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Un conflicto familiar en Junín que escala sin que la Justicia aporte una solución que ya afecta hasta a un menor de edad

Locales

Un conflicto que escala día a día tiene como víctimas a una familia que no puede vivir en paz a pesar de las denuncias que vienen realizando y las medidas cautelares dispuestas por el Juzgado de Familia que por lo general no han sido acatadas.

El límite se traspuso en las últimas horas y ello hizo que, sintiéndose desprotegida, una de las víctimas, Laura Fernández, haya decidido hacerlo público. Sobre todo porque teme que les ocurra algo a ella, su pareja y su hijo, menor de edad, que también se ha transformado en víctima de violencia.

Los problemas comenzaron en el año 2019, en un terreno ubicado sobre calle Niñas de Ayohuma al 50. Para entender de qué se trata, explicó que “estamos viviendo en un lote –que es de mi mamá-, donde hay tres casas. Adelante vive uno de mis hermanos yo al medio y al fondo dos mujeres y un hombre de nacionalidad paraguaya”. “Los vengo denunciando desde 2019. Molestias, amenazas, me pusieron cortinas de sombra encima de las ventanas dejándome la casa a oscuras, se me inundó la casa porque me taparon el desagüe con cemento, ahora levantaron un tapial a centímetros de donde tengo la ventana. Lo pueden ver en las fotos”.

Siempre hice las denuncias. Fui a todos lados a pedir ayuda. A fiscalía, al Juzgado de Familia. Me mandan de acá para allá”. Es más, “después de la última denuncia que hice, empezaron a arrojar contra mi casa elementos contundentes, botellas. Lastimaron a mi cuñada a golpes y arañazos. Y hubo otras situaciones donde hasta golpearon a mi mamá” El conflicto escala y las autoridades no estarían tomando cartas en el asunto mientras Laura Fernández sostiene que “estoy pasando por una situación que me pone en riesgo. Tengo que vivir encerrada”.

Cabe remarcar que se trata de un lote con tres viviendas emplazadas. En una de ellas “viven la mujer de mi hermano, su hija y el yerno, todos de nacionalidad paraguaya. En otra mi hermano y en el medio, hasta hace poco mi mamá, mi pareja, mi hijo y yo. Ella se tuvo que ir porque sufre de presión alta y le hacía mal tener que vivir a oscuras y sin circulación de aire”. “Hoy – me dejaron las ventanas cerradas con ladrillos y ya no sé a quién pedirle ayuda para poner fin a esta situación”.

Para comprenderlo acabadamente, más allá de verse increpada y agredida de manera verbal periódicamente, les taparon toda posibilidad de recibir luz natural. Y como si eso fuera poco, en las últimas horas, levantaron paredes en las dos ventanas de la casa. Un hogar en el que además, vive un niño menor de edad al que le tapialaron la ventana de su cuarto y que por ser testigo de las situaciones violentas, necesita ahora ayuda psicológica, como explicaba a Junin24 su mamá. Sino que además, ahora, tampoco puede abrir la ventana de su cuarto porque también la tapialaron.

LA JUSTICIA
Por el conflicto hay denuncias e inclusive una resolución judicial (24 de noviembre de 2022), con restricciones para que cesen las molestias. “Debe abstenerse de generar acciones de violencia, sea en forma física o verbal, de manera personal o por terceras personas o a través de medios telefónico, electrónico y/o cualquier vía que implique atentar contra la integridad psicofísica y/o vulneración de derechos con relación a la persona nombrada, por un plazo de seis meses”

Lamentablemente no se cumplió y por lo que la magistrada, el 23 de enero pasado, debió intimar a la agresora, a que “deponga inmediatamente su conducta violatoria de las medidas ordenadas por el juzgado”. “Debe abstenerse de generar acciones de violencia, sea en forma física o verbal, de manera personal o por terceras personas o a través de medios telefónico, electrónico y/o cualquier vía que implique atentar contra la integridad psicofísica y/o vulneración de derechos con relación a la persona nombrada, por un plazo de seis meses” Increíblemente una prohibición de acercamiento de 300 metros cuando en realidad comparen en distintas viviendas, un mismo lote que comenzó el 16 de septiembre del año pasado.

UN ABOGADO
Otra de las decisiones que adoptó fue la de contratar a un abogado “que les mandó una corta documento con la orden de que no edificaran. Y lo hicieron igual. Me cerraron las ventanas con un tapial sin cimiento”. Del inicio, Laura explicó que “mi mamá les había prestado el lugar a mi hermano hasta que se compraran algo pero después se instaló la familia paraguaya” y comenzaron los problemas que, como señalábamos en el inicio de la nota, escalan a diario. Y ahora, “me amenazan con que me van a quemar la casa”, finalizó Laura.

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