El 10 de junio de 2019, Estefanía Banini la rompió toda en el debut de la Selección Argentina en el Mundial de Francia, ante Japón, que llegaba como subcampeón vigente. La número diez, que portó además la cinta de capitán, se dio a conocer mucho más allá de las fronteras que dirigentes y medios de comunicación le imponían -muchos todavía se las imponen- al fútbol femenino.
Sin acompañamiento en ofensiva en el segundo partido, que terminó con derrota mínima ante Inglaterra, su rendimiento no fue de los que acostumbra. Y en el tercero, en el que se buscaba la clasificación ante Escocia, fue reemplazada, por sorpresa para muchos, por Milagros Menéndez cuando se llevaban disputados apenas 15 minutos del segundo tiempo. Desde aquel día, en razón a algunos planteos de disconformidad sobre los métodos de trabajo y las estructuras del seleccionado que hizo de manera conjunta con otros compañeros, no volvió a defender la camiseta celeste y blanca.
Pero en plena cuarentena desde España, donde defiende la camiseta del Levante español, Estefanía Banini dejó ver como nunca antes desde aquella Copa del Mundo su deseo de volver a ser parte de la Selección Argentina, aunque la decisión, claro, no dependa solo de ella. «Soy muy profesional en lo mio. Entreno todos los días para estar en el mejor nivel, en las mejores ligas. No puedo ser yo la que diga quién va a la Selección y quién no. Intento hacer lo mejor posible y me quedo con que en cada club que estoy me quieren», expresó en un Instagram Live con TNT Sports.
Y agregó: «Ojalá que algún día pueda volver a vestir la celeste y blanca. El sueño de mi vida siempre fue jugar un Mundial. Haber podido cantar el himno ahí, con la camiseta de la Selección Argentina, es lo más lindo que me pasó».
LA MESSI NO
Estefanía Banini recordó también que durante aquel Mundial los portales deportivos argentinos la presentaban como «La Messi» y que ella misma se encargó de modificar ese apodo, que todavía da vueltas en torno a su figura. «Sigue estando y entiendo que la gente lo hace para sentirlo más cercano. Nunca me lo tomé a mal, ojalá me pudiera comparar con ese genio. Pero está bueno que nos conozcan. Está bueno que ahora sea Estefi. No por mí, sino porque significa que el fútbol femenino está siendo más conocido».
UN RECUERDO DE LA INFANCIA
Estefanía Banini creció jugando fútbol mixto en Mendoza y recuerda cómo en Argentina todavía se intentaba marginar a las jugadoras de las canchas, menospreciándolas. Nada la frenó en su deseo, que a la vez sirvió para allanar el terreno a las generaciones que le siguieron.
«Vivía escuchando eso de cómo te va a pasar una mujer. Pegale. De todo. Era lamentable, pero yo no lo sufría, Mi papá y mi mamá sí. Para mí era divertido. Me gustaba que en la cancha me pegaran porque sentía que entonces lo estaba haciendo bien. Capaz que nada que ver, pero si terminaba un partido en el que me habían pegado mucho yo me iba convencida de que había jugado bien», relató Banini.
