Fútbol FemeninoiriarteLuz MarzolSarmiento

Luz Marzol, la revolución de Iriarte

LocalesRegionalesSociedadVirales

Hay una canchita en Iriarte. Todos los futboleros del pueblo pasaron por ella. Hubo partiditos con grandes y con chicos. También una nena que se enamoró mirando. Imaginate a cuántas revoluciones habrá latido el corazón la primera vez que la llamaron a jugar. ¡Menos mal que la llamaron! Luz Marzol había nacido hace seis años, pero dicen que volvió a nacer la primera vez que la pelota le tocó los pies. Abrazó esa vida que ya la coronó campeona con la Sub-15 de Rivadavia de Lincoln, ganándole la final a Sarmiento; y que el último viernes la coronó campeona con la Sub-17 de Sarmiento, marcando dos goles para ganarle en la final a Rivadavia de Lincoln.

Rápido también aprendió que no hay demasiado tiempo para festejar, porque desde anoche partió con el equipo rumbo a Mar del Plata, para esta misma noche enfrentar a Aldosivi por el partido revancha de la final provincial del Torneo Desarrollo Conmebol Sub-16. Eso sí, sabe que cuando por fin tenga un tiempo de descanso en casa va a cruzar hasta la canchita, donde ahora los nuevos pibitos que la pueblan se van a pelear por elegirla.

-Me acuerdo de vos el 2019 en Rivadavia, ¿y en 2020 no jugaste en ningún lado?

-En 2019 salí campeona del Nocturno, en cancha de Ambos Mundos. En 2020, si bien estaba fichada en Rivadavia de Lincoln, no jugué en todo el año por la pandemia. Extrañé un montón jugar, porque es lo que más amo.

Después de tanta espera, el viernes terminaste festejando…

-Hubo un lindo festejo. Yo no me quedé en Junín porque tenía el cumpleaños de una prima, entonces terminé de jugar y me volví para Iriarte. El Cumpleaños era en Venado Tuerto. Si no me hubiese quedado.

-Normalmente a las jugadoras les cuesta entrar en partido cuando salen desde el banco. A vos te tocó así en partidos muy importantes y te activaste enseguida…

-Puede ser que por ahí entrar desde el banco, cuando el partido ya se está jugando, genera otro tipo de nervios. Yo entro con todas las pilas, a ganar y a darlo todo. Es lo que amo. Entonces cuando me toca jugar salgo a darlo todo. Si no me toca, me digo que la próxima será. Y si me toca quiero estar lista para darle al equipo todo lo que tengo, todo lo que se.

-Torneo Desarrollo, Primera División, Sub-17… Ya metiste goles en todas las competencias que te tocó jugar.

-Por suerte encajé rápido. Me llevo muy bien con las chicas. Eso es algo bueno, porque no siempre pasa lo mismo. Poder haber metido goles en los distintos torneos me genera muchísima felicidad, porque es algo que sirve mucho para el equipo también. Los que más disfruté fueron los del viernes, porque el partido se dio de manera increíble. Lo empezamos perdiendo. Fue muy lindo que después de tanto esfuerzo hayamos podido terminar saliendo campeonas. Creo que el primero lo grité más. Y el otro cayó enseguida. Yo no lo podía creer.

-Un par de días después y ya les tocó cambiar el chip. Pensar en Aldosivi, en Mar del Plata…

-¡Sí! Yo ya estoy nerviosa. En la final del viernes también estuve re nerviosa. El hecho de que sea una final pero no un partido eliminatorio pensando en seguir en la Copa a nivel nacional nos da otra tranquilidad. Tenemos muchas posibilidades los dos equipos.

-¿Tu llegada a Sarmiento cómo se dio?

-Yo estaba fichada en Rivadavia y me enteré que había una prueba en Sarmiento. Obviamente fui. Me gustó, me sentí muy cómoda. Pasada una semana estaba muy nerviosa porque no me mandaban nada. En un momento pensé ya está, no quedé. Después me manda Jonny (Villarreal) y me dice que le había gustado lo que había hecho en la prueba, que me quería tener en el equipo y que lo hablara con mi familia para saber si iba o no poder venir a los entrenamientos. Tuve que coordinarlo hasta con los directivos de la escuela, para poder retirarme un poco antes y llegar en horario de entrenamiento. Y si no podía ir Jonny me pasaba una rutina para que entrenara por mi cuenta. Después pude ir a entrenar cada vez más y ya me empezaron a poner en los partidos.

-¿Tenés compañeras con las que sentiste que te entendiste enseguida?

-Sí, con More (Culaciati). Pero todas las chicas la rompen.

-Hablame de Jonny como profe…

-¡Uy! Es genial. Una persona increíble igual que Renato. Son unos genios. Gracias a ellos estamos donde estamos. Se aprende mucho con ellos.

-Mucho antes de todo esto que te toca vivir, ¿qué recordás de tus primeros contactos con una pelota?

-Acá en mi pueblo hay una canchita en la que desde los cinco o seis años empecé. Jugaban chicos, hombres grandes y siempre que faltaba alguno me llamaban. Yo me ponía re contenta. Obviamente iba, porque me gustaba. Así empecé. Mi mamá no entiende nada de fútbol, pero siempre me apoya. A mi papá tampoco le gustaba el fútbol. Pero no es que por eso no me iban a dejar.

-¿Entonces nadie en tu familia es futbolero?

-De mi familia nadie juega al fútbol. Mi papá falleció cuando yo tenía 12 años. A él no le gustaba, no le daba importancia. No es que se iba a poner a ver un partido de la Selección Argentina ni nada. Yo voy a algún lado y llevo una pelota. A mí se me generaron las ganas viendo de afuera cómo jugaban en el campito. Ahora ya no se hacen más partidos como antes, porque ya no hay tantos chicos. Muchos estudian afuera. Por ahí hay chiquititos de primaria jugando y yo juego contra todos ellos.

-¿Y cuál fue la primera oportunidad que tuviste de integrar un equipo de nenas?

-Empecé en Alberdi, con Lucas Medina quiso armar un equipo. Yo acá junté algunas amigas y armamos. Se llamaba El Rejunte. Jugábamos unos torneos nocturnos de baby. Así arranqué. Después me vino a buscar un hombre de Vedia. Estuve en Atlanta y ese mismo hombre me propuso ir a Rivadavia de Lincoln, donde me fiché. Después ya hice la prueba en Sarmiento y ahora me dieron el pase por un año, pero fue difícil.

-Ya dijimos que no te costó nada la adaptación, que pudiste meter goles en todas las competencias… ¿Te empieza a jugar en la cabeza estar cerca del equipo AFA?

-No sé si estaré cerca. Obviamente yo me propuse seguir con el fútbol y quisiera vivir de esto, Cada día me sorprendo más de lo que pude avanzar. Y a veces pienso que es gracias a mí, que lo hice sola porque no es que nadie me incentivó a jugar. Obviamente ahora mi mamá me acompaña a todos lados. Ya se hizo futbolera ahora, jaja.

-Pronto vas a terminar el colegio. ¿Pensás entonces hacer coincidir lo que vayas a estudiar con lo que te permita seguir jugando?

-Claro. Yo quiero estudiar el profesorado de educación física. En Junín, que es donde estoy jugando, es por sorteo. En Lincoln no. En Venado Tuerto es privado, pero si me voy allá ¿cómo hago para seguir jugando en Sarmiento? En su momento quedé en una prueba en Newell’s que se hizo en Vedia. Nos iban a venir a buscar para ir a una prueba a Rosario, pero mi mamá me dijo Luz, vienen sin dormir, que esto y que lo otro. Yo le hice caso y a esa prueba no fui. Ahora habrá que cruzar los dedos para salir sorteada en Junín, jaja. Mi mayor sueño es llegar a jugar en la Selección Argentina.

Por Juani Portiglia

Seguir Leyendo:
Locales‎ ‎ |‎ ‎‎ ‎Regionales‎ ‎ |‎ ‎‎ ‎Sociedad‎ ‎ |‎ ‎‎ ‎Virales
LO MÁS DESTACADO
keyboard_arrow_up