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Agustina Fragapane: «Me genera muchas cosas enfrentar a Talleres, pero mi mente está en Sarmiento»

La defensora lateral llegó a Las Maestras para la presente temporada y tendrá la oportunidad de estrenarse ante su exequipo.

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Al fútbol se le animó oficialmente con 19 años, después de mucho jugarlo en la plaza junto a su hermano y a la vez que hacía hockey para darle el gusto a una mamá que pasó de no querer saber nada con que llevara la pelota pegada al pie a alentarla a la distancia como la mayor de sus fanáticas.

Agustina Fragapane se estrenó en Independiente Rivadavia de Mendoza, hizo en Córdoba un curso acelerado en plena pandemia y desde la terraza de un departamento; hasta que probó suerte en Talleres, equipo en el que permaneció dos años hasta aterrizar en Junín para ponerse la camiseta de Sarmiento. Este sábado, en el inicio de la temporada 2024 de Primera B, el calendario la devolvió a suelo cordobés, ya no con «M» de Matadora, sino de Maestra.

Foto de Lucas Alcaraz.

-¿Qué te pasó cuando viste que tocaba visitar a Talleres en el estreno?

-Creo que lo veía venir. Sentía que la primera fecha podía llegar a ser con Talleres. Igual me sorprendí un montón. Tengo muy altas expectativas. Me genera muchas cosas por dentro porque es volver al club en el que estuve el año pasado. A la vez hoy soy jugadora de Sarmiento y mi enfoque, mi mente, está acá. Yo quiero lograr los objetivos que nos propusimos con el club.

-¿Por qué decís que lo veías venir?

-No sé. Posta que era un sentimiento que tenía. Pensaba ‘ya veo que la primera fecha me toca con Talleres, allá en Córdoba’. Y justo pasó. Encima fue re loco, se lo comentaba a mi mamá. Lo pensé y una semana después salió el fixture y pasó eso. Realmente lo sentí.

-¿Qué vas sintiendo a medida que se aproxima el partido?

-La verdad que estoy muy tranquila. Sí tengo esa ansiedad de querer jugar, estar allá, que empiece el torneo. Pero estoy muy enfocada, día a día con los entrenamientos. Estoy tranquila pero sí quiero que empiece.

-A grandes rasgos, Sarmiento tiene dos clases de refuerzos para esta temporada. Los que concretó en el fútbol de AFA y los más regionales, con mucha promoción de jugadoras de inferiores. A su vez, perdió jugadoras muy importantes. Talleres se reforzó muy bien. ¿Cómo vez el choque en ese sentido? ¿Son dos equipos parejos?

-Es verdad que Talleres se reforzó bien, para pelear como ya lo hizo el año pasado. Yo trato de pensarlo por el lado de Sarmiento y también trajo muchas jugadoras de la categoría, también de los alrededores. Pero creo que más que de hablar, se trata de ir y jugar los partidos. Yo tengo mucha confianza, mucha fe en cada jugadora y en el equipo en general. Que vamos a dar pelea, la vamos a dar. Eso se va a ver partido tras partido. Pienso que Sarmiento puede volver a pelear como el año pasado, que hizo un muy buen torneo.

-¿Cuánto piensan en el fixture y los rivales que tocaron?

-Nosotras acá nos vamos diciendo ‘toca Talleres, vamos con Talleres. Toca Lima, vamos a Lima’. No es que nos ponemos a decir ‘uh, tocó Talleres que es el más fuerte y después uno que quizás no lo es tanto’. Queremos ir partido tras partido y prepararnos de esa manera en la semana.

-¿Pero una primera fecha así de fuerte es mejor o peor?

-A mí me parece que es mejor. Me da esa sensación. Está bueno jugar primero los partidos que en los papeles son con los rivales más fuertes. Es una buena medida inicial, que después nos va a ayudar para el futuro a ir buscando aquello que pueda habernos faltado en los primeros partidos.

-¿Les faltó jugar amistosos con equipos de AFA, de la categoría, o no es tan importante en la previa?

-En lo personal me parece que sí podría haber sido importante, que podía servirnos para armar equipo. Si bien es verdad que no se tuvo esa posibilidad en la pretemporada, hubiese sido un recurso beneficioso poder enfrentar a algún equipo de la misma categoría. Vamos a ir descubriendo a cada equipo en competencia. Lo importante es que venimos trabajando bien.

-¿Cómo fue la gestión de tu llegada a Sarmiento?

-Sorpresiva. Cuando decidí dejar Talleres, yo me volví a Mendoza. obviamente que quería buscar un club donde jugar. La posibilidad llegó a través de una amiga de Córdoba que hizo el contacto. Agustín (Lavagnino) se comunicó conmigo y desde ese momento le dije que sí. Después tuve otros llamados pero ya había asumido ese compromiso, así que vine para acá.

-¿Y qué encontraste?

-Personalmente me encantó la ciudad desde que llegué, porque es súper tranquila y yo soy muy tranquila. Haber estado en ciudades grandes como Mendoza y especialmente Córdoba, que es mucho más movida, me significó un gran cambio. Fue un espectáculo encontrarme esa tranquilidad. Desde el primer día me encantó Junín.

-Entre tantas idas y venidas que hubo en la pretemporada, reportaste el día uno y acá estás…

-Sí, el 29 de enero yo ya estaba acá. Hubo mucho movimiento de jugadoras, es verdad. Acá estamos. Firmes.

-¿Hay jugadoras que te hayan sorprendido especialmente?

-Sí, muchas. La verdad que me encontré con varias jugadoras muy jóvenes que me han sorprendido para bien. Creo que en cada una de ellas, en lo que he podido ver desde que llegué y compartir con ellas, hay algo extraordinario. Todas tienen esas ganas de aportar al equipo y es lo mejor que un grupo puede tener. Hay características muy diferentes y mucha juventud. Eso te da un plus.

-Así como es importante contar con jugadoras jóvenes para sentar base y armar proyectos futuros, puede ser un riesgo si se pretenden resultados inmediatos. ¿A ustedes les varían los objetivos en base a eso?

-Requiere mucho trabajo mental, de cabeza, tanto a nivel grupal como individual. Lo importante es entender cuál es el objetivo que tenemos. Queremos luchar, pelear por el ascenso. Sabemos que es muy difícil. Pero más allá de esa juventud, es fundamental la convicción que tenga cada una de ir a buscar el objetivo que tenemos. El objetivo no cambió. Queremos ascender.

-Como muchas jugadoras de Sarmiento, vos también recibiste el golpe de un ascenso que no se dio el año pasado. ¿Cuánto tarda en quedar atrás esa frustración?

-Creo que depende de cada una. En mi caso, siempre quiero ir por más. Quiero luchar. En Talleres el año pasado no se dio y yo me lo propuse, esté en el equipo que esté. Creo que de mi parte siempre estuvo ese chip. Mi cabeza hoy está acá, más allá de lo que dolió lo de Talleres, y renové los objetivos. Pude hacer rápido ese cambio, pero porque yo soy así.

-¿Si te pregunto por las jugadoras de Talleres de las que más te haya costado separarte?

-En general, tuve una excelente relación con todo el plantel. Pero si tengo que decir jugadoras que me marcaron, una es Betina Soriano (actualmente en Belgrano de Córdoba) y otra Sasha Zapata. Pero te podría dar más nombres, de verdad. Porque muchas me marcaron de manera diferente.

-Primera fecha, Córdoba. Talleres, equipo fuerte. Sarmiento, en plena renovación. ¿Empate es negocio?

-Mirá, yo soy muy competitiva y solo pienso en ganar. Pero creo que un empate sería un resultado positivo para el inicio, para afianzar el equipo y afianzar el grupo.

DEL INICIO TARDÍO AL FÚTBOL DE AFA

-¿Cuándo y dónde empezaste a jugar?

-Yo empecé a jugar en un club, a competir, en 2019. Soy del 2000, tenía 19 años. Empecé grande, en Independiente Rivadavia, allá en Mendoza. Enseguida pasó lo de la pandemia. Fue mi primera vez en Liga Mendocina. Pero después sentí que necesitaba un cambio, quería crecer futbolísticamente. Me fui a Córdoba, a hacer unos cursos para estudiar, y estando allá me enteré que estaban las pruebas en Talleres. Fui, estuve un mes y me dijeron que había quedado. Fueron dos años, todo 2022 y 2023.

-Pasó todo muy rápido entonces. ¿De dónde traías el fútbol?

-Claro, siempre jugué. Desde muy chiquitita con mi hermano mellizo. Lo primero que hacíamos era ir a la plaza y yo estaba ahí, jugando con todos los varones. Mi mamá no me dejaba. Yo hacía hockey. Pero siempre me escapaba con él para ir a jugar. Siempre tuve pasión por el fútbol.

-¿En pandemia amagaste con largar?

-La verdad que no. De hecho, me sirvió un montón. Me agarró en Córdoba, justamente. me había ido a estudiar, tenía a mi papá viviendo allá. Vivía en un edificio y me ayudó mucho para entrenar, porque me iba a la terraza, donde no había nadie, y entrenaba sola, todos los días, sin saber nada de lo que iba a pasar después. Mi idea era volver a Mendoza y jugar en Independiente.

-No sé cómo era Independiente, pero tu primera experiencia en AFA fue con un club que cuesta encontrar otro igual a nivel infraestructura, recursos y equipo de trabajo…

-Totalmente, fue una experiencia increíble en todos los sentidos. Ni yo terminaba de creer estar ahí, principalmente por desde dónde venía.

-¿Tu familia es futbolera? ¿Tu hermano, con el que jugabas de chica?

-No, nada que ver conmigo. El es skater. Sí son de ver partidos, pero futboleros pasionales como yo, no. A mí sí que me miran todos los partidos. Mi mamá es la fan número uno. Antes no me dejaba jugar, ahora me apoya muchísimo.

 

 

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