En un final para el infarto, River se quedó con la vuelta de la semifinal de la Copa Libertadores por 2 a 1 frente a Gremio en Porto Alegre y se convirtió en el primer finalista, aunque, según aseguran desde Brasil, la historia todavía no está juzgada.
Sucede que los dirigentes del equipo de Porto Alegre reclamarán formalmente a la Conmebol que le den el partido por ganado, ya que el Millonario, más precisamente su entrenador Marcelo Gallardo, infringió el reglamento y sacó provecho de esto.
El Muñeco había sido suspendido en la previa y no pudo estar en el banco ni en el vestuario del Arena do Gremio durante el encuentro. Sin embargo, en el entretiempo decidió, sin ningún tipo de reparo, ingresar a los camarines para charlar con sus jugadores, que hasta ese momento caían 1 a 0 y necesitaban dos goles para no quedar eliminados.
Gallardo había sido suspendido por el Artículo 76 del Reglamento Disciplinario de Conmebol, que no lo dejaba interactuar con sus dirigidos en ningún momento del partido.
Pero Gallardo, lejos de cumplir con esto, se metió en el vestuario en el entretiempo. Ante esto, desde Gremio podrán aducir que lo que hizo Gallardo terminó influyendo en el resultado final y apelarán al Artículo 56, inciso C, para fundamentar su reclamo.
En el mismo se deja claro que uno de los motivos para reclamar por el resultado de un partido es «cualquier otro incidente grave, establecido en el presente Reglamento, que haya tenido incidencia en el resultado del partido».