La defensora oriunda de Villa Constitución se incorporó a Sarmiento este año, procedente de Rosario Central, y pudo hacer su estreno absoluto en una Primera División AFA el pasado fin de semana, en el partido que terminó con victoria 2-0 ante El Porvenir. Este sábado, en Junín, repetirá en la alineación inicial para recibir al Deportivo Merlo, por la cuarta fecha de la Primera B.
Agustina Goncebatt: «Pongo las manos en el fuego por que va a ser un gran año»
Agustina Goncebatt respira fútbol desde demasiado chiquitita como para evaluar hacerlo a un lado ante la primera decepción. Su familia fue capaz de hacer esfuerzos para muchos imposibles con tal de verla crecer con la pelota en los pies, como para no seguirla en una aventura un poco más lejos de casa.
Escuchó muchas veces que hay trenes que pasan una sola vez en la vida. Pero la misma vida, con mucho más para contar que lo que lleva ya vivido, le enseñó también que hay mil caminos por los que viajar, que en el fútbol también está el amor y que la que va por todo, encuentra.
El último domingo, para ella fue fecha de estreno absoluto en una Primera División AFA, oportunidad que no había encontrado en Rosario Central, después de cuatro años, pero que en tan solo algunos meses desde su arribo le brindó Sarmiento. Consumado ya ese bautismo, este sábado le tocará volver a batallar jugando. Como en la infancia y con los nenes en Villa Constitución. Como en el equipo que fundó mamá cuando el pueblo no activaba el femenino. Como en Rosario. Como siempre que la invitan a hacer lo suyo.
-¿Cómo viviste la espera del debut?
-Estaba tranquila, pero obviamente ansiosa de querer jugar. Siempre traté de mantenerme con los pies sobre la tierra y esperar a que llegue mi momento. Mientras tanto, focalizada en entrenar cada semana y buscar mejorar errores.
-¿Y cómo te sentiste ya en partido?
-Al principio muy nerviosa. Se me fue pasando con la ayuda de mis compañeras, tanto en el viaje como en el vestuario y la entrada en calor, porque en ese sentido todas me hablaron mucho y me dieron tranquilidad. Después me sentí muy bien. Con el correr de los minutos me fui soltando y ya en el entretiempo pasó todo.
-O sea que durante el primer tiempo te acompañó ese nerviosismo. ¿En qué cosas lo detectabas y cómo lo combatiste?
-Más que nada en los primeros minutos. Obviamente salí a la cancha a ganar el partido, porque quiero ir siempre por todo. Ahí me di cuenta que si estaba nerviosa me podía jugar en contra y busqué dejar los nervios a un lado. Busqué darme confianza yendo siempre a trabar, a disputar cada pelota.
-¿El gol rápido ayudó?
-Sí, lo que más me tranquilizó fue el gol. Saber que ya estábamos en ventaja, aunque lo seguimos manejando como si estuviésemos cero a cero, yendo por más. Pero sí me dio mucha tranquilidad.
-¿Qué se decían en la previa del partido? Porque después de la derrota dura en Córdoba y del triunfo contundente contra Lima, se presumía una prueba para terminar de entender a dónde están paradas en la zona.
-Hablamos. Sabíamos que el primer partido nos había tocado uno de los equipos más fuertes y que en el segundo partido habíamos sido muy superiores. Entonces era como que nos íbamos a medir con El Porvenir. Creo que también fuimos superiores, que supimos manejar la pelota cuando la tuvimos que manejar. Y en sí creo que estamos en un nivel que nos invita a ilusionarnos con ascender. Es lo que queremos y pongo las manos en el fuego por que va a ser un buen año. Todas estamos muy comprometidas.
-¿Fue debut absoluto en una Primera División AFA para vos?
-Claro. Jugué cuatro años en primera local de Rosario Central y tres en Reserva de AFA. Fue mi debut en una Primera de AFA.
-Estreno que muchos no pudieron ver, porque no hubo transmisión oficial. ¿Qué pudiste hablar después con tu familia?
-Estaban muy felices, esperando este momento tanto como yo. Desde el primer día que arranqué a jugar al fútbol ellos estuvieron. También estuvieron muy nerviosos, porque no habían podido mirar el partido. Después pude hablar con ellos y estaban muy emocionados
-¿Y si te encargás vos de contarle cómo fue a los que no pudieron ver?
-Fue un partido trabado. Hubo muchas faltas. La cancha no ayudó a que se pudiera jugar. Había llovido mucho, en las áreas había muchos pozos y en la mitad de la cancha también. Y con la lluvia estaba blanda. Así que fue un partido muy trabado.
-A tu juego te llamaron…
-¡Claro! Jaja
-Te has ganado fama de rústica. ¿Es mito o es verdad?
-Lo acepto. Jaja. Soy muy rústica. Cuando la veo muy complicada, ni la pienso. Me gustan los partidos así trabados, como el de El Porve.
-¿Y en qué aspecto de tu juego te sentís más fuerte?
-En la marca. Siendo lateral, no soy de pasar mucho al ataque. Obvio que cuando veo la posibilidad lo hago. Me pasó en Central que jugué con el perfil cambiado, entonces me costó mucho. Ahora que estoy jugando de cuatro, por ahí también me cuesta por estar acostumbrada a no pasar. Sin dudas me siento mucho más fuerte por el lado de la marca.
-¿Por qué sentís que en Rosario Central no te llegó el momento?
-No sé. Yo sentía que estaba en buen nivel. Estuve haciendo pretemporada con ellos. Después hubo cambio de cuerpo técnico y volví a Reserva. Pero no sé decirte, la verdad. Tenía que ser así.
-¿Cómo llegás a Sarmiento?
-Mi representante, Diego Carminatti, hizo el contacto. Yo había venido a una prueba en enero y después resolvieron todo él con Agustín (Lavagnino). Yo ya había tomado la decisión de dejar Central y salió esta oportunidad.
-¿Por qué Junín?
-Creo que para tratar de agarrar la confianza de integrar una Primera División. A partir de ahí, iré viendo qué pasa con el correr del tiempo y los partidos.
-¿Sos abierta a las oportunidades que se presentan o pensás mucho si te toca estar más lejos o más cerca de tu gente?
-Creo que siempre estoy abierta a las oportunidades. El tren pasa una sola vez, entonces hay que aprovechar las oportunidades que se presentan. Me pasó a mí en Central. Estuve haciendo la pretemporada con Primera y no se me dio ni siquiera estar en la lista. Entonces sentí eso.
-También llegó Dalma Friaz desde Newell’s, que jugó Rosarina y debutó en el mismo partido que vos acá. ¿Se picaba en los clásicos?
-Me pasó que jugué un solo clásico y no sé si estaba. Nunca pude jugar contra Dalma. Otro clásico que hubo yo estaba entrenando con AFA y la profesora no me dejó bajar a jugar a la local, así que me quedé con las ganas.
-¿Que encontraste en Junín, también como ciudad?
-Un grupo muy lindo, gente muy unida. La gente de la casa también me recibió muy bien. También Agustín, que me habló mucho, igual que las chicas. La ciudad también re linda. Salía con Pala (Lourdes Palavecino) al centro. Todo muy bien por suerte. Como equipo creo que nos fuimos armando con el correr de la pretemporada, de las pruebas, de las chicas que venían y de las que se fueron. Pero creo que había una base, una idea de juego bastante armada. A mí me gusta el equipo, porque siento que es competitivo.
-Si de todo ese movimiento tenés que elegir una jugadora que lamentes especialmente que se haya ido y otra que digas menos mal que llegó, ¿a quiénes nombrás?
-Pala es una, de las que se fue. De las que llegaron, Flor Tappia.
-Ya hablamos del orgullo que generó en tu familia el debut. Me interesa ahora saber qué niveles de orgullo manejás vos con tu novia en la Selección Argentina y habiendo hecho el gol de la clasificación al Mundial Sub 20…
-Estoy muy feliz por lo que logró, porque sé lo que trabaja día a día y sé cómo siente el fútbol ella. Ella me venía diciendo que no se imaginaba jugar un Mundial y ahora está adentro. Ahora, decirle que espere el momento y lo disfrute. Se lo ganó ella trabajando. Estoy feliz, orgullosa de lo que es y de lo que logra día a día. Obviamente estoy siempre apoyándola, igual que mi familia. No nos perdemos ni un partido, sea de la Selección o de Banfield. Mi familia es muy futbolera, entonces está re pendiente de todo. Si ves las redes de alguno de mi familia, hay fotos de ella, todo. Mi tío que es fotógrafo le hace videos. Ella también es así conmigo. En los dos partidos anteriores, que no me tocó jugar, igual estuvo mirando. Y pensar que está concentrada, en Ecuador. Pero igual se tomó el tiempo para estar presente.
-¿Es verdad que estuvimos cerca de tenerla o es un mito?
-Si, si. Me habían hablado para preguntarle a ella si se quería venir, cuando estábamos en pruebas en enero. Pero bueno, ella ya había vuelto a firmar contrato con Banfield, así que la perdimos, jaja.
-Encima Banfield, que ya nos rompió el corazón…
-Sí, las chicas me lo viven diciendo. Pero ella no tuvo nada que ver, jaja. Llegó después del ascenso.
-¿Cuánto hace que vos jugás al fútbol?
-De muy chiquita. Arranqué jugando con varones y creo que tenía cinco o seis años. Soy de Villa Constitución, Santa Fe, y ahí arranqué. Jugué hasta los 14 y me fui a Rosario Central. Pero seguí viviendo allá, porque está a una hora de viaje nomás. El club en el que empecé fue San Lorenzo, que mi abuelo era el presidente. De ahí, como no había equipo de mujeres, mi mamá y mi tío armaron uno por mí, jaja.
-¿Y le pusieron Club Atlético Agustina Goncebatt?
-¡No! jaja. Se llamaba Academia, porque mi mamá es de Racing. Ella juega y también está muy metida en el fútbol. Es más, ahora tiene dos equipos de hombres. Uno el año pasado salió campeón en un torneo que se hace siempre allá donde vivo. Este año salió campeón de nuevo, así que re bien. A mí mamá le encanta. A toda mi familia. Cuando juego yo o juega Vero (Acuña), se manda el link o algo y enseguida mandan todos foto al grupo que están mirando.
-Me gustan las familias futboleras. Hay que traerlos…
-Sí, ya me dijeron que están organizando para venir, así que ojalá.
-¿Todos juegan?
-Sí, tengo dos hermanos que juegan, mis primos también. Mi tío, que juega en el equipo de mi mamá…
-Acá te la tenés que jugar y decir quién es el mejor de la familia…
-Uhhhh, no. Me van a matar. Tienen diferente juego. Mi hermanito es central. Es muy rústico, grandote. Mi hermano es nueve, también muy grandote. Fue goleador en la liga de mi pueblo. Mi primo Renzo es más de tirarte un caño, un sombrerito, re atrevido. Tengo otro primo que juega de cuatro, también bastante rústico. Otro primito que juega de cinco, más de armar juego. Y mi primo que también juega de cinco y es más rústico. Si se tiene que tirar a trabar con la cabeza, va. Mi tío también juega y es más de tirarte un caño.
-¿Te das cuenta que me estás mareando para no elegir? Ahora, con toda la descripción, ¿a quién elegís primero en un pan y queso?
-Estoy entre dos, jaja. Felipe, el cinco rústico. Y Renzo, el lírico.
-Yo elegiría al lírico, porque para rústica estás vos…
-Pará, que cuando yo jugaba en el pueblo era la 10. Y era la goleadora, jaja.