River visita desde las 21.15 a Gimnasia en La Plata (con televisación de El Trece) y no le quiere perder pisada a Boca. Luego de la derrota de ayer de San Lorenzo, parece ser el único que puede aspirar seriamente a pelearle el título. Y al margen de la victoria del equipo de Guillermo Barros Schelotto el sábado sobre Newell’s, en Núñez hay esperanzas. No sólo se sustentan en el buen presente millonario, respaldado por juego y resultados, sino también en una estadística que le jugó a favor en las últimas dos décadas: las cuatro veces anteriores que había ganado en la Bombonera fue campeón.
En el Apertura 94, River fue a la cancha de Boca en la anteúltima fecha. Llegó puntero con ventaja sobre su perseguidor, San Lorenzo. Y el equipo dirigido por Américo Rubén Gallego se impuso por 3 a 0 con goles de Enzo Francescoli, de penal, Ariel Ortega y un jovencito Marcelo Gallardo, también desde los once metros. River casi da la vuelta olímpica esa tarde, pero el empate del Ciclón con Lanús lo impidió. San Lorenzo tenía un partido pendiente contra Newell’s, que jugó el miércoles siguiente, y lo perdió. River se coronó y festejó al otro domingo cuando empató 1-1 con Vélez en el Monumental. Además, fue campeón invicto.
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En el Clausura 2002, hubo otra goleada. El equipo de Ramón Díaz derrotó 3-0 al de Oscar Tabárez con goles de Esteban Cambiasso, Eduardo Coudet y Ricardo Rojas (la recordada vaselina). Un par de meses después, River logró el título.
Dos años más tarde, en otro Clausura, el de 2004, y con Leonardo Astrada en el banco de suplentes y Gallardo como capitán, River dio el golpe en la Bombonera. Le ganó a Boca (dirigido por Carlos Bianchi) 1 a 0 con un gol de cabeza de Fernando Cavenaghi y le arrebató la punta a falta de cinco fechas para el final. Fue campeón en la última jornada luego de un 1-1 con Rafaela en Núñez.
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Pasaron diez años para que River volviera a ganar en Brandsen 805. Una vez más de la mano de Ramón venció 2 a 1 a su rival de toda la vida con el cabezazo de Ramiro Funes Mori cuando quedaban un puñado de minutos para que finalizara el partido. Manuel Lanzini había abierto la cuenta y Juan Román Riquelme igualó transitoriamente con un exquisito tiro libre. Luego del partido, Carlos Bianchi, entrenador de Boca, se quejó de un “Pitanazo” por el segundo gol de River, cuestionando al árbitro Néstor Pitana por un córner que no fue. De esa jugada vino el segundo gol.
