El plantel de Boca llegó este lunes a Buenos Aires luego de haber caído en la final de la Copa Libertadores a manos de su clásico rival, River, por 3-1, en el Superclásico jugado en Madrid.
La delegación xeneize aterrizó a las 12.40 en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza a bordo de un vuelo chárter que partió desde Madrid anoche, horas después de haber perdido la final en el estadio Santiago Bernabéu, pero recién pasadas las 14 salieron los futbolistas.
La mayoría de los jugadores, acompañados por su familias, prefirieron evitar a la guardia periodística y los pedidos de fotos de los hinchas que estaban en Ezeiza.
Los únicos que apenas esbozaron unas palabras a la prensa fueron el capitán,Pablo Pérez, y el lateral derecho Julio Buffarini.
«No te la puedo explicar», fue la respuesta del rosarino Pérez consultado por la «amargura» que sentía por la derrota en la Superfinal, pero luego se excusó y siguió su camino.
Buffarini, en tanto, explicó que tenían la orden de «no hablar» con la prensa y agregó que tampoco tenían precisiones sobre cómo será el retorno al trabajo el año próximo.
El plantel de Boca quedó licenciado hasta el 3 de enero próximo, cuando se reunirá en La Bombonera para iniciar la pretemporada con miras a la reanudación de la Superliga y también a la Copa Libertadores de 2019, para la que está clasificado.