Los violentos se están adueñando del fútbol. Ya no son casos aislados. Son hechos concretos. Planificados. Estudiados. Son delincuentes que no hacen nada al azar. Son tan delincuentes como los que planean el robo a un banco. O los que asaltan a una familia en una entradera. La única diferencia es que lo hacen «en nombre del club».
El Estado todavía es muy frágil en este tema. La connivencia política con los barras -lease delincuentes con camiseta- permite que estos personajes del fútbol se manejen con total impunidad.
Lo que pasó con el plantel de Gimnasia y Esgrima de Jujuy es un caso grave. En la concentración previa al partido que jugaron el domingo ante Crucero del Norte por una nueva fecha del Nacional B, los jugadores fueron agredidos por la barrabrava del club, que también robó algunas de sus pertenencias.
El plantel del «Lobo» recibió la inesperada y lamentable visita de la barra en el hotel en el que concentraba. Cerca de las 22.30, un grupo de alrededor de 60 violentos, que dijeron ser «hinchas» del equipo, increpó a los futbolistas y al personal del lugar.
Los barras no solo robaron objetos del hotel e indumentaria del club, sino que también agredieron físicamente y amenazaron con armas blancas a los jugadores, que inmediatamente decidieron abandonar la concentración y hacer circular un comunicado en el que explicaron los hechos.
Después del incidente y conmovidos por el hecho, los jugadores decidieron abandonar las instalaciones del hotel «por nuestra seguridad y tranquilidad» y se presentaron el domingo en el estadio para jugar el partido contra Crucero del Norte, por la 23ra. fecha del torneo de la Primera B Nacional.
La victoria sobre el equipo misionero por 2 a 0 -que cortó una racha negativa de cinco derrotas consecutivas- sirvió para calmar los ánimos entre los hinchas, muchos de los cuales no pudieron ingresar al estadio el domingo, ya que se dispuso un fuerte operativo de seguridad.
El fiscal de turno, Diego Cussel, que interviene en el caso, ya solicitó las filmaciones que posee el hotel y lo que hayan registrado las cámaras de seguridad de la ciudad, de manera de poder identificar a los protagonistas del incidente.
El director técnico del «Lobo» jujeño, Fernando Gamboa, manifestó su preocupación por el episodio de violencia que vivieron en el hotel. «No la pasamos bien. No es culpa ni de los dirigentes, tampoco de los jugadores y menos del cuerpo técnico lo ocurrido el sábado», avisó.
