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El imborrable recuerdo que Elizabeth Di Legge dejó en Junín y perdurará por siempre

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Elizabeth Di Legge, quien fue encontrada sin vida en el AMBA, era nativa de Junín. Estudió en la Escuela 18 en el Barrio Belgrano donde residió con su familia mientras vivieron en Junín y sus estudios secundarios los curso en la ex Escuela de Comercio, actual Media Nro. 7.

Sus amiga juninenses la recordaban y recordarán siempre destacaron a JUNIN24. Era enfermera del Hospital Churruca con las mejores calificaciones y amaba a sus hijos y a su profesión, contaron quienes la conocieron.Los vecinos del Barrio Belgrano y quienes la trataron, además de no salir de su estupor, la recordaron con sumo cariño.

QUE SE SABE HASTA EL MOMENTO DEL CASO

Elizabeth Di Legge, la enfermera que apareció muerta en su casa, quería dejar a su pareja y estaba por mudarse

La enfermera Elizabeth Di Legge (44), cuyo cuerpo fue hallado el lunes en el galpón de su casa de González Catán, La Matanza, estaba por dejar a su pareja, detenido como sospechoso de femicidio, y mudarse a vivir con sus hijos, para lo cual había realizado algunos trámites días previos a su muerte.

«Se estaba por ir de la casa, estaba tratando de conseguir una garantía y ya había visto un lugar. Y justo cuando se estaba por ir pasa esto. Tenía un montón de proyectos y pasó esto igual», dijo uno de los investigadores.

Ese dato refuerza la hipótesis de que la enfermera fue víctima de un femicidio por parte de su pareja, Silvio Eduardo Espíndola (44), quien se declaró inocente al ser indagado por el fiscal de la Unidad Funcional de Instrucción Temática de Homicidios de La Matanza, Federico Medone, quien tras esa instancia pidió que quedara formalmente detenido.

No obstante, aún resta establecer mediante diversos peritajes si Di Legge fue asesinada o si pudo haberse inyectado ella misma alguna sustancia que le provocara la muerte.

Un perito ingresa en la casa de la enfermera, donde tras una inspección con perros fue hallado el cuerpo. Foto: Clarín

Luego de la indagatoria, la Justicia convalidó el pedido de detención de Silvio Espíndola.

Los resultados preliminares de la autopsia confirmaron que la enfermera no tenía lesiones a simple vista y que falleció a raíz de una «depresión respiratoria» que podría estar vinculada a las ampollas de distintos analgésicos, ansiolíticos y opioides, como fentanilo, que fueron hallados junto al cadáver.

La cuestión a establecerse ahora mediante análisis toxicológicos es si esas sustancias le causaron la muerte y, en ese caso, si se las inyectó ella misma o su pareja, también enfermero.

Las sospechas sobre Espíndola surgieron de los dichos de numerosos testigos que aseguraron que la enfermera era víctima de violencia de género de parte de su pareja y padre de tres hijos, y que planeaba dejarlo.

Otro dato que llamó la atención de los investigadores fue el tenor de la indagatoria del acusado, quien en todo momento se mostró muy meticuloso en su narración acerca de lo que hizo las 72 horas previas al hallazgo del cuerpo de su pareja, actitud que se contrapone con que no haya encontrado el cuerpo de la mujer durante días, a pesar de que estaba en un galpón de su casa.

«El tema de la violencia de género es lo que inclina la pesquisa a la hipótesis de femicidio. También algunas actitudes del acusado, que hizo un relato de las horas previas con un nivel de detalle abrumador pero cuando tuvo que explicar por qué no revisó el galpón donde finalmente fue encontrado el cuerpo fue totalmente impreciso», dijo un vocero a Télam.

El fiscal Medone cuenta con 15 días, más otros 15 de prórroga, para reunir los elementos que le permitan componer la prueba y resolver si pide o no la prisión preventiva de Espíndola por «homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género», delito que prevé la prisión perpetua.

La jueza de Garantías 6 de La Matanza, Carina Andrijasevich, hizo lugar al requerimiento de la fiscalía y convirtió la aprehensión de Espíndola en detención formal, por lo que seguirá preso mientras se resuelve su situación.

En la resolución, la jueza consideró que «en el rango comprendido entre las 18 del día 29 de julio y las 6 del día 30 de julio (…) un hombre le aplicó dosis de propofol, atracurio, fentanilo y midazolam a su pareja, ello con claras intenciones de ocasionarle la muerte».

Di Legge fue hallada fallecida en un galpón de su casa en calles Larre y Conde, de González Catán, partido de La Matanza, en el sudoeste del conurbano. La enfermera estaba muerta sentada en una silla y tenía colocada una vía intravenosa conectada a un suero y con una jeringa aplicada en la sonda.

En el lugar del hecho se hallaron varias ampollas de propofol (anestésico), atracuario (relajante), fentanilo (opioide) y midazolam (ansiolítico).

La víctima, que trabajaba en el Hospital Churruca porteño, convivía allí con sus tres hijos y su pareja Espíndola, también enfermero en el mismo centro médico. La mujer había sido denunciada como desaparecida el sábado pasado por su propia pareja, por lo que policías realizaron el lunes una inspección en la casa con perros rastreadores que finalmente detectaron el cuerpo.

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