Muchos se preguntan cómo hace Andrés Fassi para dividirse entre Talleres y el Pachuca de México. En el club cordobés es el presidente y en el mexicano vicepresidente. En estos últimos tres años hizo cien viajes entre Argentina y México, porque su familia está en Pachuca. Hace unos días presidió la delegación del club azteca en el Mundial de Clubes en los Emiratos Árabes.
Andrés Fassi tiene una historia increíble. Fue preparador físico de Belgrano, Racing y Talleres. Después trabajó con Roberto Saporiti en San Lorenzo y llegó a México con él. Cuando se fue, el Sapo lo recomendó, y así Fassi se quedó en el Pachuca como entrenador y más tarde fue directivo. El sueño era ser presidente de Talleres, hasta que lo logró. Después fue reelecto por otro período.
“Soy un apasionado de lo que hago y siempre voy por más. Ahora nos estamos consolidando en Primera División pero el objetivo es lograr un lugar en una copa internacional. Sé que será duro, pero a mí me encantan los desafíos”. Así reflexiona Fassi en la charla con Clarín.
El dirigente llegó a Talleres cuando el club estaba en el Federal A y en un año logró dos ascensos. Mantuvo en el cargo por tercer año consecutivo a técnico Frank Darío Kudelka, a punto de cumplir los cien partidos. También repatrió al Cholo Guiñazú, que soñaba con terminar su carrera en Talleres. Hace meses vendió a Sebastián Palacios al Pachuca y pretende reforzar el equipo con un par de delanteros para soñar con más resultados positivos.
Fassi dijo que “Talleres es un club vendedor, pero las ofertas que llegaron por Lucas Olaza, Guido Herrera, Emanuel Bebelo Reynoso, Leonardo Godoy o Juan Cruz Komar no satisfacen las pretensiones de Talleres”.
Rescata un nombre quizá desconocido para las nuevas generaciones pero que está grabado en los antiguos hinchas del club de Barrio Jardín: Amadeo Nuccetelli, aquel presidente que llevó al club al Metropolitano. “Fue uno de los mejores dirigentes que tuvo el país y sólo le faltó coronarse campeón del Torneo Nacional de 1977, cuando perdió la final con Independiente”.
«Este año -dice el directivo- trataré de estar más cerca de Córdoba» y reconoce: “Estoy un poco fatigado por los viajes de ida y vuelta. Y sí… voy a cumplir el viaje cien, pero el calavera no chilla», sonríe.
Otro objetivo “es tener un mejor desempeño en la Copa Argentina y pasar la mayor cantidad de fases posibles”. Por supuesto, también elogia a Kudelka: “Con Darío tenemos una sociedad exitosa, aunque hayamos tenido puntos de vista muy diferentes en algunas cosas”. E infla el pecho cuando habla de las divisiones inferiores porque en 2017 tuvo una muy buena participación en AFA, logrando ingresar a la Copa Libertadores sub 20. “Fue un gran año con los chicos”, afirma.
-Y cuál es la relación con Pachuca?
-Ellos me apoyan para que pueda estar en Talleres. Pero son dos cosas diferentes porque son dos clubes totalmente autónomos en gestión, manejos económicos y objetivos. Y yo soy feliz en los dos lugares.