Ante tantas dudas sobre si se juega el partido de vuelta de la Copa Libertadores y la sede donde se disputaría, Génova se ofreció como sede para la final postergada entre Boca Juniors y River Plate.
«Estimados presidentes, debido a los lazos históricos, culturales y deportivos con Buenos Aires, esta ciudad se siente profundamente conectada con esos dos clubes prestigiosos, fundados por nuestros compatriotas que emigraron a Argentina a principios del siglo XX», escribió en una carta el Director de Deportes de Génova, Stefano Anzalone, al ofrecer la ciudad, «su casa materna», como sede para «albergar tan prestigioso partido».
«Los eventos dolorosos que nos han golpeado recientemente han despertado un profundo sentido de comunidad y de redescubrimiento de nuestras raíces. Por lo tanto, me complace informarles que nuestra ciudad está honrada y está dispuesta a albergar este importante y prestigioso evento de la final de la Copa y el clásico de la capital argentina», agregó en la carta.
El Estadio Luigi Ferraris es uno de los recintos más antiguos del país italiano en el que hacen de local equipos como el Genoa y la Sampdoria.
Este martes, Daniel Angelici y Rodolfo D’Onofrio acudirán a la sede principal de la Conmebol, en donde se encontrarán con la cúpula presidida por Eduardo Domínguez para establecer la hora, fecha y lugar en la que se jugará el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores 2018.
