Fútbol FemeninoLiga Deportiva del OesteSelección de Bahía BlancaSelección de JunínTorneo Provincial

Bendita sea La Sele: Lo que terminó y lo que empieza

DeportesLocalesProvincialesSociedad

La Selección de Junín se quedó a un paso del ansiado título en el Torneo Provincial. En cancha de Newbery, revancha del partido que había empatado sin goles como visitante, cayó en los penales ante el seleccionado de Bahía Blanca luego de finalizar igualado 1-1 los 90 minutos de juego reglamentarios. Melina Garialdi había sido la autora del gol juninense e Ivana Lindstrom igualado para la visita.

LO QUE TERMINÓ

Se fue el primer Torneo Provincial que se disputa en el lapso de cuatro años y es imposible no pensar que el representativo de la Liga Deportiva del Oeste que conduce Diego Carpinella no haya merecido mejor suerte. También se hace difícil hablar de injusticia cuando enfrente hubo un rival que compitió con armas nobles, que también hizo grandes esfuerzos a lo largo de toda la competencia, que por momentos tuvo fútbol y en muchos otros tuvo carácter. Pero a lo largo de los 180 minutos que duró la serie final, Junín acumuló los méritos suficientes como para que la historia se contara diferente. Caprichoso fútbol.

Para la revancha que se disputó este sábado en cancha de Newbery, La Sele recuperó a Jennifer y Juana Garayalde, apostando a la misma formación que había goleado en Azul en semifinales. En los primeros 45 minutos, Junín fue avasallante. Generó más de una decena de ocasiones de gol, cuatro de ellas clarísimas. La primera llegó desde un tiro libre ejecutado por Juana Garayalde que pegó en el travesaño, después en la cabeza de la arquera Micaela Mato y otra vez en el travesaño. Tirándose de palomita, Melina Garialdi fue a cazar un rebote que parecía nomás había que soplar, pero fue atorada por la propia uno bahiense para que a su auxilio llegara Carolina López a despejar la pelota que había quedado muerta, como pinchada, a centímetros de la línea de meta. Caprichosísimo fútbol.

La segunda encontró a Melina Garialdi ingresando al área por izquierda tras recibir el lateral de Lucrecia Paviolo. Haciendo equilibrio entre pierna ajena, la capitana llegó a soltar la pelota al medio para el ingreso de Juana Garayalde, que probó de primera y encontró otra buena respuesta de Mato, también otro zapatazo de López para apagar el fuego en el rebote. No fue la tercera la vencida, aunque te juro que casi. Catalina Vila interceptó un despeje de Morena Bouen y desde la derecha sacó un centro que Carolina López estuvo a punto de clavar contra su propio arco, pero el travesaño devolvió la a esas alturas embrujada pelota. La cuarta llegó tras el encuentro entre Micaela Navone y Juana Garayalde, que lanzó a correr a Melina Garialdi por izquierda para que esta se encargara de sacar a bailar a Carolina Paz a puro amague, encontrando el espacio perfecto para soltar un centro que fue caricia para que Catalina Vila apareciera por el segundo palo, pero sin poder conectar bien en su intento de romper el arco de volea.

Más allá de esas ocasiones que evidenciaron que Las Fortineras al menos merecían irse al descanso con un gol de diferencia, el asedio incluyó también centros que cruzaron el área, una gran descarga de Chula Silva para que Pini Tamburrini probara desde la medialuna viendo salir su remate por arriba del travesaño, un disparo más de Juana Garayalde que murió en las manos de Matos y dos goles bien anulados a Garialdi y la propia Garayalde por sendas posiciones fuera de juego. Bahía, que lo sufrió en exceso, logró avisar con un tiro libre de Paz que por poco no llegó a conectar Lucrecia Semper y con un centro de la propia Semper tras meterse al área luego de trabar con Yamila Astrada, que estuvo a nada de encontrar la cabeza de Rocío Chávez ingresando sola por el segundo palo.

Micaela Navone cortó e hizo jugar en mitad de cancha, siempre apostando a la simpleza. Romina Paye fue imposible desde el juego aéreo, tanto en defensa como en ataque. Jennifer Garayalde, certera en cada cruce. Pini Tamburrini fue motor y Melina Garialdi magia. Juana Garayalde tomó la manija para decidir cuándo jugar en corto y cuándo lanzar a volar. Toda La Sele cerró con alta calificación esa primera mitad. De a ratos te odio, fútbol.

Pareció que iba a cambiar la racha, porque en la primera llegada a fondo del complemento, estalló la colmada cancha de Newbery en un solo grito. Micaela Navone lanzó un pase larguísimo para que Melina Garialdi picara perfectamente habilitada entre líneas, enfilara hacia el área y cuerpeara bien ante el asedio de Antonella Sanhueza, para soltar la pelota al primer palo apenas Matos le salió al achique y poner el 1-0 que tanto se había hecho esperar. Pero la suerte estaba lejos de cambiar. Justo cuando Diego Carpinella determinó que podía liquidar el partido en velocidad, sacando del campo a Garialdi, Vila y Silva para dar ingreso a Mercedes Cattenazzi, Belén González y Sofía Borsalino; Bahía Blanca tuvo un tiro libre que Ivana Lindstrom cambió por gol con un remate que le bajó de golpe a Rafaela Carbone, haciendo inútil su manotazo. No fueron los cambios que provocaron el gol. Créannos que fue el gol, sacado de todo contexto, el que le terminó quitando sentido a los cambios. Indescifrable fútbol.

Aunque Bahía se envalentonó en el empate, generando más desbordes y pisando el área ajena con más continuidad de lo que lo había hecho en más de una hora de juego, el dominio de las acciones siguió siendo juninense. Pero la visita también lo pudo ganar en los 90, porque la terna arbitral escobarense aportó la gran mancha que no merecía una final de alto vuelo, comiéndose un claro penal por mano de Lucrecia Paviolo de frente al juez de línea. En la continuidad de la jugada, lo volvió a tener Ivana Lindstron con un remate cruzado que salió cerca. Y ni el tiro del final salió para Las Fortineras, porque Pini Tamburrini inició una gran jugada personal tras el enésimo despeje de cabeza de Romina Paye. Cruzó mitad de cancha a toda velocidad tras liberarse de la marcadora que salió a cortarla y ubicó sobre banda derecha a Sofía Borsalino. Esta levantó la cabeza y volvió a ubicarla ingresando al área, devolviéndole la gentileza para que sacara un gran disparo que salió besando el palo más lejano a la estirada de Matos.

En los penales, Bahía fue mejor. Solo Juana Garayalde logró convertir para Junín, mientras que Sanhueza, Garat y Paz sumaron los puntitos necesarios, pese a la tapada de Carbone a López, para que el título se fuera con ellas. Fútbol infiel.

LO QUE EMPIEZA

Por primera vez en todo el Torneo Provincial, la Selección de Junín jugó a cancha llena. Varios medios se acercaron a ver de lo que eran capaces, también directivos de toda la provincia. No fue casualidad, tampoco producto exclusivo de la instancia. Fue resultado de una construcción silenciosa, pero de trabajo constante y base sólida. Será que algún papá o alguna mamá de Defensa, pese a no haber jugadoras del club en el equipo, hizo la recomendación a otros tantos de los que colgaron las banderas y colmaron las tribunas para alentar a esas jugadoras que ven como ejemplo a seguir para sus hijas. O será que Newbery, como dueño de casa, no quiso perder oportunidad de que sus propias futbolistas sean testigo de un partido de alto vuelo. Será que las profes de Moreno comunicaron que también hay que ver para aprender. Será que Villa y Rivadavia pueden también compartir la misma canción de aliento. Será que había dentro de la cancha gente que es tan querida afuera que las amistades decidieron que era tiempo de bancar. O que la decisión de cada una de abrazar al fútbol genera orgullo a las familias que llegaron de a montones. Será que quienes no tuvieron la suerte de estar convocadas al final sí entendieron que sin ellas no se hubiese podido y que hicieron llegar a muchas más que ya no preguntaron por qué no estás, sino que les dijeron qué bueno que seas parte. Tarda, cuesta. Pero la Selección enamoró al fútbol de Junín. Lo mantuvo unido y lo ilusionó. En la derrota, recibió el aplauso sincero incluso de quienes no comparten con ellas más que la pasión por el juego. No hubo burlas oportunistas. Solo respeto, orgullo y mensajes de aliento. Lo que empieza tiene que nutrirse de todo lo que generó lo que acaba de terminar. Juntar fuerzas, juntar ganas, juntar voluntades. Y volver a intentar. Porque Bendito sea el fútbol que cura lo que lastima.

Seguir Leyendo:
Deportes‎ ‎ |‎ ‎‎ ‎Locales‎ ‎ |‎ ‎‎ ‎Provinciales‎ ‎ |‎ ‎‎ ‎Sociedad
LO MÁS DESTACADO
keyboard_arrow_up