La Selección Argentina que conduce Bocha Batista no había tenido un debut feliz en los Juegos Olímpicos de Tokyo, cayendo 2-0 ante Australia y viéndose superada no solo en ese marcador sino también en el aspecto futbolístico, lo que generaba todavía más dudas que la derrota.
En el inicio del segundo partido del Grupo C, ante un Egipto que venía de robarle un empate a una potencia como España, quedó en evidencia que había nerviosismo, apuro por conseguir ese gol que permitiera manejar los tiempos como no había podido hacerlo hasta ahora en el torneo.
No fue tarea sencilla, porque costó asociarse en ataque y porque Egipto mostró tener jugadores desequilibrantes que hacían no descuidarse en defensa. Al término del primer tiempo, entonces, Argentina seguiría con un nulo en el casillero de gritos sagrados.
Pero en el complemento llegó el desahogo. Alexis Mac Allister y Ezequiel Barco jugaron un córner corto a los 51 y el ex-Boca metió un centro arco que terminó devolviendo el palo. En el rebote, el que apareció para abrir el marcador y marcar el primer gol argentino en los Juegos Olímpicos de Tokyo fue el defensor Facundo Medina.
No le sobraron ocasiones de gol a los de Batista en la continuidad del encuentro, sino que más bien se dedicaron a aguantar esa diferencia que finalmente les permitió sumar los primeros tres puntos en el torneo. Y respirar. El próximo miércoles, desde las 8 de la mañana, decidirán la clasificación ante España.