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Argentina cantó victoria al fin

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Con el estreno goleador de Guido Rodríguez, Argentina cortó la racha de tres empates consecutivos con triunfo 1-0 ante Uruguay.

Lionel Scaloni decidió cambiar a tres de los cuatro defensores que habían salido a jugar en el debut contra Chile. En los laterales, Nahuel Molina fue por Gonzalo Montiel y Marcos Acuña por Nicolás Tagliafico. En la zaga, salió Martínez Quarta y el acompañante de Otamendi volvió a ser Cristian Romero. Además, el encargado de pararse en mitad de cancha no fue esta vez Leandro Paredes, sino que dejó su lugar al ingreso de un Guido Rodríguez que sería determinante. Y si bien cuando se trata de selecciones podría no ser tan saludable vivir cambiando, esta vez el rendimiento y el resultado terminaron dándole la razón al entrenador.

Argentina salió a jugar decidido a no dejar activar la garra charrúa, a no dejar que Uruguay se vaya afianzando desde el juego combativo para después comenzar a soltarse en ataque. Pero en los primeros 15 minutos, el equipo del Maestro Tabarez ni siquiera pudo batallar. Ya a los 2 Nicolás González condujo un dos contra uno inmejorable en ataque, pero soltó demasiado largo el pase para Lautaro Martínez que se quedó sin opción de tiro. A los 6 Messi recibió de De Paul para enganchar desde la derecha al centro y encontrar el hueco para un remate que tapó bien Muslera. Y a los 8 ganó de arriba Cuti Romero y metió un cabezazo que volvió a poner en acción al uno uruguayo.

La propuesta ofensiva argentina ya no tardaría en rendir frutos, porque a los 12 apareció nuevamente Lionel Messi, esta vez por derecha, para deshacerse fácil de la marca de Torreira en el desborde y pinchar un centro perfecto para el ingreso de Guido Rodríguez, que de cabeza puso el 1-0 y salió a celebrar el que a la vez fue su primer gol oficial con La Albiceleste. Uruguay apenas pudo amagar con algún avance y en la más peligrosa, cuando se pedía un penal inexistente contra Cavani, Messi activó el operativo contragolpe con una corrida de costa a costa, como cuando tenía 25, y soltó para el ingreso de Nahuel Molina por derecha, que le dio más fuerza que dirección a su disparo y permitió una nueva salvada de Muslera.

Con la ventaja en el marcador, para Argentina todavía quedaban algunos demonios que vencer, especialmente porque los tres últimos empates -dos por Eliminatorias y uno en el debut en esta Copa- habían llegado siempre después de encontrarse ganando. Pero ni el equipo se replegó tanto como en aquellas frustrantes experiencias, ni se mostró tan dubitativo en defensa, tanto que incluso con Suárez y Cavani como dupla temible, Uruguay no generó ni una sola jugada de peligro en el primer tiempo.

En el complemento, los primeros cambios de Scaloni llegaron antes que hubiera algo más interesante que contar. A los 51, ingresaron Exequiel Palacios y Joaquín Correa por Gio Lo Celso y Lautaro Martínez, que otra vez se fue sin dar soluciones al ataque argentino. Lo curioso, el DT planteaba jugar casi 40 minutos sin delanteros de raza. Rarito. A todo esto, de Uruguay ni noticias, entonces el partido se planchó de más. Messi se timó un respiro, con lo que eso implica. Porque podrán cambiar los técnicos, los jugadores y los esquemas; pero sin el 10 es muy difícil para Argentina.

Hubo chispazos con el ingreso de Di María a los 70 por Nicolás González, que fue menos gravitante que ante Chile. Pero nada que se reflejara en ocasiones claras de gol. Uruguay no pudo nada y Argentina apostó a poco más que a alguna inspiración individual. Entonces nada más para contar que esa victoria que rompe lo que ya empezaba a sentirse como una maldición, un liderato compartido con Chile y un horizonte que dice Paraguay.

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