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Paola Zavala, Power Mexicano en Sarmiento de Junín

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Paola Zavala nació cuando en Concacaf se vivía la más plena efervescencia futbolera, pues solo en cuestión de días iniciaría el Mundial de Fútbol masculino en los Estados Unidos, tierras en las que varios años más tarde comenzaría ella su carrera como jugadora de Primera División. Con la experiencia adquirida, que la llevó incluso a formar parte de la estructura de seleccionados juveniles en México, regresó a su país para formar parte del plantel fundacional de Puebla en Liga MX.

Entre aquella experiencia y su llegada a Sarmiento de Junín, que todavía sigue generando sorpresa entre quienes notan su presencia por lo extraordinario que es para un club que está jugando recién su tercera temporada en la Primera B de AFA, hubo una sucesión de eventos no previstos como una lesión de ligamentos, un club que lisa y llanamente desapareció y un transfer internacional que casi podría catalogarse como el más largo del mundo. De cada episodio salió airosa. Porque dicen que querer es poder. Y a la zaguera de Las Maestras le sobra power.

-Imagino que hace muy poco tiempo ni sabías lo que era Sarmiento, si sabías lo que era Junín. ¿Cómo se dio tu llegada?

-Yo llego a Sarmiento después de estar haciendo una pretemporada completa con Estudiantes de La Plata. Sucede que al momento de hacer mi transfer, de Concacaf a Conmebol, se me cierra el registro en Primera División A. Entonces, el mismo entrenador de La Plata me dijo que tenía un conocido acá, porque no quería que me vaya del país considerando que si me iba no regresaba. Yo dije ok. Viajé a Junín, conocí a Agustín y todo eso… Fue una casualidad del destino. Yo la verdad no conocía Sarmiento, no conocía nada de Junín.

-Más allá de la recomendación de ese DT, que en buena parte era por su propio interés, ¿por tu cabeza pasó en algún momento decir me voy?

-Sí, la verdad que cuando se traba todo esto con Estudiantes dije me regreso. En México todavía se estaban jugando las últimas fechas del torneo y yo había hecho una buena pretemporada, porque la verdad sí estuvo muy bien con Estudiantes, y espero un mes para integrarme otra vez a un equipo mexicano. Pero después pensé ya estoy aquí, ya hice el gasto de venir y también me sirve como currículum el haber estado en el fútbol argentino. Al principio era muy frustrante, porque el transfer seguía sin llegar. A veces me levantaba diciendo me voy, me regreso.

-Ya con vos entrenando en Sarmiento, tardó mucho en resolverse tu situación. ¿Por qué?

-Se demoró porque yo ante la Federación Mexicana tengo dos registros. Uno como entrenadora y otro como jugadora. Mi última participación en la liga mexicana era como jugadora y a ellos no les tiraba el de jugadora. Se hizo un chongo ahí en pedir una baja, pero no la liberaba FIFA. El problema es que acá en Junín tenían miedo de pedirlo a un equipo porque si lo haces dos veces y te lo niegan ya no puedes fichar. A mí me hicieron pedir cartas de todos los equipos en los que había jugado para poder determinar si se había hecho una mala alta. Entonces en el tiempo en que tardaba en responder cada equipo se hizo todo muy largo.

-Te vi también entrenar muchas veces diferenciado en aquel tiempo. ¿A qué se debía?

-No era un tema físico, sino que no podía estar en los trabajos de planeación para un partido y entonces había muchos ejercicios en los que no tenía mucho caso que yo estuviera porque no podía jugar. Para que las otras jugadoras sí pudieran estar en ese ritmo, yo trabajaba diferenciado.

-Imagino el aburrimiento...

-Sí, claro. No podía con mi cabeza. Decía ¡ya! Me estoy esforzando lo suficiente como para mantenerme a mi ritmo, porque venía de un nivel exigente y llegar aquí y tener que frenar no fue fácil. Fue un choque complicado.

-Cuando por fin te toca poder empezar a jugar, ¿con qué te encontraste?

-La verdad que no pensaba que el fútbol argentino fuera tan rudo. Aquí golpean demasiado, se basa mucho el juego en la agresividad. Tácticamente también falta, porque no se busca jugar tanto el balón. Se lo bota mucho. Y también tengo que acostumbrarme a que en la salida de balón me van a estar chocando, golpeando. Pero tengo que acostumbrarme y siento que profesionalmente me está ayudando mucho. Yo soy una jugadora más de esperar el error y aprovechar para quitar, pero volverme un poquito más ruda me va a ayudar a expandir mis horizontes.

-Si lo sentiste demasiado rudo, la verdad que no le esquivaste a eso…

-Sí. Como decimos en México, a donde vayas haz lo que vieras. Si aquí tengo que meter más la pierna la voy a meter. De la manera más limpia, porque no tengo ninguna tarjeta amarilla. Nunca voy a tener la intención de lastimar. Yo sí entrené desde chiquita y tengo ese control corporal que me ayuda a no ir tan brusco.

-¿Te genera alguna responsabilidad especial estar hoy rodeada de tantas jugadoras tan chicas en Sarmiento?

-Sí. Muchas me dicen Mamá Paola. No es que me siento con una obligación, pero sí con el gusto de ayudarles a crecer. De ayudarles en un golpeo, de ayudarles en la manera de ser, diciéndoles que los berrinches no las van a llevar a ningún lado. El estar con ellas me ayuda a mí también a crecer, a entender y a tener esa mirada a futuro del fútbol. Me gusta mucho ayudar a las jugadoras. Y a la vez, viendo sus errores también te hace pensar ah, a lo mejor yo también estoy haciendo eso y puedo corregirlo.

-¿Dónde sentís que está parado Sarmiento en el torneo?

-Trato de seguir los juegos de los demás equipos y estudiarlos. Siento que deberían poner mucha atención en que somos un equipo que va a pelear el ascenso. Estamos entre los tres mejores, no lo dudo. Sí Belgrano tiene una diferencia que siento que sobre todo es estructural, de apoyo. Creo que si tuviéramos ese poquito más podríamos hacerlo mucho mejor. Pero ojo con nosotras, que tenemos jugadoras muy positivas, jugadoras con mucha trayectoria y a la vez tenemos sangre nueva. Gente que puede y que quiere. Entonces, si todas nos unimos en ese mismo objetivo podemos llegar.

-Ya que hablás de las jugadoras que hay en el club, ¿quiénes te sorprendieron especialmente?

-Yo he jugado en muchos equipos y he visto pocas delanteras como Sofi D’Ambrosio. Tiene esa explosividad, esa creatividad que la ayuda bastante como jugadora. Tiene una movilidad increíble. Realmente es una de las mejores delanteras que yo he visto en mi vida. Después, se me hace que Luz Marzol tiene muchísimo talento. La Tucumana (Danna Acevedo) tiene todo el físico para seguir creciendo. Y contamos con jugadoras que han tenido experiencia y que saben muy bien poner los límites, como Agos (Zeller). El fútbol femenil es increíble, porque si sabes por dónde tienes que ir con cada jugadora, se forma un equipo muy agradable y muy sólido. Y por lo que te decía de Sofí, tenemos que comenzar a entender que explotarla a ella nos hace más fuertes como equipo, como pasa con Lu Mansilla, que la asiste y después Sofi la asiste a ella. Lu es una jugadora con experiencia y muy importante para el equipo.

-Nombraste a Agostina, ¿también es una de las jugadoras con la que mejor te llevás fuera de la cancha?

-Sí, porque es una jugadora muy centrada. Ella sabe lo que quiere y sabe que se tiene que esforzar por eso porque nadie se lo va a regalar. Por eso combiné muy bien con ella.

-Llega Vélez, partido muy importante para consolidarse entre los tres primeros…

-Ganarle a Vélez no es una opción sino una obligación. No hacia el club, sino hacia nosotras mismas. Sabemos que en algún partido que otro en el que no nos fue tan bien fue por errores de nosotras. Entonces, siento que nos lo debemos, que tenemos que respetarnos y hacer que todos los demás nos respeten. Es un partido que tenemos que ganar, jugamos como locales y a mí no me gusta quedarme en mi casa y que me digan cómo barrer. Vamos a darlo todo. A veces el fútbol también es de suerte, casualidades, de cómo te levantás ese día, pero creo que venimos trabajando para demostrar en este tipo de partidos.

-¿Hay algún partido de los que no se sumó de a tres que lamentás especialmente por cómo se dio?

-Creo que el de Argentino de Rosario es el que más nos duele hasta ahorita. Sabemos que nosotras lo dejamos ir. Nos costó arrancar, no nos entró el gol, no habíamos tenido nuestra mejor semana previa. Pero ya pasó, hay que dejarlo atrás. No lo vamos a reprochar, lo asimilamos y hay que seguir por el buen camino.

LOS INICIOS, EL FUTURO

-¿Desde qué edad y cómo empezaste a jugar al fútbol?

-Empecé a jugar a los tres años. En el kinder era muy hiperactiva y mi mamá dijo ve metete con tu hermano. Tal cual en un equipo femenil no empecé hasta los 11. Toda mi infancia, a mi papá le tocaba cambiar de ciudad con el trabajo y nunca había podido tener un entrenamiento lineal hasta esa edad. A partir de ahí pude estar 10 años con las mismas jugadoras, entonces fue un crecimiento de todas. De esas jugadoras, entre cinco y siete están en la Liga MX ahora. Me tocó una generación muy buena.

-Y ya como jugadora de Primera División, ¿dónde fueron tus primeros pasos?

-La primera vez que probé el fútbol profesional, semiprofesional más bien porque todavía no existía, fue a los 18 años. Fui llamada a Selección Nacional Sub-20 y después de ese llamado estuve en San Diego FC. Ahí empecé a jugar, viajaba. Luego jugué en LA Strikers, que era un equipo mucho más grande. Luego regresé a San Diego. Después ya brinco a la liga mexicana, donde jugué con Puebla. Ahí me rompí el ligamento anterior, bajé después a lo que sería acá la Primera B con Sarmiento, a jugar con Zacatepec. Pero se vendió el equipo varonil y el femenil también desapareció. Ahí vuelvo a cambiar y regreso a Estados Unidos.

-¿Y tu último club antes de llegar a Estudiantes?

-Estuve con San Diego Premier, que jugaba en la UPSL que es una liga privada, donde lo importante es generar dinero.

-Pensando hacia adelante, entendiendo a Sarmiento como un paso en tu carrera, ¿qué cosas querés que lleguen?

-Es verdad, pero ojalá se ascienda con Sarmiento y exista la posibilidad de tener un contrato. De todos modos yo sigo en contacto con Estudiantes, el DT sigue atento de mi juego, de cómo me siento, entonces yo tengo como primera meta regresar. Pero no cierro la posibilidad de conseguir el ascenso con Sarmiento y quedarme, porque hay que ser agradecida. Es cuestión de ver qué pasa. Ya después, viendo que la Liga Argentina es muy vista en Italia por ejemplo, me gustaría viajar hacia allá. Una vive de esto, entonces necesitas ganar de esto. No puedes vivir del amor al fútbol. Tienes que buscar esas metas. Si tienes que jugar en la quinta de Arabia Saudita, pero te pegan mejor que en otras ligas, pues juega. Al fin y al cabo tienes que comer.

-LIGA MX MODELO, SELECCIÓN DE CAPA CAÍDA

-Si en una Selección como la Argentina no se logran los objetivos internacionales, es muy probable que la opinión pública señale como causantes a una liga que no termina de profesionalizarse, a la falta de marketing y espacios para que ello suceda, al poco logar que dan los clubes a sus planteles femeninos. México, en cambio, tiene una liga que es modelo para todos los países de América Latina. Así y todo, viene de una frustrante eliminación a nivel de selecciones en el clasificatorio de Concacaf para el Mundial de 2023 y los Juegos Olímpicos de 2024.

-¿Por qué crees que la Selección de México no logró ser el reflejo del desarrollo y crecimiento constante que hace de la Liga MX un modelo a seguir en otros países?

-Justamente porque creo que la Selección no es el reflejo de la Liga MX, sino algo aparte. La gran mayoría de las mejores jugadoras que están en la liga ni siquiera estaban entre las 30 convocadas de la preselección para el clasificatorio de Concacaf. Se voltea demasiado a ver el talento que está fuera de la liga, cuando deberían ver la liga. Yo siento que se hizo una selección para vender camisas, no para ganar.

-¿Pero está mal que llamen a las jugadoras que están en Europa?

-No, ¿pero cuántas están jugando en Europa? Yo de esa lista no conocía como a diez que estaban jugando en la universidad de no se dónde. Tienes una Liga MX que está en buen nivel y vienes y convocas a las de las universidades. No puedes permitirte perder con selecciones como Jamaica, Haití, después de haber ido a Francia y golear, de ganar 10-0 ante otras selecciones de Centroamérica. No puedes permitirte esa eliminación. Las mejores jugadoras que tenía, las metía de cambio. Creo que la inexperiencia de Mónica (Vergara, DT) también fue un factor muy grande.

-¿La Liga MX es desde dentro tan buena como la vemos desde fuera? ¿O la jugadora mexicana no está conforme?

-Yo creo que con toda la estructura está conforme, pero con el salario no está conforme. Es cierto que hay jugadoras que pueden cobrar 120 mil pesos mexicanos, pero hay otras que te están cobrando 4 mil. Y con eso no vives. De las 400 jugadoras que hubo en la primera temporada, la mitad ya no está en la liga por tema de sueldos. Es muy complicado. Es cierto que se está mejorando, que han pasado cinco años y la Liga ha crecido enormemente, pero todavía falta mucho, especialmente en el tema de sueldos. En el marketing, en el respeto, sí creo que hemos avanzado bastante.

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