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Antonella Rosa y un gol histórico para ganarle a la discriminación

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En un mismo domingo, con minutos de diferencia, a Antonella Rosa le tocó experimentar lo mejor y lo peor del fútbol. Ingresada en el segundo tiempo para defender la camiseta de Newbery ante La Favela, no solo se dio el gusto de festejar su primer gol oficial sino que además, sin siquiera darse cuenta, escribió el registro histórico que desde ahora y para siempre la destaca como la primera jugadora trans en marcar un gol en Liga Deportiva del Oeste. En el mismo partido, sufrió agresiones que la descolocaron. Fue víctima de la discriminación que tanto cuesta erradicar, del deporte y de la vida. Pero dicen que mete gol gana. Y en un fútbol femenino en que no por casualidad las únicas noticias que se vuelven masivas son las negativas, elegimos poner patas para arriba el enfoque. Porque la jugadora merece destacar por su virtud, nunca por la miseria ajena.

-Lo venías buscando y por fin se dio ese primer gol. ¿Qué sentiste?

-Me generó una emoción impresionante. Siempre llegaba y nunca se me daba. Debe hacer un mes que Diego (Conde) me empezó  probar de carrilera y fue algo nuevo para mí, porque nunca había jugado. Pero la verdad empecé a sentirme bastante cómoda, me empezó a gustar.

-Como delantera tenés la competencia más difícil. ¿Lo pensás o no te importa?

-Eso siempre está, pero al equipo nos favorece que todas demos todo. En algún momento ojalá que se me de jugar de titular en esa posición. Al principio, al ser nueva, no sabía cómo era.

-¿Te seguís sintiendo una jugadora nueva o ya pasó esa etapa?

-La verdad que no. Ya me siento cómoda, ya me siento en el ambiente y hasta como una vieja más, porque también llegaron chicas más nuevas, jaja. En este segundo campeonato hubo muchas caras nuevas.

-¿Qué fue lo que te hizo decir quiero i a un club y jugar al fútbol?

-Yo nunca toqué una pelota. Nunca me gustó el fútbol, nunca lo miré. Pero conocí chicas del ambiente del fútbol, como Milu Suárez que una vez me llevó a un picón, para joder. Yo le dije bueno, amiga, pero no sé jugar. Tenía las uñas, estaba en otra. Ahí conocí a las chicas del Barrio La Bondiola que jugaban los torneos relámpagos y hoy en día están todas en distintos equipos. Esas chicas fueron las primeras que me vieron jugar. Desde ahí confiaron en mí y desde ahí me empezó a gustar.

-Si pienso en lo que decís de las amigas que son del fútbol, como Milagros, como Tiara Lucero, llegaste a un club donde no juega ninguna de ellas. ¿Por qué Newbery?

-Yo había arrancado a entrenar cuando ATSA empezó a armar un equipo. Entrené siete meses ahí, pero noté que nunca iba a llegar a constituirse para jugar en la Liga. Fui a probarme a La Favela, porque tenía conocidas. Fui una sola vez, hice todo, pero en el partido me mandaron al arco y no fui más. Todo me quedaba lejos, porque no tengo movilidad. Hablando con La Chula (Silva, ahora en Origone) a la que también conocí jugando partiditos, me invitó a jugar en Newbery.

-Enganchaste enseguida, porque se nota que tienen muy buena onda las pibas con vos…

-Sí, enganché rápido porque desde la primera vez que fui me recibieron con los brazos abiertos. Me sentí cómoda y las chicas siempre fueron buena onda conmigo.

-La contraparte de la alegría del domingo fue que hayas sido víctima de la discriminación en una cancha...

-Fue violencia, directamente. Fui discriminada. ¿Vos te acordás cuando se hizo esa charla de la igualdad en BAP? Ahí había representantes de distintos equipos, pero de parte de muchos de esos equipos después no sentís en la cancha la igualdad que se está buscando. Me pasó con varios equipos que se me burlaban, se me reían.

-¿Qué te pasa con eso cuando estás jugando un partido de fútbol? ¿Buscás permanecer fuerte y te cae la ficha después? ¿Te descoloca en el momento?

-La verdad que yo vengo con una historia re heavy y es como que ya no me afecta nada. Pero a la vez una piensa que arrancó esto para despejarse, para estar bien y salir de sus quilombos. Entonces, ir a jugar y que haya gente que es mala, que no ve lo que sos como persona ni la mochila con la que cargás, te duele. Las invitaría a todas a conocerme antes de juzgarme.

-¿En qué cosas personales y de grupo seguís encontrando la motivación para decir esto no me va a frenar en mi deseo de jugar al fútbol?

-En el equipo, porque al final de cuentas yo encontré ese compañerismo en Newbery. Las chicas me tratan bien, me alientan a seguir. También jugadoras de otros clubes que me han mandado mensajes alentándome a seguir. Y la realidad es que yo me siento cómoda, porque las chicas me re apoyan. Una vez que jugamos un amistoso con BAP y había pibas en el banco que se burlaban de mí, mis compañeras intervinieron y fuimos a quejarnos con el DT.

-Me pasa, viéndolo desde afuera, que no siempre terminó de darme cuenta de lo que está pasando adentro de una cancha. El domingo fue notorio, porque incluso cambió tu gestualidad. Habías salido a comerte la cancha, venías de meter tu primer gol con todo lo que eso implica, pero en un momento como que te anulaste. Ahí pensé, algo pasó…

-Es que en un momento ya no quería ir para adelante. Cada vez que yo agarraba la pelota me decían cosas. Yo fui una sola vez a entrenar a La Favela. Fui al arco y no fui más. La realidad es que con muchos equipos me he sentido bien, me han recibido bien, de manera amistosa. Pero con otros no fue así y no sé cuál es el problema conmigo.

-Si tenés que poner el torneo y medio que llevás jugado en la balanza, ¿los fines de semana de fútbol te dieron más satisfacciones que tristezas?

-Medio y medio. Me he vuelto muchas veces con bronca, con impotencia. Y otras me sentí muy bien.

-Más allá de la satisfacción personal por tu primer gol, tiene muchísima trascendencia histórica para el después, para las que vengan, porque sos la primera jugadora trans que mete un gol en competencias de la Liga Deportiva del Oeste. ¿Qué valor le das a eso?

-Es algo que no me había puesto a pensar. Te diría que no me interesa, pero a la vez está bueno porque la Liga me permitió jugar pese a que tantas personas de clubes diferentes no quisieron que yo jugara. Lo veo como una oportunidad. Y entonces sí, es importante. Nunca me imaginé que fueras a hacerme esa pregunta.

-¿Y ahora que te la hice?

-Está bueno, porque fui la primera en estar jugando de manera oficial en un equipo. La primera en poder meter un gol. Está bueno. Es algo que queda marcado.

-¿Qué tan entusiasmadas están con poder dar ese saltito que las meta entre los cuatro mejores equipos del torneo?

-Tenemos mucho entusiasmo, ganas de llegar y seguir progresando. Queremos dar lo mejor de nosotras porque en cada entrenamiento nos matamos para eso. Ojalá podamos seguir con la buena racha que traemos.

-Cómo es el destino que si al inicio del torneo pensaban en hacer esta campaña, en terminar segundas en su grupo con gran cosecha de puntos, nunca hubiesen pensado que en el repechaje les iba a tocar jugar contra UNNOBA…

-La verdad que sí. Pero eso va a ser una revancha por el partido que tuvimos en la clasificación para la Copa Federal. No nos lamentamos haber jugado ese partido, porque para todas nosotras estuvo bueno probar. Fue un tema que hablamos mucho con las chicas y nos quedamos con el hecho de experimentar algo nuevo. Son cosas lindas que no a todos los clubes se les da. Son experiencias que algún día nos gustaría repetir.

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