La Comisión de Arbitraje de la Conmebol continuó con el criterio de designar árbitros de países clasificados para Rusia 2018, prevaleciendo la neutralidad antes que las condiciones arbitrales. En esta suerte de criterio utilizado también con anterioridad, en Ecuador vs. Argentina fue designado Anderson Daronco, un brasileño de 36 años, árbitro FIFA desde 2014. Joven y con muy poca experiencia internacional. Nunca dirigió a Argentina en encuentros de Eliminatorias, su torneo más relevante fue un Sudamericano Sub 20, donde tuve una participación como miembro de la Comisión Organizadora. Tuve la oportunidad de convivir más de 25 días junto a él y a otros árbitros.
Con un físico pesado para su altura (mide 1,88 metros), trata de sobrellevar esa carga con una entrega total durante todo el encuentro. Sus características son las de tener un control del juego con tendencia al manejo fácil de las tarjetas disciplinarias y un estereotipo de no dejar jugar. A veces se le ha complicado un partido por su falta de experiencia en poner los límites en tiempo y forma. Tiene baches técnicos que lo llevan, a veces a perder, el control del juego, sobre todo cuando se encuentran dos equipos donde lo físico prevalece sobre lo técnico. Y entonces comienzan a salir rápidamente sus tarjetas disciplinarias.
Seguramente este será un encuentro donde la ansiedad de Argentina por conseguir el triunfo y lo que ofrezca Ecuador más la altura de Quito, lo obliguen a exigirse al máximo desde el inicio y en adquirir la experiencia que este tipo de responsabilidades le exigen. Existe la posibilidad real de que una buena actuación le permita ser tenido en cuenta para el proyecto del Mundial del 2022, una oportunidad única para él. Entonces, se juega mucho en este encuentro.
Las necesidades del resultado y el tiempo en definirse el encuentro lo favorecerá si los jugadores hacen un culto de respeto por el «play fair» (jugá limpio). Deberá preparar con su equipo arbitral un encuentro teniendo en cuenta lo que se juega con una elección en lo táctico y una estrategia para que prevalezca el acierto técnico. Si esto se logra, el arbitraje será historia. Si ese control no prevalece, lamentablemente hablaremos mucho de este árbitro y no del partido.
