Está golpeado. Se nota. Pero también, y no es una paradoja, tiene esperanza. Lionel Messi dio la cara, casi una hora y media después de finalizado el partido. Salió a la zona mixta y no esquivó a los periodistas, como hace con los rivales adentro de la cancha. «Me siento responsable por no habernos llevado los tres puntos. Estaba muerto después del penal. Pero, ahora, esto nos tiene que hacer más fuertes», tiró sin vueltas. Dio en punto clave sobre lo que pasó y lo que viene.
«Obvio que me siento responsable. Haber convertido el penal nos hubiera dado tranquilidad. Era hacer el gol en el momento justo», dijo el capitán argentino sobre la gran situación que desperdició en el segundo tiempo. Halldorsson rechazó el penal anunciado que salió del pie zurdo del crack del Barcelona.
«Lo decidí en el momento. Quise tirarlo a ese palo, pero me salió a media altura», contó con respecto a ese penal que pudo cambiar la historia del debut argentino en Rusia 2018.
«(Si convertía) El penal hubiera hecho que ellos se abrieran y hubiera cambiado todo. Hicimos cosas buenas y otras no tanto. Lo bueno es que manejamos la pelota; siempre la tuvimos nosotros y la movimos bien de un lado a otro. Lo malo es que no encontramos los espacios entre líneas y también nos costó entrar por los costados», analizó con la frialdad de un entrenador.
Por último, Messi reveló que «nos vamos tranquilos; no hay que volverse locos. Con bronca y dolidos porque merecimos ganar el partido y esos tres puntos nos hubieran dado más tranquilidad todavía. La idea sigue siendo la misma: ganar los dos partidos que vienen. Ahora hay que descansar bien y preparar el partido con Croacia, que será igual de difícil (sic) que este. No lo decíamos por compromiso. Islandia nos costó porque se cerró bien atrás y no nos dejó huecos para entrarles. Y de un pelotazo te pueden crear una situación de gol».