Es que los últimos quince minutos del partido por la 15º jornada fueron una oda al conformismo. Paraguay ya le había ganado a Chile a domicilio, resultado que beneficiaba ambas selecciones, y el estadio Centenario fue testigo de un pacto de no agresión que se vio sobre todo en la parte final.
Tanto a Uruguay como a Argentina el punto no los dejaba mal parados y por eso, el siempre caliente clásico rioplatense tuvo un epílogo apático que generó un silbido casi unánime tras el pitazo final.
Si bien cuesta creer que este «arreglo» haya salido de las autoridades o de los mismos jugadores en concreto, la pasividad con la que se disputaron los últimos minutos no hace más que alimentar los rumores de una especie de «pacto tácito» por el que no hubo aproximaciones a los arcos en ese apático final.
Con el empate, Uruguay llegó a los 24 puntos y se mantuvo en el tercer lugar de la tabla, mientras que Argentina alcanzó las 23 unidades y, por diferencia de gol, sigue en zona de repechaje.