La única decepción que dejó a los fanáticos del boxeo el combate que protagonizaron Jermell Charlo y Brian Castaño en el AT&T Center de San Antonio, Texas, fue que haya terminado en un empate en las tarjetas que, por lo tanto, no permitió que de allí saliera un campeón mundial indiscutible en la división de peso súper wélter.
Por lo demás, el espectáculo lo tuvo todo. Pudo ganarlo cualquiera de los dos, porque el argentino lo abrió mejor y porque Charlo salió a cazarlo en los llamados rounds de campeonato. Por eso las tarjetas podían oscilar en una victoria de Castaño por dos puntos y una victoria del estadounidense por la misma diferencia. Hablar de robo, como se habla en Argentina, parece mucho.
Otra sensación que dejó la pelea es que si depende de Castaño la revancha puede organizarse para dentro de un par de meses, pero Jermell Charlo, en cambio, se sacó la pregunta de encima cuando todavía estaba sobre el cuadrilátero diciendo que era algo que debía resolver junto a su equipo de promoción.
La buena noticia para el argentino, que continúa siendo el campeón de la Organización Mundial de Boxeo, es que podría conseguir los tres cinturones que le faltan para ser indiscutible incluso si su dueño actual no le concede la revancha… Aunque será el camino largo.
Sucede que si Charlo quiere esquivar a Castaño, para evitar la presión su mejor opción será subir a las 160 libras, una idea que ya rondaba en su cabeza. Para ello, debería dejar vacantes sus tres cinturones en algún momento y el argentino podría lanzarse a su conquista, ante el rival que ordene cada organismo.