La Copa Italia entregó partidos emocionantes en sus semifinales. De un lado, se enfrentaron en el clásico de la capital Roma y Lazio, con clasificación del último por un global de 4-3. El otro finalista, en tanto, salió de Juventus y Napoli, el gran clásico entre los del Norte y los del Sur, que sumó un condimento especial cuando Gonzalo Higuaín decidió mudarse a Turín. Tras el 1-1 del domingo pasado en por la Liga en el mismo estadio, el Pipita se había ido con dolido por los insultos y el acoso de la hinchada local, aún enojada por la «traición» del argentino. Con dos goles, Higuaín se sacó la bronca y contribuyó para llegar a la final. El primer duelo de la Copa lo había ganado la Vecchia Signora por 3-1 y en el San Paolo se impuso el local en la vuelta por 3-2, pero no le alcanzó. La final entre Lazio-Juventus se jugará el 7 de mayo y 2 de junio.
En un primer tiempo parejo en el que los dos pensaron en el arco contrario, se impuso la jerarquía de los de Turín. Fiel a su estilo, Juventus no se tiró atrás ni especuló con los goles de ventaja, mientras que los napolitanos salieron a buscar pero sin ideas. Para colmo, en la única con real posibilidad de abrir el cero chocaron con el arquero Neto.
Fue a los 13′ cuando Arkadiusz Milik habilitó de taco a Callejón, que subía por la izquierda del ataque. Este metió de primera para Insigne y frente al arco perdió con el arquero, que achicó muy rápido para tapar la más clara de los locales.
Pero como se dijo, los dirigidos por Massimiliano Allegri impusieron su categoría y abrieron el marcador nada menos que de la mano del Pipita Higuaín. Tan castigado por el público local, el argentino tomó la pelota fuera del área en el borde izquierdo del ataque. Rodeado de tres defensores impactó la pelota con la derecha y -por un roce en el defensor- tomó un efecto que dejó sin oportunidad a Pepe Reina. El argentino lo festejó con toda la bronca acumulada.
Antes del gol, una jugada curiosa y caliente se presentó en el encuentro. Cuadrado se tiró simulando una falta y los jugadores del Napoli se le fueron encima (la bronca venía del encuentro de ida). Insólitamente, en el tumulto Koulibaly le dio un golpe a su compañero Insigne.
El complemento arrancó más movido y, con muchos errores, el resultado cambió para uno y otro en pocos minutos. Primero, Hamsik se encontró con la pelota al borde del área, le pegó de primera con un buen remate de derecha para el empate parcial.
Pero de nuevo sería el odiado (por los napolitanos) Higuaín a los 14′ el que desniveló. Dybala tocó para la subida de Cuadrado por la derecha, metió al medio rasante y apareció el Pipita, que le pegó fuerte y estampó el 2-1. El festejo fue más mesurado que en su primer gol.
Dos minutos después, Mertens aprovechó un error de Neto, quien a la salida de un lateral no dominó la pelota correctamente. La misma se le escurrió por debajo de la suela y el belga apareció para empujar: blooper del brasileño.
Lorenzo Insigne puso el definitivo 3-2 tras una buena jugada de Callejón, que llegó a la raya de fondo y tocó para que el italiano la empuje. En lo que restó de partido Juventus se dedicó a cuidar la ventaja, ya que un gol más de Napoli lo hubiese puesto en apuro. Los dirigidos por Maurizio Sarri insistieron y tuvieron situaciones, pero terminaron resignados.