Se trata del rodillazo en la espalda que le dio el defensor Miguel Torrén al delantero paraguayo de Independiente, Cecilio Domínguez, quien reaccionó con insultos contra su agresor.
Al tratarse de una acción aislada al juego en sí y sin pelota, el árbitro Mauro Vigliano no vio dicho golpe y sólo atinó a amonestar a ambos jugadores, sobre todo por la reacción de Domínguez.