Esperando a Messi, sufriendo una temperatura por debajo de cero, sorprendiéndose por las impecables canchas de la Academia del City, la Selección empezó su aventura en Manchester. Una gira que nada tiene de paseo: muchos de los jugadores que llegaron hasta aquí se juegan el pasaje al Mundial de Rusia.
A algunos les falta apenas el sello en su pasaporte, otros tienen más trámites por delante en migraciones de la AFA. Pero todos, excepto el 10, arriesgan algo.
Hace frío en Manchester y aunque muchos jugadores llegaron temprano y con pocas horas de sueño nadie se quiso perder el primer entrenamiento.
Fabricio Bustos y Maxi Meza, de Independiente, fueron los últimos en llegar, pero enseguida se pusieron los botines. El Kun Agüero trabajó en el gimnasio y con los médicos del City y de la Selección decidirán en las próximas horas los pasos a seguir con su lesión. En cambio, Eduardo Salvio pasó fugazmente y de común acuerdo con el Benfica se resolvió que siguiera su recuperación en Portugal. El ex Lanús, en condiciones normales, es una fija en la lista.
En los escasos quince minutos que la Selección se deja ver se pudo apreciar a Sampaoli haciendo jueguito y hablando con Higuaín y con Mascherano. Ejercicios típicos buscando el hombre libre y los gritos del técnico pidiendo que no se pierda la pelota. Pero la semana recién empieza.
Italia, con Buffon, espera a la Selección el viernes aquí en el Etihad Stadium; España, con Iniesta, el martes siguiente en el Wanda Metropolitano de Madrid. Dos amistosos contra campeones del mundo -aunque uno en baja y eliminado-, decisivos para que Sampaoli define a los 23 de Rusia.