Daniele De Rossi, de regreso a Italia tras su breve paso por Boca, estuvo de incógnito y disfrazado en el clásico de la capital entre la Roma y la Lazio en plena Curva Sur, el lugar del estadio Olímpico en el que están los hinchas más apasionados.
Con barba teñida, peluca, falsos anteojos y maquillaje profesional, De Rossi disfrutó sin generar interés a su alrededor del duelo del domingo entre Roma y Lazio (1-1).
Su pareja, Sarah Felberbaum, puso sobre la pista de lo sucedido al publicar en Instagram un vídeo con la velocidad acelerada mostrando los preparativos de la expedición.