¡Somos campeones, al fin!

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Argentina se coronó campeón de la Copa América después de 28 años, tras vencer a Brasil en el Maracáná con un golazo de Ángel Di María.

1993. Cuántos de los que hoy sufrieron en silencio y no tanto siquiera existían la última vez que Argentina había conquistado la Copa América. Cuántas decepciones y tristezas se cargaban en la espalda como mochila de rocas que por momentos no se alivianaba ni sabiendo que el mejor del mundo juega con la nuestra. ¡Cuánto desahogo, Selección!

Los primeros 15 minutos fueron de intensidad, imprecisión y dominio de pelota repartido sin que haya ocasiones de peligro en las áreas. Ninguno de los dos equipos estuvieron cómodos para proponer su juego, porque los primeros protagonistas de la finalísima ante Brasil fueron los encargados de quitar, de romper, y no los de jugar. Las imágenes de Neymar con el pantalón roto y de Messi pidiendo falta desde el suelo resumían la película.

Hasta que a los 21 minutos, la nada misma se convirtió en estallido de gargantas celestes y blancas en tres toques. Tirado atrás, Rodrigo De Paul sacó un pase larguísimo desde mitad de cancha. Renan Lodi falló en el cierre y Ángel Di María dominó para después definir con sutileza por encima del cuerpo de Ederson y salir a festejar el 1-0. Locura. Pero locura fuerte, eh.

Ya a los 32, Messi recibió en mitad de cancha para conducir, trabar, ganar y sacar un zurdazo que salió desviado pero que era la muestra de credenciales que necesitaba el capitán para ir ganando mayor confianza en el partido. Hubo susto a los 36, cuando Di María estuvo a punto de volver a ganar por la izquierda pero se derrumbó tras una torcedura en el tobillo. Volvieron los fantasmas del pasado. Pero solo por unos minutos, porque Angelito volvió a ingresar y en el primer pique dejó claro que no había demasiado de lo que preocuparse. Brasil tuvo la pelota en los últimos 10 de esa primera mitad, pero sus aproximaciones al área de Dibu Martínez no fueron más que eso, aunque bastaron, claro, para paralizar varios corazones.

El cambio de Firmino por Fred que metió Tite para salir a jugar el complemento mejoró mucho a Brasil en ataque, especialmente porque le permitió a Richarlison encontró mucho espacio por banda izquierda, evidenciando la fragilidad defensiva de Marcos Acuña, tal vez el punto más flojo del equipo de Scaloni este sábado. El propio Richarlison encontró el espacio por izquierda y la mandó a guardar a los 51, pero el juez de línea anuló el gol con acierto, porque el atacante brasileño partió adelantado cuando recibió. A los 54, cuando Guido Rodríguez ya había reemplazado a Paredes, el que levantó la mano fue Dibu Martínez. Neymar había encontrado con una gran habilitación a Richarlison, otra vez por izquierda, pero el remate a quemarropas del brasileño encontró respuesta del a estas alturas gigante arquero argentino.

Para ese entonces era Argentina la que no lograba más que aproximarse al área de Ederson, sin conseguir generar opciones concretas de peligro. El que creció en el momento más difícil fue Rodrigo De Paul, convirtiéndose en el motor de La Albiceleste. Presionó en ataque, corrigió errores defensivas, se puso al hombro la marca de Neymar y sacó faltas para respirar, tanto cerca del área propia como de la del rival. A su vez, Scaloni corrigió la defensa a los 62, sacando de la cancha a Gio Lo Celso y dando ingreso a Nicolás Tagliafico para dar una mano a Acuña.

La última de Brasil, a los 86′, la tuvo el ingresado Gabriel Jesús tras un centro al área de Neymar y un despeje que quedó corto. Pero otra vez Dibu Martínez metió las manos para desactivar el peligro. Puedo liquidarlo Argentina en la contra, pero Messi llegó al área mal pisado y no pudo definir. Cinco minutos de adición fueron una eternidad. Creánlo, porque fueron una eternidad. La tuvo De Paul, pero Ederson le negó la chance. Y no pregunten cómo ni cuándo pero el árbitro indicó que ya no más. Cacheteame. ¡Somos campeones otra vez!

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