mal probar, asistir al club y poder entrenar casi todos los días, con equipo completo. Ahora eso se frenó otra vez por la pandemia.

-Tanto con Sole Cuadro como con Mariano Reynoso tenés una relación muy cercana. ¿Qué sentís que les generó tu salida?

-Fue muy difícil. Tal vez fue un golpe para Mariano, pero como tomé la decisión personal de jugar para Rivadavia de Junín en su momento, también tomé la decisión de dejar de hacerlo. Cada uno puede tener diferente manera de pensar y de tomarlo, pero siempre hay que respetar las decisiones. Yo respeto lo que Mariano hoy en día puede llegar a pensar, así como calculo que él también respetará lo mío. No tuve ninguna intención de irme a jugar a otro lado, no tenía nada hablado con nadie. Simplemente sentí que ya estaba, lo informé a todos por igual y no quise que nadie tratara de convencerme de cambiar de opinión.

-Ahora que tenés la posibilidad, después de mucho tiempo, de volver a entrenar casi todos los días, ¿cómo te sentiste en esas primeras prácticas?

-La verdad que una se siente hasta con más confianza de poder sumar. A mi edad, habiendo estado mucho tiempo parada y perdido mucho desde lo físico, porque antes me entrenaba sola pero hoy en día con el trabajo me costaba mucho hacerlo por mi cuenta, se dio esta oportunidad de hacerlo en un club, al que me presento y entreno, y me agradó mucho. Me gustó que se trabaja mucho en lo táctico, que era algo que yo había perdido mucho por ir nada más que para jugar. Es algo que me motiva un poquito más.

-¿Ya le pegás a los tiros libres?

-No, jaja. Hay muchas jugadoras que le pegan muy bien y siempre estamos practicando.

-También hay muchas muy buenas jugadoras. Y muchas muy chicas. Por eso creo que tu llegada le va a ser muy bien al equipo por esa experiencia que les podés aportar…

-Sí, la verdad que hay muchas chicas muy jovencitas que están en pleno desarrollo y aprendiendo muchísimo sobre el fútbol, la táctica, la técnica, los espacios… El proyecto que tiene Darío Eletto a futuro es muy bueno con todas esas chicas. Él me dijo que podía sumar mucho con mi experiencia futbolística. Creo que con Chicho (Gisela Susi, también ex-Rivadavia de Junín) vamos a sumar desde ese lado.

-¿Te pone ansiosa pensar en la vuelta de la competencia y ver cómo te vas a sentir en una cancha jugando otra vez partidos oficiales?

-No, la verdad estoy tranquila. De todos modos no esperaba que se parara, porque tengo la ilusión de ponerme físicamente bien para poder aportar al equipo. Sé que si no lo hago no voy a sumar. Me quiero poner a la par de estas chicas más jóvenes para poder sumar. Después, tengo esas mismas ansias de siempre por salir a la cancha, porque el fútbol es mi cable a tierra. Yo me siento muy feliz dentro de una cancha, más allá de esa exigencia que requiere. A veces ese disfrute me hace dejar un espacio vacío, perder la posición. Pero creo que con el trabajo táctico voy a ordenarme un poco más.

LOS INICIOS

Empecé jugando con varones en Ameghino, en campitos. Prácticamente desde los 3 años, por uno de mis hermanos que me hacía hacer sig-sag con la pelota. Hasta el famoso Golazo que se hacía en Ameghino lo jugué en equipo de varones hasta los 14 años, porque después no me permitieron seguir jugando. Bastante tiempo después me llamaron de General Villegas, creo que se llamaba Eclipse el equipo. Después jugué para un equipo de Piedritas, hasta que me vine a estudiar a Lincoln y conocí jugadoras que estaban en un turnito, con las que se empezó a armar GML, que representaba a la Municipalidad de Lincoln. Tuvimos mucho apoyo y nos anotamos en la liga de Junín. Un tiempo también estuve representando al Linqueño.

A Rivadavia de Junín, donde todavía estaba Pingo como DT, llegamos a través de Romi (Alonso). Yo estaba jugando la liga que se había armado en Lincoln representando a Coronel Granada. Pero todo se fue desvaneciendo y quedamos sin liga, sin club. Ahí Mariano (Reynoso) , porque éramos amigas de Sole (Cuadro), nos dijo que si queríamos conseguía para llevarnos a algún equipo. Estuvimos de acuerdo, él habló con Romi y fuimos a jugar un amistoso con Rivadavia. Ahí nos vieron y ya decidimos sumarnos. Fuimos con Sole, Chicho, Jael Fredes, Irina Bonetti… También integré la Selección de Junín con la que ganamos un Provincial.

Por Juani Portiglia

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