Si algo ha cambiado en el básquet olímpico desde Río de Janeiro 2016 a Tokio 2021 es que en aquel entonces Luka Doncic apenas tenía 17 años. Ahora, hablar del astro esloveno de los Dallas Mavericks inclina tanto la balanza como podían hacerlo los viejos Dream Teams de la NBA. Solo que esta vez el crack, el diferente, no juega para Estados Unidos, sino para Eslovenia.
En el debut de la Selección Argentina en los Juegos Olímpicos, la premisa del entrenador Sergio Hernández había sido desconectarlo del resto del equipo, incomodarlo, hacerle sentir el rigor si era necesario. No dejarlo ni mirar el aro. Finalizado el encuentro, el propio DT se encargaría de reconocer que si juega Doncic poco más queda por hacer.
"Es realmente difícil analizar un juego cuando un jugador simplemente domina todo como vimos esta noche con Luka Doncic. Rápidamente descubrió cuál era nuestra estrategia... y simplemente nos destruyó. Estamos hablando de 15 puntos que hizo en los primeros tres minutos del juego", dijo El Oveja, todavía sin terminar de creer a lo que se había enfrentado. Ese descomunal desempeño del astro mundial se reflejó en un primer cuarto que finalizó con ventaja de 32-24 para Eslovenia, parcial que se haría todavía mayor al final de la primera mitad, de la que los europeos se fueron ganando 62-42. Con el corazón de siempre, Argentina lo peleó y tuvo en Facundo Campazzo a su máxima figura, aportando 21 puntos y entregando 4 asistencias. Se redujo mucho la diferencia en el tercer y cuarto cuarto, aunque en ambos casos Eslovenia volvió a tantear más. Finalmente, fue triunfo de los europeos 118-100, con nada menos que 48 puntos, 11 rebotes y 5 asistencias del esloveno. “Es el mejor jugador del mundo, incluida la NBA. Si había alguna duda en mi mente, ya no la hay", insistió Sergio Hernández.