Fórmula 1

El efecto Colapinto: posibilidades y costos de que la Fórmula 1 vuelva a la Argentina

La llegada de Franco Colapinto a la Fórmula 1 ha reavivado la ilusión de que el país vuelva a ser sede de un Gran Premio. Con inversiones privadas y remodelaciones en el autódromo de Buenos Aires, el sueño parece posible, pero ¿a qué precio y con cuántas chances reales?

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La Fórmula 1 y Argentina tienen una larga historia que comenzó en 1953 con el primer Gran Premio en el país, pero la última carrera se disputó en 1998, cerrando un ciclo de 45 años en el automovilismo de élite. Ahora, con Franco Colapinto como la nueva promesa argentina en la máxima categoría, las expectativas por el retorno del Gran Premio al país están en auge.

El secretario de Deportes, Daniel Scioli, se mostró optimista y aseguró que «Argentina está preparada para traer la Fórmula 1, con inversiones privadas». Las declaraciones fueron realizadas durante la celebración del Día Mundial del Turismo, donde Scioli reveló que ya hubo conversaciones con el presidente Javier Milei y la secretaria general Karina Milei para coordinar esfuerzos y hacer realidad el regreso del automovilismo de élite al país. «Tenemos una reunión programada en San Pablo para discutir el tema de la Fórmula 1», afirmó en Radio Mitre.

Las condiciones para traer la Fórmula 1 al país

Para que Argentina pueda recibir nuevamente una carrera de Fórmula 1, el Autódromo Oscar y Juan Gálvez en Buenos Aires necesita obtener la certificación de seguridad Grado 1 de la Federación Internacional del Automóvil (FIA). Aunque el circuito ya ha albergado eventos internacionales como el TCR en 2024, aún requiere remodelaciones para cumplir con los exigentes estándares de la FIA.

El costo estimado para este proyecto es de aproximadamente 40 millones de dólares anuales, con contratos que suelen extenderse por un mínimo de cinco años. “Buenos Aires es la opción más viable en el país, dado que la Fórmula 1 tiende a concentrarse en grandes ciudades con buena infraestructura hotelera”, explicó el periodista Darío Coronel.

Impacto económico potencial

Más allá de la inversión, los beneficios económicos para el país podrían ser significativos. Un evento de esta magnitud tiene el potencial de atraer a miles de turistas internacionales, lo que generaría un impacto positivo en diversos sectores como la hotelería, la gastronomía y los servicios. Coronel subrayó el éxito de la Fórmula 1 en otras ciudades del mundo, mencionando el caso de Bakú, que en 2016 invirtió 57 millones de dólares para albergar su primera carrera. En solo tres años, el impacto económico acumulado superó los 500 millones de dólares.

Aunque la llegada de Colapinto a la Fórmula 1 no garantiza el regreso del Gran Premio al país, su presencia ha despertado un renovado interés en el deporte motor. En palabras de Scioli: «La vuelta de la Fórmula 1 no depende de que Colapinto continúe en la categoría, va mucho más allá de eso».

El auge del karting en Argentina

El «efecto Colapinto» también se ha reflejado en el karting, la cuna del automovilismo, donde se ha registrado un aumento del 20% en la demanda de cursos y entrenamientos desde su debut en la Fórmula 1. Joel Gauthier, dueño del Kartódromo Internacional de Buenos Aires, confirmó este crecimiento: «La llegada de Franco ha generado muchas consultas para las escuelas de pilotos, especialmente entre los más jóvenes».

Los cursos de karting, dirigidos a niños a partir de los 6 años, constan de 10 clases y tienen cupos limitados. Aunque este año no se abrirán nuevos cursos, Gauthier no descarta ampliar la oferta para el próximo año, debido a la creciente demanda.

Con Colapinto en la élite del automovilismo y la posibilidad real de que la Fórmula 1 vuelva a la Argentina, el país parece estar entrando en una nueva era dorada para los deportes de motor.

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