Estudiantes y Gremio son protagonistas de un duelo copero por excelencia en la Libertadores. Esta noche, en el estadio Centenario de Quilmes, volverán a verse cara a cara desde las 21.45, con televisación de Fox Sports. Jugaron ocho veces, pero el partido más recordado será aquel 3 a 3 en la vieja cancha de 1 y 57, una de las mayores hazañas pinchas, según sus propios hinchas, orgullosos del León.
Aquella helada noche del 8 de julio de 1983, hubo una batalla campal en el estadio Jorge Luis Hirschi. Las crónicas de la época hablan de tribunas desbordadas. Se jugaba el grupo semifinal de la Libertadores (participaban tres equipos; el primero, se clasificaba a la final) y muy pronto Estudiantes se quedó con nueve jugadores por las expulsiones de Marcelo Trobbiani y José Daniel Ponce. Así y todo, Sergio Gurrieri abrió el marcador para los locales.
Cerca del final de la primera etapa, Osvaldo empató el duelo. Y en el segundo tiempo, sacó ventajas con los goles de César y Renato Portaluppi, quien actualmente es el técnico del campeón de América.
Julián Camino, por un golpe a Tita, y Hugo Teves, que había ingresado en lugar de Miguel Gette, también fueron expulsados por el uruguayo Da Rosa. Con un resultado adverso (3 a 1) y ¡cuatro hombres menos! todo indicaba un desenlace cantado.
Pero la mística pincha fluyó en el inolvidable invierno. El Chango Gurrieri volvió a marcar y puso a Estudiantes a tiro del empate. Y Miguel Angel Russo, en el cierre, marcó un gol de enciclopedia. La gente invadió el campo de juego a pura locura. La Policía bonaerense hizo un cordón y encarceló a varios hinchas en uno de los arcos. Fue un empate épico en un partido con ribetes bizarros.
A pesar del empate, Estudiantes no pudo acceder a la final. Había perdido 2 a 1 con Gremio en Porto Alegre y no pudo vencer a América de Cali en el Pascual Guerrero. Los brasileños terminaron siendo los campeones. Y luego ganarían la Intercontinental.