Novak Djokovic jugó este miércoles en gran nivel su primer partido en seis meses y se impuso por 6-1 y 6-4 al austríaco Dominic Thiem, número 5 del mundo, en el Clásico de Kooyong, la habitual exhibición previa al Abierto de Australia.
Desde el primer momento, se hizo evidente que Djokovic regresó en plena forma. Tras superar la lesión más larga de su carrera, claramente disfrutó de nuevo de estar sobre la pista.
Con una manga de compresión en su brazo derecho para proteger su maltrecho codo, Djokovic dominó a Thiem casi a voluntad y mostró credenciales como para ilusionarse de cara a Australia, primer Grand Slam de la temporada, que comenzará el lunes próximo.
Todavía con la sonrisa en la boca tras el juego, Djokovic admitió que había tenido dudas sobre si estaría listo para jugar en Australia, pero aseguró que el triunfo sobre Thiem fue un importante impulso.
«Obviamente, durante seis meses estuve esperando este momento de salir a la cancha y jugar un partido», declaró el serbio, actualmente 14° del ranking mundial. «Además, he tenido un gran rival, el número 5 del mundo, así que fue una prueba excelente para mí, para ver dónde estoy».
En un primer momento, Djokovic, que estaba de baja por una lesión en el codo desde su derrota en los cuartos de final de Wimbledon el año pasado, tenía previsto jugar un torneo de exhibición en Abu Dabi y después iniciar la temporada con el torneo de Qatar, pero se retiró de ambos por dolores en el codo.
Viajará a Melbourne con la esperanza de poder jugar en buen nivel su torneo favorito: en el Abierto de Australia ganó seis de los 12 títulos de Grand Slam que atesora. A pesar de jugar sin dolor este miércoles, advirtió que sigue revisando su recuperación «día a día».